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Se dice que el desarrollo del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos. Durante la siguiente hora exploraremos tanto nuestro privilegio como nuestra responsabilidad de asemejarnos al carácter de Cristo. Acompáñenos en esta poderosa hora de renovación personal mientras el Pastor Stephen Wallace nos lleva “De Gloria en Gloria.”

Buen día, buena mañana y feliz Sábado. {Feliz Sábado} ¿Qué ha sucedido con el buen tiempo que tuvimos? Gracias por enfrentar a los elementos y venir esta mañana. ¡Qué privilegio es reunirse en la casa de Dios en el día de Dios para estudiar la Palabra de Dios! ¿Amén? {Amén} Bien, queridos amigos, nos habremos reunido en vano a menos que el Espíritu Santo nos acompañe. {Amén} Y está preparado para hacerlo si lo invitamos. Sí, Él está aquí, ya que lo ha prometido. “Donde dos o tres estén reunidos en Mi Nombre, allí estaré.” {Mt 18:20} Queridos amigos, no se contenten con tenerlo en medio de nosotros como una congregación. Asegúrense de que Él esté con vosotros como individuos. Existe una diferencia. ¿Decimos “amen”? {Amén} Existe una gran diferencia.

Ya saben, la pluma inspirada nos dice que la lluvia tardía puede caer en nuestro entorno y no lo sabremos. {LDE 195.4; EW 71.2} ¿Por qué? Porque aunque el Espíritu Santo está presente, solo puede llenar a aquellos cuyos corazones estén abiertos. ¿Amén? {Amén} Sí, por lo tanto, ¿escuchan su llamada esta mañana? Antes de abrir la Biblia, debemos abrir nuestros corazones. Recuerden esa herramienta de la memoria, e inviten personalmente al Espíritu de Dios a venir. Las cosas espirituales solo se disciernen espiritualmente. {1 Cor 2:13-14} Ya me han escuchado diciendo esto. Por favor, no se ofendan por recordarnos, yo mismo incluido, una y otra vez. Tendemos tanto a ser auto-suficientes cuando se trata del estudio de la Palabra de Dios. Dios nos perdone. Somos absolutamente dependientes, queridos amigos, del poder del Espíritu Santo si vamos a tener una experiencia transformadora con el estudio de la Palabra de Dios. Seguro que podemos hacer un ejercicio intelectual sin el poder del Espíritu Santo. Podemos, lo saben, usar el tiempo sin el poder del Espíritu Santo. Pero que Dios no permita que solo llenemos el tiempo con un ejercicio intelectual. ¿Amén? {Amén} Que Dios permita que tengamos hoy una experiencia transformadora. Que puede y será nuestra si invitamos personalmente al Espíritu de Dios a nuestros corazones. Mientras rezan por ustedes, solicito sus oraciones. Necesito del Espíritu Santo de una forma muy especial hoy. ¿Orarían por mí también? Arrodillémonos, como acostumbramos, para unos momentos de oración silenciosa.

Padre nuestro que estás en los cielos, te agradezco por el privilegio de reunirnos en este Tu día, y en Tu casa. Y agradezco que Tú estés aquí, ya que lo has prometido. Padre, quiero invitarte personalmente a que vengas a nuestros corazones. Así cada uno de nosotros elige abrir las puertas de nuestros corazones y decir: “Ven, ven Huésped de los cielos.” En la persona de Tu Espíritu, habítanos. Agiliza y potencia nuestras facultades mentales y espirituales; especialmente hazlo en mi beneficio. No tengo derecho al privilegio de liderar en el estudio de Tu Palabra. Ni soy adecuado para la tarea. Pero en virtud del valor de Cristo, y en virtud de lo que todo abarca, la adecuación de Su gracia, por favor, asiente a usarme. Dame poder, permíteme hablar con la verdad y solo con la verdad; con la verdad como es en Cristo. Guía mis pensamientos, mis palabras; toca mis labios con un carbón. Púrgame y no permitas que ni siquiera coloree, ni mucho menos profane, a la verdad que Tú deseas transmitir a través mío, por favor, Padre. Si alguien recibe una bendición, todos sabremos que el único que recibe el honor y la gloria, la gratitud y la alabanza, eres Tú, y ni por un instante esta pobre vasija de barro que Tú asientes a utilizar. Oh, Dios, bendice a Tu iglesia para que se eleve y brille con el carácter reflejado de la novia. Esta es mi oración en el nombre de Cristo. Amén.

Estamos en un estudio de varias partes acerca de la dieta de la mente. ¿Qué es la dieta de la mente? Es lo que ofrecemos a la mente. ¿Cómo alimentamos a la mente? A través de nuestros sentidos, en especial nuestros ojos y oídos. Ya ven, la mente es una computadora fantástica, maravillosa, muy sofisticada e increíblemente poderosa. Y aquello que determina directamente cómo funciona es cómo está programada. Lo que ofrecemos a la mente programa nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. Y nuestros pensamientos y sentimientos combinados forman, ¿qué? Nuestro carácter moral. {5T 310.1} Es por eso que al contemplar somos cambiamos, cambiados a semejanza de lo que contemplamos. {RH, Dec 6, 1881 par. 15} Porque lo que contemplamos influencia nuestros pensamientos y nuestros pensamientos determinan lo que somos. Ven la relación directa de causa y efecto aquí, ¿no? Esto hace que sea absolutamente imperativo, amigos, que seleccionemos muy cuidadosamente lo que ofrecemos a la mente. ¿Decimos “amén”? {Amén}

¿Existen diferentes tipos de dieta mental disponibles hoy en el mundo? Sí, ciertamente es así. Lo que está más fácil y naturalmente disponible, sin embargo, es aquello calculado y preparado por el maestro cocinero del pecado, Satanás mismo. Está magistralmente preparado para satisfacer y gratificar las lujurias pervertidas de la carne. Hay mucho de ese alimento allá afuera. Y todos tenemos una tendencia natural {1MCP 105.4} a desearlo. ¿Admitirán esto? Está tan fácilmente disponible y teniendo nosotros hambre y sed naturales por esto, es inevitable que nos llenemos de ello, salvo por la ayuda y la gracia divinas.

