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Se dice que el desarrollo del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos. Durante la siguiente hora exploraremos tanto nuestro privilegio como nuestra responsabilidad de asemejarnos al carácter de Cristo. Acompáñenos en esta poderosa hora de renovación personal mientras el Pastor Stephen Wallace nos lleva “De Gloria en Gloria”.
Es un placer tenerles aquí, les agradezco tanto su presencia. Había estado esperando este momento desde que comenzamos a hablar de ello, lo cual fue hace varias semanas. Es un privilegio estar aquí. Estoy tan contento de que hayan elegido estar aquí esta noche y espero y oro por que elijan regresar. Esta noche comenzamos un seminario muy intensivo titulado “De Gloria en Gloria”. Y pueden darse cuenta de eso si tienen consigo sus carpetas con sus encartes y papel para tomar notas.
Vamos a estudiar juntos la obra más importante que se le ha confiado al ser humano. ¿Qué es lo que vamos a estudiar? La obra más importante que se le ha confiado al ser humano. ¿Y cuál es esa obra? ¿Cuál es la obra más importante que se le ha confiado al ser humano? Escuché la respuesta: “La construcción del carácter”. Ésa es una respuesta buena y correcta. Pero saben, comúnmente, cuando hacemos esta pregunta, la gente responde: “Ganar almas”. “Compartir nuestra fe, ésa es la obra más importante”. Y supongo que eso es lo que cruzó la mente de muchos de ustedes cuando hice la pregunta. Pero en realidad, ¿es ésa la obra más importante? Pregunta: ¿Podemos ser ganadores de almas exitosos si no nos asemejamos al carácter de Cristo? ¿Podemos serlo? No, no podemos. Mis queridos amigos, lo que nos hace ganadores de almas eficaces es el ser Cristianos amables y afectuosos. ¿Amén? ¿Qué nos dice Pablo? “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe”. {1 Cor 13:1}
Queridos hermanos en la fe, por favor sepan que es posible arrinconar a alguien con las 27 creencias fundamentales… No, ahora son 28, ¿no es así? Con todas las 28 creencias fundamentales, con versículos clave grabados en nuestra memoria, y en el proceso alejarlo de Cristo Jesús. Vamos… ¿pueden reconocer eso? ¿Es eso posible? Me temo que sí. Por favor sepan que lo que de verdad atrae a la gente a tener una relación salvadora con Cristo Jesús no es tanto convencer la mente como lo es ganar el corazón. ¿Amén? Sí, hay que convencer la mente respecto de la verdad, pero es Aquél quien es la Verdad quien gana el corazón. ¿Amén? Es sólo entonces que la voluntad, el poder gobernante, el poder de elegir, puede ser conquistada por el Dios de Amor y eso lleva a la conversión genuina. Y mis queridos amigos, para llevar a alguien a vivir ese tipo de experiencia, tenemos que hacer más que simplemente convencerles de que tenemos la verdad. Tenemos que dejar que Aquél quien es la Verdad los ame a través de nosotros. ¿Amén? Es precisamente por eso que hay una obra aún más importante que la de ganar almas. Precisamente porque es un requisito previo esencial para ganar almas eficazmente.
Vayamos a la lección número uno, en realidad se titula “Introducción” en sus copias, y quiero leer la respuesta inspirada a la pregunta que hice: ¿Cuál es la obra más importante que se le ha confiado al ser humano? Se encuentra en el libro “La Educación”, página 225 (del inglés) primera cita… página 3 Y cito… ¡Escuchen atentamente! “La construcción del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos y nunca antes ha sido su estudio diligente tan importante como ahora”. Amigos míos, ¿cuál es la obra más importante? ¿Cuál es? La construcción del carácter. La construcción del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos. Y por favor observen la última oración: “y nunca antes ha sido su estudio diligente tan importante como ahora”. ¿Por qué es tan importante ahora? Porque el Rey viene pronto. Creo que escuché dos “amenes” muy leves. Les voy a dar una segunda oportunidad. ¿Por qué es que el estudio diligente de la edificación del carácter es tan importante ahora? De hecho, nunca había sido tan importante como ahora porque, alístense: el Rey viene pronto. {¡Amén!} ¡Bien! Sabía que teníamos algunos Adventistas aquí esta noche, aquéllos que creen en el inminente regreso de Cristo Jesús. Mis queridos amigos, de todo corazón creo que Jesús viene pronto. De todo corazón.