Para comenzar, no tenemos ningún apetito natural salvo por aquello que es carnal. Entonces debemos empezar por obtener un nuevo corazón y ese nuevo corazón tiene nuevos deseos, nuevos apetitos. Eso lo recibimos como un regalo de gracia al pie de la cruz, por solicitarlo. “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.” {Sal 51:10} En ese momento recibimos la capacidad, la capacidad de, ¿qué? La capacidad de sentir hambre y sed por la Palabra de Dios. {EW 281.2} Pero, queridos amigos, debemos desarrollar y fortalecer ese nuevo apetito espiritual cooperando con el Espíritu Santo y ofreciéndonos alimento espiritual. {Amén} Debemos “Gustad, y ved que es bueno Jehová.” {Sal 34:8} Cuanto más gustamos, más veremos que en verdad es bueno Dios. Y desarrollaremos y fortaleceremos los apetitos espirituales. Y cultivaremos el paladar espiritual para que disfrute del sabor del Pan de Vida.

El desafío, por cierto, es que tenemos este viejo paladar que se ha vuelto adicto a la comida basura, carnal y muy sazonada. ¿Siguen esto? No es tarea fácil resistir a la tentación de arrojar al hombre viejo un “McDonald’s” de vez en cuando. Perdónenme por llevarlo al reino físico, pero estoy intentando que el espiritual sea más comprensible. Existen todo tipo de “hamburguesas” mentales ahí afuera. Como el hombre viejo naturalmente las desea, y como están tan fácilmente disponibles existen todo tipo de lugares de comida rápida donde podemos acudir con un mínimo de tiempo y dinero y ofrecer a la mente algo de alimento basura carnal. Pueden sentarse en su propia sala y ofrecer a la mente algo de la comida basura carnal, si tienen allí un televisor. Tratamos esto anoche e intentaré resistirme a volver a ello hoy. Alabado sea Dios. Ya saben, lo siento apasionadamente debido a mi propio… Mi propio peregrinaje. Hermanos, hermanas, ya saben, lo que hice por mucho tiempo fue pensar que podía ser selectivo y podía ejercer la discriminación con respecto a lo que miraría. Los juegos que jugamos con nosotros mismos. ¿Escuchan lo que digo?

Ya ven, existe comida basura y existe comida BASURA.

Pensé que solo tomaría comida basura, y que conseguiría escapar. Estoy aquí para decirles que si quieren crecer en forma consistente, deben tomar a Cristo Jesús y no hacer ninguna concesión a la carne. {Rom 13:14} {Amén} No deben ofrecer ni la mínima comida basura a sus mentes. ¿Decimos “amen”? ¡Vamos, ahora! Debemos comenzar a ponernos serios si hemos de prepararnos para la venida de Cristo. Debemos privar de alimento al hombre viejo y alimentar al hombre espiritual. Cada vez, lo sé por mi experiencia personal, cada vez que cedemos a una pequeña porción, relativamente benigna, de comida basura, ¿qué hacemos? Inmediatamente fortalecemos esos apetitos carnales y deseamos más. ¿Bien? Pronto nos quedamos sin comida basura relativamente benigna y debido a que hemos fortalecido el apetito, debemos comenzar a ceder, con comida basura menos benigna. Vamos, saben de lo que estoy hablando. Todo este juego que tenía conmigo mismo en el cual iba a ser selectivo con respecto a lo que miraba.

En verdad, no tenemos un televisor, pero tenemos un reproductor de DVD en nuestro centro de investigación. Debemos tenerlo, existe mucho material maravilloso en DVD que está disponible para la edificación espiritual, así que tenemos un reproductor de DVD. Pero cuando lo obtuvimos, recuerdo en verdad temblar mientras lo llevaba a casa, porque estaba tan atemorizado por el potencial que tenía de usarlo para alimentar a mi hombre carnal.

Durante mucho tiempo, sostuve este juego conmigo mismo, en el cual seleccionaría solo cosas relativamente buenas. ni pensaría en mirar basura, sino solo aquello relativamente bueno. Cada vez que hacía eso, fortalecía mi apetito carnal y reavivaba mi adicción. Luego, rápidamente me quedaba sin cosas relativamente buenas y entonces, ¿qué hacía? Bajaba un poco el requisito y comenzaba a mirar un poco más.

Queridos amigos, al exponernos a aquello que es carnal, por favor sigan esto, inevitablemente perdemos sensibilidad a la ofensa de la carnalidad. Alabado sea Dios, algunos de ustedes que estuvieron anoche aquí, probablemente pensaron, “Oh, este hombre realmente tiene un problema con la televisión, videos y películas. ¿Qué es tan malo con ellos de todas formas?” Estoy aquí para decirles, queridos amigos, que si algo así surgió en sus mentes, eso es una bandera roja, y eso debiera alertarlos de que están en los niveles avanzados de pérdida de sensibilidad. ¿Escuchan lo que trato de decirles? {Amén} Si no reconocen lo burdo y lo ofensivo de la basura carnal que se presenta a las mentes humanas a través de esas pantallas, la televisión, videos y películas, están en niveles avanzados de insensibilidad. ¡Por favor despierten! Decidan, por la gracia de Dios, no colocar nada injusto frente a sus ojos {Sal 101:3}, y entonces, a medida que vuelvan a ser sensibles a la ofensa de la injusticia, verán que es realmente muy ofensivo.

Incluso las “comedias” son tan bobas, existe tanta estupidez. Queridos amigos, estamos aquí para ser sobrios. Eso no significa taciturnos, tristes e infelices, pero sí significa muy dedicados y serios y plenamente conscientes de dónde estamos en la historia de la Tierra y de lo imperativo que es para nosotros alistarnos y ayudar a otros a prepararse en estos tiempos finales de la historia de la Tierra. Además tenemos un enemigo que constantemente está intentando destruirnos. Necesitamos mentes sobrias. Y esta tontera ligera, que es lo relativamente benigno que viene de esas pantallas, si alimentamos nuestras mentes con eso, nos volveremos ligeros y tontos. “Somos lo que comemos.” ¿Decimos “amén”? {Amén} Vamos, admítanlo conmigo. “Somos lo que comemos.”

Por favor… Ya ven que estoy con la televisión nuevamente. No iba a hacer esto, pero… Lo que realmente me sorprende, amigos, es que existen exhibidas normalmente en los horarios centrales de la televisión hoy en este país cosas que nunca se habrían permitido, en ningún horario no mucho tiempo atrás. En verdad si leemos las guías oficiales que gobiernan la programación televisiva, que fueron redactadas por el gobierno 20 años atrás, se mostrarían incrédulos y reirían. No permitirían nada que, por ejemplo, se acercara siquiera a lo profano. Nada que, ¿qué? Se acercara siquiera a lo profano. ¿Qué se escucha? ¿Casi todo el tiempo, incesantemente, incluso en televisión familiar? Cosas profanas. ¿Qué sucedió? ¿Cómo logró el enemigo esto? Muy, muy sutilmente; gradual y crecientemente, exponiéndonos a ello y haciendo que fuéramos menos sensibles a su ofensa. Y lo profano es solo un ejemplo. Inmoralidad, increíble, burda inmoralidad mostrada en colores vivos, que nunca se habría visto en televisión hace poco tiempo. La nación, no solo no se levanta y protesta, sino que se relaja y lo disfruta, y pide más. Saben que digo la verdad. Queridos amigos, si nos sentamos y nos exponemos a este tipo de basura, no solo perdemos sensibilidad a su ofensa, también cultivamos un apetito perverso por ello. No se engañen con esto. Por favor no lo hagan. Yo lo hice durante mucho tiempo y fue un obstáculo constante, una limitación para mi crecimiento espiritual. Debía ponerme serio y decidir que ya había terminado, incluso con las cosas relativamente buenas. Iba a ofrecer a mi mente solo la mejor de las dietas de la mente. Solo entonces he sido capaz de experimentar una victoria consistente en mi experiencia y crecimiento cristianos.

Oh, amigos, este tema de la dieta de la mente es muy importante, pero a lo que quiero que atendamos hoy en particular es a la importancia de alimentarnos con aquello que es integral. Lo que hemos estado viendo es la importancia de no alimentarnos con lo que no es integral. ahora pongámonos positivos. Veamos la necesidad de alimentarnos con aquello que es integral.

El título de nuestro estudio, “Puestos los ojos en Jesús.” {Heb12:2}

Estamos en la lección 32, página 69. Lección 32, sí 32, página 69. La experiencia cristiana se resume en las palabras de Pedro en Romanos 12:2. “No os conforméis a este siglo, sino” ¿qué? “…transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.” ¿Qué nos conforma a este mundo? El programar a nuestra mente con las cosas de este mundo. ¿Entienden esto? Para ser transformados, debemos dejar de programar a la mente con las cosas de este mundo y comenzar a programarla con las cosas de Dios. ¿Decimos “amén”? {Amén} Ya ven, “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.” {Sal 23:7} Así, para ser cristianos, debemos cambiar la forma en que pensamos. Debemos llegar a tener la mente de Cristo. ¿Amén? {Amén} Volvemos a lo básico aquí, pero debemos, debemos recordarnos estas cosas. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.” {Flp 2:5} Esta es la esencia de la experiencia cristiana.

Si hemos de hacer esto, debemos programar la mente con las cosas de Cristo. Es por eso que surge nuevamente nuestro texto clave. ¿Cuál es, para todo el seminario? 2 Corintios 3:18, “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” ¿Cómo es transformada la mente? ¿Cómo somos transformados por la renovación de nuestras mentes? Contemplando la gloria de Cristo y ¿cuál es la gloria de Cristo? …es Su carácter. {AA 545.2} Somos transformados en semejanza a lo que contemplamos. Transformados en semejanza a lo que contemplamos.

Debemos llegar, queridos amigos, a tener un corazón puro, una mente como la de Cristo, para que seamos eficaces testigos del Rey o ciudadanos aptos para el Reino. Y eso requiere de un esfuerzo diligente de nuestra parte. ¿Qué requiere? Un esfuerzo diligente de nuestra parte. Pero el esfuerzo no es para transformarnos, el esfuerzo es para mantener el ojo de la mente fijo en Cristo. Dije algo muy importante allí. El esfuerzo no es para transformarnos, es esfuerzo es para mantener el ojo de la mente fijo en Cristo, para que, a través de Su Espíritu Santo, Él pueda transformarnos de gloria en gloria. Esto es crucial, escuchen: El Ministerio de Curación, página 491: “Necesitamos una sensación constante del poder ennoblecedor de los pensamientos puros. La única seguridad para cualquier alma está en el pensamiento correcto. ‘Cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.’ {Prov 23:7} El poder del auto-control se fortalece con el ejercicio.” Anímense: “El poder del auto-control,” ¿qué? “…se fortalece con el ejercicio.” “Lo que al principio parece difícil, con la repetición constante se vuelve,” ¿cómo? “…fácil.” Alabado sea Dios. “… hasta que los pensamientos y acciones correctas se vuelven habituales.” Se pueden construir buenos hábitos así como malos hábitos. ¿Amén? Pero cambiar los patrones de hábitos requiere de un esfuerzo diligente y perseverante, ¿no es así? Especialmente en la dieta de la mente. Volvamos a la cita: “Si es nuestra voluntad,” “si ,” ¿qué? “…es nuestra voluntad,” y eso involucra a la decisión. “Si es nuestra voluntad podemos descartar todo lo que es barato e inferior y elevarnos a un nivel alto; podemos ser respetados por los hombres y amados por Dios.” Pero por favor noten, ¿qué es absolutamente necesario si vamos a elevarnos a un nivel alto y crecer de gloria en gloria? Debemos descartar todo lo que es barato e inferior.

Por eso leímos anoche en Salmos 119:37, “Aparta mis ojos, que no vean la vanidad, avívame en tu camino.” ¿Necesitamos la renovación como pueblo? {Sí} Todos necesitamos de la renovación como pueblo. {LDE 189.1} Pero ¿cuál es el requisito absolutamente esencial para la renovación? Es apartar los ojos de las cosas sin valor. ¿Amén? Y fijarlos en, ¿quién? En Cristo. Fijarlos en Cristo. Pero el yo y Satanás se opondrán constantemente, queridos amigos, cuando buscamos apartar nuestros ojos, en particular el ojo de la mente, de las cosas del mundo y fijar el ojo de la mente sobre Cristo.