De hecho insisto, ¡por favor escuchen esto! Insisto en que es imposible tener un entendimiento inteligente de los eventos finales que se han profetizado, junto con un entendimiento de los eventos actuales sin llegar a la conclusión de que Jesús viene muy, muy pronto. Las señales de los tiempos están por doquier. ¿Se han percatado de cuán poco tiempo queda? Y aún hay mucho por hacer. Hay mucho por hacer. Hay un mundo al que advertir. Un evangelio para ser predicado a toda nación, tribu, lengua y pueblo. {Apoc 14:6} Un mensaje especial. Se llama “El Mensaje de los Tres Ángeles”. Un mensaje por el cual esta iglesia se levantó, para proclamar un último llamado misericordioso instándonos a entrar a una relación salvadora con Cristo Jesús. Esa obra se tiene que hacer. Se tiene que llevar ese mensaje a todo el mundo. Y nuestras vidas deben estar preparadas para ir con Jesús a nuestro eterno hogar. En esencia, esa es la obra que se tiene que hacer. Tenemos que predicar un evangelio a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Y tenemos que preparar nuestras propias vidas. Pero por favor escúchenme mis queridos amigos. ¡Por favor escúchenme! El cumplimiento exitoso de ambas tareas depende exactamente de lo mismo. ¿Y de qué depende? De la construcción de un carácter que se asemeje al de Cristo. ¿Amén? ¿Por qué? Porque no podemos ser ni testigos eficaces del Rey ni ciudadanos idóneos para el reino a menos que nuestro carácter se asemeje al de Cristo. Quiero repetir eso, y probablemente lo van a escuchar vez tras vez durante esta serie. No podemos ser ni testigos eficaces del Rey ni ciudadanos idóneos para el reino a menos que nuestro carácter se asemeje al de Cristo. Y, porque el Rey viene pronto, mis queridos amigos, y porque lleva tiempo… lleva tiempo construir un carácter que se asemeje al de Cristo, es que insisto en la veracidad de esa declaración de apertura. La Educación, página 225 “La construcción del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos y nunca antes ha sido su estudio diligente tan importante como ahora”. Tan importante como ahora. Y eso es precisamente lo que vamos a hacer juntos en estos próximos días.
Vamos a estudiar diligentemente lo que el Señor dice de este esencial tema de gran importancia. Y desde ya les aseguro que no he venido desde Montana para compartir con ustedes mis propias teorías personales u opiniones con respecto a la construcción del carácter. ¡Dios no lo quiera! Mis queridos amigos, cuando tratamos algo tan importante como la construcción del carácter necesitamos depender de algo mucho más confiable que las opiniones de un pobre mortal. ¿Amén? {Amén.} Cuando tratamos un tema que… Debemos entender que para ser testigos eficaces del Rey y ciudadanos idóneos para el reino, debemos depender de algo mucho más confiable que la filosofía de alguien. Debemos depender de lo que el Señor dice al respecto. Y quiero asegurarles que es eso a lo que hemos venido a compartir con ustedes: ¿Qué dice el Señor sobre este tema?
Al ver sus copias habrán notado algo muy particular: Aquí no hay nada de parte de Stephen Wallace. Bueno… con pocas excepciones leves, pequeñas notas que voy a intercalar de vez en cuando pero es casi, en su totalidad, lo que la pluma inspirada dice con respecto a este tema. Y es en eso en lo que queremos basar nuestro estudio. Yo simplemente voy a servir, por la gracia de Dios, como un guía al considerar lo que el Señor dice con respecto a este esencial tema de gran importancia. ¿Me permiten hacer eso? Estoy orando fervientemente para que el Espíritu Santo me dirija y me guíe mientras les dirijo y les guío a ustedes al considerar lo que el Señor dice sobre este tema.
Vamos a usar como nuestro libro de estudio primordial la Biblia. Las Sagradas Escrituras. Usaré, y espero que esto no le moleste a nadie, usaré la nueva versión de la Biblia del Rey Jacobo. Ahora , yo aprecio la versión antigua, es la Biblia del pueblo, es la Biblia en la que esta iglesia nació y en la que se edificó, y es la Biblia preferida de muchos, particularmente entre los santos de pelo blanco. Pero el lenguaje isabelino es demasiado difícil de entender para la nueva generación. Y por esa razón he seleccionado la nueva versión. Tiene exactamente la misma herencia en materia de manuscritos que la versión antigua. Es tan similar que si usted tiene la versión antigua, probablemente no va a tener ningún problema en seguir la lectura mientras yo leo de la nueva versión. Y en realidad, en algunos casos, y señalaremos algunos de ellos, la nueva versión ha traducido con mayor precisión parte del idioma original. Así que yo aprecio mucho la nueva versión y la recomiendo como una excelente Biblia de estudio.