En verdad, noten que estoy hablando de dos cosas aquí. Estoy hablando de los ojos físicos y del ojo de la mente. Existe una diferencia; están íntimamente asociados, inseparablemente asociados, pero hay una diferencia. A los ojos físicos, por supuesto los usamos para mirar distintas cosas y ver imágenes. Pero por favor sepan que lo que los ojos físicos ven tiene un efecto directo y dramático sobre lo que el ojo de la mente mira. ¿No es así? Existe una correlación directa allí. Es cierto que podemos estar mirando algo con los ojos físicos y que el ojo de la mente esté en otro lugar. Saben esto. Es esa mirada fija de televisión que siento de vez en cuando. Puedo decirlo, aunque me están mirando, sus mentes están en otro lugar. Pero no permitan que me desvíe a la televisión nuevamente. Los ojos físicos tienen un efecto directo y poderoso sobre lo que contempla el ojo de la mente. Es por eso que al contemplar somos, ¿qué? Transformados. Porque lo que nuestros ojos físicos miran programa al ojo de la mente, influencia el foco del ojo de la mente, que determina qué somos. Bien, mantener el ojo de la mente sobre Cristo no es una tarea sencilla. Pero debemos, por la gracia de Dios, aprender a hacerlo. ¿Decimos “amén”?

Escuchen esta frase: Mente, Carácter y Personalidad, Tomo 2, página 595: “Si Satanás busca desviar la mente a cosas bajas y sensuales, tráela de regreso y colócala sobre cosas eternas;” y escuchen: “y cuando el Señor vea el esfuerzo decidido realizado para retener solo pensamientos puros, atraerá a la mente como un imán,” Oh, ¡amo esto! “…atraerá a la mente como” ¿qué? “…como un imán, purificará los pensamientos y permitirá que se limpien de cualquier pecado secreto.” ¡Alabado sea Dios! Pero, queridos amigos, ¿cuándo atraerá a la mente como un imán? ¿Cuándo? Por favor, ¿lo notaron? “…cuando el Señor vea el esfuerzo decidido realizado para retener solo pensamientos puros.”

Otra vez volvemos al hecho de que Dios no puede liberar un poder sobrenatural sobre nadie que no lo desee realmente; y nuestra elección de recibir ese poder debe estar ratificada por un esfuerzo para realizar esa elección. ¿Recuerdan ese estudio? {L24, p. 8} …Y los milagros que Cristo realizó para aquellos que habían estado aquí con nosotros? Aquí hay una clave. Entonces “…cuando el Señor vea el esfuerzo decidido…” ¿Qué hará? “…atraerá a la mente como un imán, purificará los pensamientos y permitirá que se limpien de cualquier pecado secreto.”

Tenemos luego uno de nuestros textos clave, “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento,” ¿cuántos pensamientos? “…todo pensamiento a la obediencia a Cristo.” {2 Cor 10:5} Oh, todo pensamiento, queridos amigos. Ya ven, ése es nuestro objetivo: tener el ojo de la mente constante y continua y exclusivamente sobre Cristo. Cada pensamiento cautivo de, ¿quién? De Cristo, sí.

¿Cómo se hace esto? “Por lo demás, hermanos…,” Filipenses 4:8, “…todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en eso pensad.” “…en eso pensad.” Queridos amigos, allí está nuestro menú de la mente. Queridos cristianos, si desean ser transformados por la renovación de sus mentes {Rom 12:2}, deben ofrecer a su mente solo aquello que está en este menú que recién leímos. ¿Decimos “amén”? Deben comenzar a ser muy conscientes y selectivos con respecto a lo que ofrecen a la mente. La elección es vuestra. Pero por favor sepan que “ninguno puede servir,” ¿a qué? “…a dos señores.” {Mt 6:24} Ellas tienen apetitos absolutamente opuestos: la naturaleza carnal y la espiritual. Son contrarias una a la otra. {Gál 5:17} Por eso Cristo dice: “Ninguno PUEDE servir a dos señores.” Porque no existe alimento, no existe dieta de la mente que pueda satisfacer a ambas al mismo tiempo. ¿Entendemos esto? Sus apetitos son tan opuestos que solo podemos alimentar a una u otra; pero nunca a las dos al mismo tiempo.

Entonces, ¿qué debemos hacer? “Escogeos hoy a quién sirváis.” {Jos 24:15} ¿A cuál alimentaremos? Lo que la mayoría de nosotros intentamos hacer… Escuchen, sean honestos conmigo. Aunque es imposible alimentar a ambas a la vez, lo que intentamos es alimentar a una por un rato y luego a la otra por un rato. ¿Admitirían esto? Comenzamos la mañana con nuestro tiempo de alimentación establecido para la naturaleza espiritual, le ofrecemos algo, y luego por la tarde, como está nuestro programa de televisión favorito, nos sentamos y alimentamos la naturaleza carnal. Por eso precisamente somos Laodicenses. ¿Escucharon lo que dije? Precisamente por eso somos tibios. {Apoc 3:16} No nos hemos tomado en serio el convertirnos a semejanza de Cristo, y no hemos tomado, en base a ese compromiso firme, decisiones consistentes y apropiadas {Dan 1:8} con respecto a la dieta de la mente. No hemos decidido dejar de alimentar al hombre viejo, y alimentar solo a la naturaleza espiritual. Queridos amigos, seguiremos siendo Laodicenses hasta que tomemos esa decisión. ¿Escuchan lo que les digo? Por favor sepan esto; no se hagan trampas a ustedes mismos. Debemos tomarlo en serio, debemos ser radicales, si vamos a ser transformados de gloria en gloria y estar preparados para la venida de Cristo, y si vamos a ser útiles a Él, ayudando a otros a prepararse mientras tanto. La elección es vuestra. Pero les he dicho claramente lo que está involucrado. Por favor no se engañen en esto. Por favor no lo hagan.

¿Dónde encontramos todas estas cosas que están en este menú? ¿Aquello que es verdadero, aquello que es noble, aquello que es justo, aquello que es puro, aquello que es amoroso, aquello que es de buen nombre, aquello que es virtuoso, aquello que es digno de alabanza? {Flp 4:8} ¿Dónde encontramos todas estas cosas en su revelación más bella? ¿Dónde lo encontramos? En Cristo nuestro Señor. ¿Amén? Por lo tanto el lema cristiano es el que expresa Pablo tan sucintamente en Hebreos 12:2, “Puestos los ojos en Jesús.” ¿Decimos “amén”? {Amén} Amigos, ese no debe ser solo nuestro lema, sin embargo, debemos reconocerlo como nuestro mandato. “Puestos los ojos en Jesús.” Ni siquiera estoy satisfecho con esto dicho. Eso que es nuestro lema y nuestro mandato debe convertirse en nuestra magnífica obsesión: “Puestos los ojos en Jesús,” así es. No será hasta que no se convierta en nuestra magnífica obsesión que seremos capaces, a través de una cooperación constante con el Espíritu Santo al fijar nuestros ojos en Jesús, de ser cambiados de gloria en gloria {2 Cor 3:18} y así convertirnos en el pueblo que Dios desea que seamos. “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”

Ya saben, veamos juntos esta frase, “puestos los ojos.” “Puestos los ojos,” es débil en español. Es una traducción débil del griego. En griego es una palabra especial. La palabra griega es “aphorao” “apho-ra-o,” {Strong’s G872} y está formada por dos palabras, el prefijo “apo” {Strong’s G575} que significa “desde,” y el verbo “horao” {Strong’s G3708} que significa “ver con los ojos, mirar constantemente.” ¿Siguen esto? Unen a estas dos y tenemos nuestra frase que se traduce “puestos los ojos:” “aphorao.” Por favor entiendan lo que Pablo nos está diciendo, sin embargo, al utilizar este verbo especial. Nos está diciendo que primero debemos apartarnos de mirar a todo lo demás, por eso la parte de “apo.” Debemos apartar los ojos de todo lo que tan fácilmente nos distrae, y debemos fijar el ojo de la mente, enfocar el ojo de la mente, y observar con mirada fija a Cristo. Esa es la esencia de este verbo. Esto es lo que literalmente está diciendo. Además, la obra Exhaustive Concordance de Strong define al verbo de esta forma: “Apartar los ojos de otras cosas y fijarlos en algo.” Así es en Strong, eso es lo que significa “aphorao.” “Apo” y “horao” juntos, digámoslo: “ah-fo-rah-o.” ¿Qué significa? Apartar los ojos de otras cosas y fijarlos en algo.

¿Qué es el algo en este caso? Es Cristo. Queridos amigos, en síntesis ese es nuestro rol cooperativo esencial, pero eso requiere diligencia. Requiere un esfuerzo perseverante combinado con el poder divino. Requiere del ejercicio de la voluntad y de una disciplina mental espiritual que es totalmente desconocida para la mayoría de nosotros. Que Dios nos ayude a familiarizarnos con esa disciplina mental espiritual de apartar el ojo de la mente de todo lo demás y fijarlo exclusivamente en Cristo. Vean, esto es absolutamente imperativo si es que vamos a ser capaces de crecer y de mantener la victoria.

Escuchen; Testimonios, Tomo 5, página 744: “Nuestra tarea diaria y de cada hora está establecida en las palabras del apóstol: ‘Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.'” {Heb 12:2} ¿Tenemos un trabajo que hacer en nuestra experiencia cristiana? ¿Lo tenemos? Sí, ¿cuál es? ¿Es cambiarnos a nosotros mismos? No, no podemos hacer eso. Un leopardo no puede cambiar sus manchas ni un etíope el color de su piel. {Jer 13:23} No podemos hacer eso; debemos ser cambiados. Pero, ¿significa eso que no tenemos ningún trabajo que hacer? No, por favor no concluyan que no tienen nada que hacer solo porque no pueden cambiarse a sí mismos. Solo el Espíritu Santo puede cambiarnos; pero el Espíritu Santo no puede cambiarnos ¡a menos que cooperemos! ¿Decimos “amén”? {Amén} Y, ¿cómo cooperamos? Contemplando a Cristo así Él puede cambiarnos a semejanza de aquello que contemplamos. ¿Amén?

No hay forma de que podamos ser llevados de gloria en gloria a menos que estemos cooperando, contemplando ¡la gloria del Señor! {2 Cor 3:18} Justo aquí está la razón por la cual somos Laodicenses, otra vez. No nos hemos tomado en serio el apartar nuestros ojos de las cosas del mundo, y fijarlos exclusivamente en Cristo. Y por eso somos tibios, ni calientes ni fríos. {Apoc 3:16} Tenemos una forma de lo divino {2 Tim 3:5}; cumplimos con la rutina, y nos comportamos bastante bien, en especial en comparación con otros. Pero eso es solo un blanqueo {Mat 23:27}, amigos. Vamos, admítanlo. No intento juzgar a nadie aquí, solo estoy explorando con ustedes al veredicto del Verdadero Testigo. {Apoc 3:14-21} Esta es Su evaluación de la iglesia del fin de los tiempos. No podemos negar Su veredicto. La razón de ello es que nosotros tenemos nuestro ojo de la mente todavía con demasiada frecuencia sobre las cosas del mundo, y pasamos muy poco tiempo fijando el ojo de la mente sobre Cristo. Por supuesto, al contemplar somos cambiados a semejanza de aquello que contemplamos. Voy a decirlo francamente, amigos, por favor no se molesten por esta forma tan directa. Y adviertan que estoy usando la persona plural. Estoy hablando de nosotros.