También necesito hacerles saber desde el inicio de nuestro estudio, que vamos a complementar y subrayo esa palabra “complementar”. Vamos a complementar nuestro estudio de las Escrituras con el estudio del comentario inspirado de las Escrituras, del cual disfrutamos tanto y al cual conocemos como el Espíritu de Profecía. Quiero hacer constar desde el inicio de nuestro estudio, que soy alguien que ha sido conmovido profundamente, influenciado positivamente y bendecido por los escritos del Espíritu de Profecía. Mis queridos amigos, yo no estaría aquí sin ese regalo, al menos eso creo yo. El Señor… me ha bendecido enormemente a través del estudio de esos libros maravillosos. Y valoro enormemente la ayuda que representan en el estudio de las Escrituras. Y ésa es la manera en la cual los usaremos, no para suplantar las Escrituras, sino para complementar el estudio de las mismas. Vamos a aludir al Espíritu de Profecía como un comentario inspirado sobre los pasajes bíblicos que vamos a estudiar. Para ayudarnos a entender mejor los principios envueltos en las Escrituras y para ayudarnos a poner en práctica esos principios en nuestra vida diaria, y es ahí, de paso, en donde el Espíritu de Profecía de verdad brilla. En la aplicación práctica de los principios bíblicos. Y a mí no se me ocurriría privarlos de esa preciosa ayuda. Por lo tanto, vamos a aludir a ellos frecuentemente, y ustedes pueden observar eso en sus copias, como un comentario inspirado en las Escrituras. Tengo el permiso de ustedes para hacer eso, ¿verdad? {Sí.} Bien… Gracias.
Hay algo más que debo subrayar muy, muy enfáticamente en este estudio introductorio. Lo cual es, como lo resume nuestro título, lo espiritual ¿qué? Se discierne espiritualmente… {1 Cor 2:13-14} Mis queridos amigos, ¿qué significa eso? Lo espiritual se discierne espiritualmente. Bueno… básicamente eso quiere decir que sin la ayuda del Espíritu Santo simplemente no tenemos lo que necesitamos para entender la verdad al punto de experimentar su poder liberador y santificador en nuestras vidas. ¿Escucharon? ¿Escucharon lo que acabo de decir? El pasaje de donde sacamos el título… Leámoslo … se encuentra en 1 Corintios 2:13 y 14. “lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual”. Pero… aquí Pablo nos está advirtiendo, “… el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir”, ¿cómo? “espiritualmente”. Ahora, el hombre natural… ¿quién es él? Bueno, somos todos nosotros sin la obra sobrenatural del Espíritu Santo en nuestras vidas. Ésa es la naturaleza humana sin la ayuda divina. Ése es el hombre natural. Y por favor noten que para el hombre natural las cosas de Dios son… ¿qué? …locura. Son locura. ¿Por qué? Porque sólo pueden ser discernidas espiritualmente. Ahora, la palabra griega “discernido” tiene un significado interesante: no solamente significa “correctamente entendido” sino, más particularmente, significa “correctamente valorado” “correctamente apreciado”. Se necesita el poder del Espíritu Santo, mis queridos amigos, no sólo para que podamos entender la Verdad con el intelecto pero necesitamos el poder del Espíritu Santo para valorar correctamente la verdad y apreciarla con nuestro corazón y escoger ponerla en práctica en nuestras vidas. Sin la ayuda del Espíritu Santo no es posible experimentar, repito, el poder liberador y santificador de la verdad.
Y ustedes saben que hay un poder liberador y santificador en la verdad, ¿cierto? Jesús dice lo siguiente: Juan 8:32 “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. ¿Hay poder en la verdad para liberarnos de la esclavitud natural en la que nos encontramos? ¿Esclavitud del pecado, del yo, y de Satanás, la malvada trinidad que tiraniza al hombre natural? Sí, sí hay un poder liberador en la verdad. Pero mis queridos amigos, no podemos experimentar ese poder liberador a menos que recibamos la verdad bajo la influencia del Espíritu de Verdad. Y en el poder del Espíritu de Verdad elijamos incorporarlo a nuestras vidas. También hay un poder santificador en la verdad. Veamos el siguiente versículo. Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. ¿Tiene la verdad el poder para santificarnos? ¿Para hacernos santos? Sí, sí lo tiene. Pero mis queridos amigos, no es posible experimentar el poder santificador de la verdad a menos que, una vez más, la estudiemos, la recibamos y la pongamos en práctica por el poder del Espíritu de Verdad. Esa es la única manera. Esa es la única manera. Hay una gran diferencia entre conocer la verdad intelectualmente y conocerla al punto de experimentar su poder liberador y santificador en nuestras vidas, ¿no es así? ¿Es posible tener conocimiento de la verdad y no ser liberado o santificado por ella? ¿Es posible? Claro, ustedes saben que sí. Ustedes saben que sí. Es muy posible. Es terriblemente posible tener un gran conocimiento de la verdad y no experimentar su poder santificador y liberador en nuestra vida. Por lo tanto… para conocer la verdad se requiere mucho más que simplemente asentir intelectualmente a favor de ella. Uno puede asentir intelectualmente a favor de la verdad y no ser transformado por ella.