Nosotros necesitamos la renovación como pueblo. {LDE 189.1} ¿Amén? {Amén} Entonces, ¿qué debemos hacer? Debemos apartar nuestros ojos de las cosas sin valor y fijarlos en Cristo. Tenemos que “aphorao.” Tenemos que “aphorao.” Ese es nuestro trabajo cotidiano, de cada hora; diario, de cada hora. ¿En qué tiempo de verbo suponen que está “puestos los ojos” en griego? Vamos, aquellos que han estado conmigo. Es el tiempo presente activo; y, ¿qué significa el tiempo presente activo? Acción en curso, continua, para lo que sea. “Puestos los ojos” está en tiempo presente activo en griego. Significa que nosotros debemos continuamente tener puestos los ojos en Cristo, no solo ocasionalmente. Sino, ¿cómo? Continuamente. ¿Decimos “amén”? {Amén} Esta es una disciplina espiritual radical, la que estamos discutiendo. Para la mayoría de nosotros es totalmente ajena. Pero esto es lo que se necesitará si vamos a, realmente, ganar dos cosas. Sigamos esto, dos cosas:

1. victoria consistente sobre la tentación,

2. y crecimiento continuo en la semejanza a Cristo en carácter.

Necesitamos “aphorao,” apartar nuestros ojos de todo lo demás y fijarlos en Cristo, en particular el ojo de la mente, si vamos a tener una victoria consistente sobre la tentación y a experimentar un crecimiento continuo en la semejanza a Cristo en carácter. Trabajemos ahora con estos dos.

En lo que nos resta de tiempo, examinemos la necesidad de hacer esto para obtener una victoria consistente sobre la tentación. ¿Está bien? Testimonios, Tomo 4, página 357: “Nuestro principal peligro es…” Ahora, cualquier oración que comienza así debería alertarnos y hacer que prestáramos atención. ¿Cuál es nuestro principal peligro, queridos amigos? “Nuestro principal peligro es tener a la mente desviada de Cristo.” ¿Qué es eso? “Nuestro principal peligro.” Es tener el ojo de la mente desviado de Cristo.

Ahora bien, si estuviese aquí esta mañana, ¿quién suponen que se levantaría y con su sonora voz de pescador diría, “Amén, predícalo hermano?” ¿Quién? Pedro. Pedro, el apóstol. ¿No tuvo él una experiencia muy tangible con respecto al peligro principal, el de tener el ojo de la mente desviado de Cristo? Está narrado en las Escrituras, y solía preguntarme, durante mucho tiempo, porqué estaba narrado. Entiendo, es una historia emocionante, caminar sobre el agua, guau, pero durante mucho tiempo no entendí el objetivo espiritual de la lección. Pero lo entiendo ahora. ¿Y ustedes? En verdad, ¿por qué estaba Cristo mismo caminando sobre el agua? ¿Estaba solo haciendo alarde? “Eh, miren lo que puedo hacer. Soy Dios; puedo caminar sobre el agua.” ¿Es eso lo que estaba haciendo? No. ¿Por qué estaba caminando sobre el agua? ¿Porque esa es la única forma en que podía hacer llegar el mensaje? No. Había muchas otras formas en las que podía hacer llegar el mensaje. Entonces, ¿por qué estaba caminando sobre el agua? Queridos amigos, por favor entiendan que para la mente hebrea, el agua era el abismo, el dominio y ámbito del reino de la oscuridad. El hecho de que Cristo pudiera caminar sobre el agua era un ejemplo tangible, una lección objetiva de Su poder, nosotros podemos caminar sobre el reino de la oscuridad, y podemos evitar hundirnos en ese foso. ¿Decimos “amén”? {Amén} Es una profunda lección espiritual. Pero Cristo quería que sus discípulos supieran que no solo Él, como hombre dependiente del Padre, podía caminar sobre el agua, sino que nosotros, hombre pecadores, dependientes de Él, podemos caminar sobre el agua. ¿Me siguen? Por eso, cuando Pedro dice: “Señor, si eres Tú, manda que yo vaya a Ti” ¿Qué dijo Jesús? “Ven.”

Escuchen. La historia está narrada en Mateo 14:25. “Mas en la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y cuando los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ‘¡Un fantasma!’ Y dieron voces de miedo. Pero enseguida,” Me gusta eso, “…enseguida Jesús les hablo, diciendo: ‘¡Tened ánimo; yo soy, no temáis’. Entonces le respondió Pedro, y dijo: ‘Señor, si eres Tú, manda que yo vaya a Ti sobre las aguas’. Y Él dijo: ‘Ven’. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.” Hasta aquí, muy bien. ¿Qué está haciendo? Está “aphorao-ando.” Está apartando sus ojos de todo lo demás y los está fijando en Cristo. Pero luego, ¿qué sucede? Versículo 30, “Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ‘Señor, sálvame!’ Al momento,” aquí lo tenemos de nuevo, me encanta. “…Al momento, Jesús extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ‘¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste'”

Amigos, por favor entiendan aquí la profunda lección espiritual y aprendan de ella; y aplíquenla a su propia experiencia personal, por favor. “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” ¿Por qué dudó? Apartó sus ojos de Cristo. Vean, “Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra,” ¿qué? “…fe.” {1 Juan 5:4} Y, ¿cómo obtenemos fe? “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.” {Heb 12:2} ¿Amén? Al contemplarlo, Él inicia nuestra fe. Al seguir contemplándolo, Él, ¿qué? Él la madura, Él la desarrolla, Él la fortalece, Él la perfecciona. Él la completa. Pero en el momento en que apartamos nuestros ojos de Cristo, ¿qué sucede? Comenzamos a dudar; perdemos la fe y cuando perdemos la fe, ¿qué sucede? ¿Qué sucede, inevitablemente? La ley de gravedad prevalece. Entiendan por favor la equivalencia espiritual aquí.

Por favor entiendan la equivalencia espiritual. La ley de gravedad es nuestra inclinación natural hacia el mal. {Ed 29.1} ¿Lo entendieron? ¿Qué es la ley de gravedad? Es nuestra tendencia natural hacia el mal, nuestra propensión natural a hundirnos en el foso de los pensamiento y sentimientos carnales. Al menos, si no de palabras y acciones. ¿Entienden esto? Esto es la gravedad. Y, queridos amigos, la única forma en que ustedes y yo podemos superar a la gravedad, superar esa tendencia natural hacia el mal, es manteniendo una comunión constante con Él, que es el único con poder para permitirnos hacerlo. {Amén} “Separados de Mí nada podéis hacer.” {Juan 15:5} Pero con Él podemos caminar sobre el agua. ¿Decimos “amén”? {Amén} Con Él podemos mantenernos por encima de ese foso infecto de pensamientos y sentimientos carnales. Pueden hacerlo incluso en lo privado de vuestra mente, en vuestra vida mental, pero solo pueden hacerlo si mantienen el ojo de la mente, ¿dónde? Fijo en Cristo. En el momento en que rompen la comunión con Cristo, vamos, admítanlo, en el momento en que rompen la comunión con Cristo, ¿qué sucede? Se hunden… ¡Se hunden! Y el demonio lo sabe, por eso está constantemente intentando desviar el ojo de la mente de Cristo. Sabe que nadie puede caminar sobre el agua. Nadie tiene el poder, en sí mismo, de superar la gravedad. Solo pueden hacerlo en tanto dependan constantemente en Cristo. Por eso, ¿qué trata de hacer constantemente? Satanás, ¿Qué trata de hacer constantemente? Romper nuestra conexión con Cristo. Ustedes lo saben.

En el momento en que Pedro comenzó a mirar las circunstancias: el viento y las olas… Además, la pluma inspirada nos dice que miró sobre su hombro para ver si los discípulos estaban apreciando lo que estaba haciendo. {DA 381.5} Allí hay algo de orgullo. En verdad, amigos, cuando aprendemos a caminar sobre el agua, es muy, muy fácil comenzar a sentirlo como un mérito personal, y volvernos auto-suficientes y orgullosos. {BEcho, May 15, 1892 par. 5} ¿Escuchan lo que estoy diciendo? Sepan, por favor, que si en cualquier instante son capaces de superar la gravedad, es solo por Él y no por ustedes. ¿Decimos “amén”? No pueden tomar el mérito. No miren por sobre el hombro para ver si alguien está apreciando lo que están haciendo. Solo Cristo lo hace posible. Solo Cristo lo hace posible.

Mantengan esa comunión constante y tendrán un acceso continuo al poder divino, y así pueden desafiar a la ley de gravedad. Pueden desafiar vuestra tendencia natural al mal. ¡Alabado sea Dios! ¿Amén? Pueden caminar sobre el agua. Pueden hacerlo. Crean en Él. Contémplenlo. Confíen en Él, y en Su poder que evita constantemente que se hundan en ese foso de pensamientos y sentimientos carnales. Además, si por un momento apartan los ojos de Cristo, y descubren que se están hundiendo, tengan al menos la reacción que tuvo Pedro para exclamar: “Señor, ¡sálvame!” {Mt 14:30} Y, ¡alabado sea Dios!, inmediatamente tendrán lo necesario para dejar ese foso.

Pero, ¿qué han hecho? Vamos, ¿qué han hecho? Se han profanado. Se han profanado a ustedes mismos. Han contaminado sus mentes. Pero, ¡alabado sea Dios!, “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y,” ¿qué? “…y limpiarnos de toda maldad.” {1 Juan 1:9} ¡Alabado sea Dios! Queridos amigos, aprendamos de nuestros errores {7T 244.4}, ¿sí? Aprendamos de nuestros errores. Siempre que tropezamos y caemos, por la falta de atención y oración, detengámonos un momento y pidamos a Dios que nos ayude a aprender de nuestro error, para poder evitar volver a hacerlo. {ST, Feb 10, 1890 par. 7}

Siempre que hago eso, inevitablemente, ¿saben cuál es la razón por la que me hundo? Es porque, por un motivo u otro, aparté el ojo de la mente de Cristo. Permití que algo distrajera al ojo de la mente de Cristo. Nuestro principal peligro es que el ojo de la mente se desvíe de Cristo. Es este. Por favor, queridos amigos, recordemos que si vamos a tener una victoria consistente, entonces debemos disciplinar al ojo de la mente para que esté constantemente sobre Cristo. ¿Entendemos todos esto? Es esencial. Es esencial. En el momento en que rompemos la comunión con Cristo, la gravedad prevalecerá y nos hundiremos. No podemos mantenernos por encima del foso inmundo de los pensamientos y sentimientos carnales sin poder divino, al igual que Pedro no podía caminar sobre la superficie del mar de Galilea sin el poder divino. Es un paralelismo directo. Directo. Por favor sepan esto.

Review and Herald, 11 de julio de 1907: “En tanto contemplen a Cristo…” “En tanto,” ¿qué? “…contemplen a Cristo, están a salvo; pero en cuanto,” ¿en cuanto qué? “…en cuanto confían en ustedes mismos, están en gran peligro. Aquel que está en armonía con Dios dependerá continuamente de Él por ayuda.” ¿Amén? {Amén} Este es el secreto, queridos amigos, para una victoria continua y consistente. Es la dependencia continua, total, en Cristo. Ese es el secreto. Escuchen como lo expresa David en Salmos 25:15, “Mis ojos están siempre hacia Jehová.” “Mis ojos están,” ¿cómo? “…siempre hacia Jehová”, “porque Él sacará mis pies de la red.”

Signs of the Times, 19 de septiembre, 19″Necesitamos,” ¿qué hermanos, hermanas? “…comunión constante con Cristo igual que necesitamos alimento diario para nutrir al cuerpo. Si existe un momento en que no estemos en peligro de ser engañados por el enemigo, entonces, por ese momento, podemos obviar la ayuda divina.” Pero, ¿existe alguna vez un momento en que no estemos en peligro de ser engañados por el enemigo? ¿Alguna vez? No, no existe.