Entonces, ¿qué significa conocer la verdad al punto de experimentar su poder liberador y santificador? Les voy a dar tres pasos claves. Escríbanlos. Son muy importantes. Para conocer la verdad al punto de experimentar su poder liberador y santificador en nuestra vida debemos – número 1: Captarla en la mente. Debemos ¿qué? captarla en la mente. Sí, debemos asentir intelectualmente a favor de la verdad. Debemos entenderla. Comprenderla. Esto es esencial. No quiero decir que no es esencial captar la verdad en la mente sino que no es suficiente sólo captar la verdad en la mente. ¿Cuál es el siguiente paso? Número 1, debemos captarla en la mente. Número 2, debemos abrazarla con los sentimientos. En otras palabras, debemos amar la verdad, apreciarla, valorarla, contarla como la cosa más preciosa en nuestra vida. Reconocerla como la Perla de gran precio. ¿Amén? {¡Amén!} Ahora, es justo aquí cuando necesitamos ayuda sobrenatural. Pero antes de explicar eso, les voy a dar el tercer paso que debemos tomar si vamos a conocer la verdad al punto de experimentar su poder liberador y santificador en nuestra vida. Número 3, debemos someter la voluntad a la verdad. ¿Entendieron esos tres pasos? Número 1: Debemos captarla en la mente. Número 2: Debemos ¿qué? Abrazarla con los sentimientos. Número 3, el paso más importante: debemos ¿qué? Someter la voluntad a la verdad. Debemos rendirnos a la verdad. Debemos obedecer la verdad. Debemos elegir vivir en armonía con la Palabra de Aquél quien es la Verdad. Cuando hagamos eso, mis queridos amigos, sólo entonces… vamos a experimentar su poder liberador y santificador en nuestra vida. ¿Amén? {¡Amén!}
Me gusta decirlo de esta manera: No sólo debemos entender la verdad, debemos estar bajo la verdad. ¿Hay una diferencia entre entender la verdad y estar bajo la verdad? ¡Sí! Entender la verdad significa asentir intelectualmente a favor de ella. Estar bajo la verdad significa someterse a ella, rendir la voluntad a ella, dejar que se salga con la suya en nuestra vida. Y mis amigos, ¿qué va a llevarnos de entender la verdad a estar bajo la verdad? El paso intermedio. ¿Cuál es? Abrazar la verdad, amar la verdad. ¿Amén? Cuando reconozcamos que la Verdad no es simplemente un concepto abstracto sino una persona. A saber ¿quién? Cristo Jesús. Y cuando lleguemos a amarlo, es entonces cuando escogeremos rendir nuestra voluntad a Él sin reservas. ¿Amén? {¡Amén!}
Y sólo hasta que demos ese tercer paso, mis queridos hermanos y hermanas, que vamos a experimentar en nuestras vidas el poder liberador y santificador de la verdad. Debemos dar ese tercer paso. Pero éste es el punto clave. No se lo pierdan. Aunque demos el primer paso: Asentir intelectualmente a favor de la verdad sin la ayuda del Espíritu Santo, hasta cierto grado podremos comprender, podremos entender la verdad pero no en su totalidad, no profundamente, no al grado al que el Espíritu Santo nos lleva; hasta cierto grado podemos hacer eso sin la ayuda del Espíritu Santo. Podemos asentir intelectualmente a favor de la verdad. Pero, mis queridos amigos, lo que no podemos hacer es dar el segundo y tercer paso sin la ayuda del Espíritu Santo. ¿Por qué? Romanos 8:7 Romanos 8:7 No está en sus copias pero tomen nota: ¿Qué dice Romanos 8:7? “Los designios de la carne son” ¿qué? “enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco” ¿qué? “¡pueden!” ¿En verdad? Sí, en verdad. Entendamos bien lo que Pablo nos está diciendo aquí. Primeramente, ¿cuáles son los designios de la carne? ¿Cuáles son los designios de la carne? Saben… yo pensaba que si los designios de la carne son enemistad contra Dios y no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden, se debe referir a alguien que de verdad está hundido en el pecado. A un rebelde sin causa. ¿Es ése el caso? No mis queridos amigos, así somos todos nosotros por naturaleza. ¿En verdad? Sí. Lo que es nacido de la carne, carne es. {Juan 3:6} Y todos somos mentalmente carnales hasta que seamos ¿qué? Nacidos del Espíritu, nacidos de nuevo. Entonces seremos mentalmente espirituales. Pero hasta no ser convertidos, por naturaleza somos ¿qué? Mentalmente carnales. ¿Me explico? Y por lo tanto por naturaleza… ¿Cuál es nuestra actitud hacia Dios? Los designios de la carne son ¿qué? Enemistad contra Dios. ¿Qué significa “enemistad”? Podemos entender el significado por la palabra “enemigo”. La mente carnal tiene animadversión, y odio hacia Dios. Algunos de ustedes estarán diciendo: “Bueno… ¡espere un momento! Sabe… eso es un poco fuerte, ¿no cree?” “Yo conozco personas que no afirman ser convertidas, ser nacidas del Espíritu, que nunca afirmarían odiar a Dios”. Mis queridos amigos, por favor escúchenme.