Y, en verdad, ¿quién es el enemigo a quien más debemos temer, que está siempre preparado para engañarnos? ¿Quién es? No es Satanás, es el yo. Jeremías 17:9, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” ¿Decimos “amén”? {Amén} Vuestro peor enemigo, el que más debemos temer, es el que habita dentro del campamento. En verdad, cuando conseguimos la victoria sobre él, conseguimos también la victoria sobre su aliado. {Aleluya} Es por eso que aquellos de nosotros que superan a la carne con todos sus deseos, sus engañosas lujurias, como nos dice Pablo en Efesios 4:22, son “más que conquistadores,” porque no solo conquistamos la carne, conquistamos el reino de las sombras en el proceso ¡Alabado sea Dios! Alabado sea Dios,

Salmos 16:8, aquí está el secreto de David para la victoria. “A Jehová he puesto siempre delante de mí.” “A Jehová he puesto,” ¿cuánto tiempo, amigos? “…siempre.” ¿Oyen aquí un tema recurrente, consistente? Hablamos de una comunión constante, continua con Cristo. “A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.” Invencible a los ataques del pecado, el yo y Satanás; ¿Por qué? Porque pone siempre al Señor antes que a sí. ¿Quieren ser invencibles? Vamos, necesito más respuesta que esto. ¿Quieren ser invencibles ante los ataques del pecado, el yo y Satanás? {Sí} Entonces deben aprender a poner al Señor siempre delante suyo.

En verdad, ¿cuándo se vio David en dificultades? Cuando aparte sus ojos de Dios y los colocó en Betsabé {2 Sam 11:2}; y, ¿qué tan rápido se hundió cuando hizo eso, amigos? David era un hombre que pertenecía al corazón mismo de Dios. {1 Sam 13:14; PP 722.4} Era un hombre santo. Por favor no subestimen cuánto y cuán rápido pueden hundirse si apartan los ojos de Cristo.

Cada Día con Dios, página 232: “Lleva a Dios contigo a todas partes. La puerta está abierta para cada hijo e hija de Dios. Dios no está lejos del alma que Lo busca. La razón por la que…” Escuchen: “La razón por la que tantos están abandonados a sí mismos en lugares de tentación es porque no ponen nunca a Dios antes que a ellos. Es en los lugares en los que menos se piensa acerca de Dios donde se necesita llevar la luz de vida. Si Dios no está a la vista, si nuestra fe y nuestra comunión con Dios se quiebran, el alma está en riesgo real. La integridad no se mantendrá.” ¿Escucharon eso? ¿Dice ella, “La integridad puede no mantenerse”? No, ella dice: “La integridad,” ¿qué? “…no se mantendrá.” ¿Por qué? Porque la gravedad va a hundirlos en el momento en que quiebren la conexión con la única fuente que puede permitirles desafiar la ley de gravedad. Si quiebran la comunión con Cristo la tendencia hacia el mal prevalecerá. La integridad no se mantendrá. Por favor entiendan esto. “Si Dios no está a la vista, si nuestra fe y nuestra comunión con Dios se quiebran, la integridad no se mantendrá.” Debemos llegar a entender esto.

Entonces, ¿qué necesitamos hacer, queridos amigos, para obtener una victoria consistente? Debemos acercarnos a Dios y Él, ¿qué hará? Se acercará a ustedes. Salmos 69:18. Santiago 4:8 “Acercaos a Dios.” Quiero decir… Salmos 69:18 es “Acércate a mi alma, redímela; líbrame a causa de mis enemigos.” Santiago 4:8, “Acercaos a Dios, y Él,” ¿qué? “…se acercará a vosotros.”

Pero, ¿cómo nos acercamos a Él? ¿Cómo nos acercamos a Él? Eligiendo no resistir el poder de atracción de Su amor. Y eligiendo exponernos a la revelación de Su amor. ¿Escucharon lo que recién dijimos? Es muy importante. ¿Cómo nos acercamos a Dios? Eligiendo no resistir el poder de atracción de Su amor, sino más bien eligiendo contemplar la revelación de ese amor. Jeremías 31:3, “Jehová se manifiesto a mí hace mucho tiempo, diciendo ‘Con amor eterno te he amado; por tanto te prolongué,'”¿qué? “…la misericordia.'” ¿Qué es lo que nos atrae a Dios? ¿Es Su qué? Es Su misericordia. Pero debemos escoger contemplar la revelación de ello para tener el poder de atracción sobre nosotros. Si no la contemplan no puede atraerlos. ¿Siguen esto?

¿Dónde se revela plenamente el poder de atracción de la misericordia divina? En Cristo y en Cristo crucificado. {1 Cor 2:2} ¿Amén? Por eso Cristo dice en Juan 12:32, “Y yo, si fuere levantado de la tierra,” ¿qué? “…a todos atraeré a Mí mismo.” ¿Dónde se revela más perfecta y completamente la misericordia? Es en el sacrificio infinito de Dios {5T 515.1} para salvarnos, que hizo Él en la cruz. Al contemplar eso, nos atrae; si no lo resistimos, nos atraerá. En tanto no solo contemplamos al Cordero {Juan 1:29.36}, sino que continuamente Lo contemplamos, en tanto permanecemos con nuestro ojo de la mente fijo en Cristo, se nos otorgará continuamente poder sobrenatural para vencer. Salmos 26:3, “Porque Tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en Tu verdad.” Mantengan sus ojos sobre la misericordia de Dios como se revela en Cristo y en Él crucificado, y pueden caminar sobre el agua. ¿Decimos “amén”? {Amén} Pueden caminar sobre el agua.

A Fin de Conocerle, A Fin de Conocerle, página 250: “El alma que ama a Dios ama tomar fortaleza de Él a través de la comunión constante con Él. Cuando se convierte en hábito del alma conversar con Dios, el poder del malvado se quiebra,” ¿decimos “amén”? “…porque Satanás no puede habitar cerca del alma que se acerca a Dios. Si Cristo es vuestra compañía, no albergarán pensamientos vanos e impuros; no permitirán palabras triviales que Lo agravien a quien se ha convertido en el santificador de vuestra alma… Quienes son santificados a través de la verdad son recomendaciones vivientes de Su poder, y representantes de Dios elevado. La religión de Cristo refinará el gusto, santificará el juramento, elevará, purificará y ennoblecerá el alma, volviendo al cristiano más y más adecuado para la sociedad de los ángeles celestiales.” ¿Escucharon este último párrafo? Contemplarlo constantemente nos vuelve, ¿qué? Testigos eficaces para el Rey y ciudadanos adecuados del Reino. Queridos amigos, contemplen al Cordero y obtendrán la victoria. Oremos.

Dios Padre, gracias por poder caminar sobre el agua si mantenemos al ojo de la mente fijo en Cristo. En Su nombre Te alabamos. Amén. Gracias amigos.

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