Si de verdad quieren saber lo que el hombre natural piensa de Dios vayan al Calvario. ¿Qué haría el hombre natural con Dios si se le diera la oportunidad? Lo mataría. El Calvario no sólo revela el carácter de Dios, en la persona de Jesucristo, también revela el carácter del hombre en las personas de aquéllos que lo clavaron a la cruz. Es aterrador lo que ahí se ve de nosotros, ¿no es así? Por naturaleza odiamos tanto a Dios que si nos dieran la oportunidad lo eliminaríamos. Esta es precisamente la razón, queridos amigos, por la cual si queremos dar el segundo paso, abrazar la verdad con los sentimientos, y recuerden, en última instancia la Verdad es… ¿quién? Jesús. Si queremos abrazarlo en lugar de crucificarlo, algo sobrenatural debe pasar. ¿Amén? {Amén.}
Debemos tener un corazón nuevo, un corazón para conocerlo, con la capacidad sobrenatural para amarlo cuando por naturaleza lo odiamos. ¿Tiene sentido lo que digo? Y si no pueden dar el segundo paso, si yo no puedo dar el segundo paso por el poder del Espíritu Santo, y llegar a amar la Verdad, nunca vamos a poder dar el tercer paso. Es el amor de Cristo que nos constriñe. {2 Cor 5:14} Cuando someto mi voluntad a Jesús, si en realidad la he sometido a Él, es porque lo amo y porque sé que Él me ama a mí. Y, a propósito, sólo puedo amarlo porque Él me amó primero. {1 Juan 4:19} ¿Amén? {¡Amén!} Y ¿dónde descubro cuánto Él me amó a mí primero? En la Cruz, una vez más, en el Calvario. en la cruz nos damos cuenta de mucho, no sólo de quiénes somos nosotros sino también de quién es Jesús y de quién es el Padre.
En este seminario vamos a pasar mucho tiempo yendo a la cruz, mis queridos amigos. yo tengo la misma obsesión que tenía el apóstol Pablo, me propuse no conocer entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a Éste crucificado. {1 Cor 2:2} Ahí es donde está el poder transformador. Al contemplar al Cordero… inmolado. {Apoc 5:6} Ahí está el poder. Ahí es donde se conquista el corazón y ahí es donde la voluntad se rinde. ¿Amén? {¡Amén!} Todo tipo de cosas suceden en la cruz… La conciencia es convencida, la mente es persuadida, el corazón es capturado , la voluntad es conquistada, y la vida es convertida. Todo sucede… ¿dónde? En la cruz. En la cruz… Por favor… permítanme traerles, permítanme traerles con frecuencia, al estudiar juntos, al pie de la cruz. Es ahí donde todo sucede, mis amigos. Que Dios nos ayude a darnos cuenta de que para conocer la verdad al punto de experimentar su poder liberador y santificador en nuestra vida, necesitamos una ayuda sobrenatural. No sólo porque los designios de la carne son enemistad contra Dios… ¿Qué más dice este mismo versículo? Ya que la carne es enemistad contra Dios la misma nos impide dar el segundo paso. Por naturaleza. Pero, ¿qué más dice el versículo? No se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco… ¿qué? ¡Puede! {Rom 8:7} Eso nos impide… dar ¿qué?
¡El tercer paso! Rendir la voluntad, elegir obedecer a la Verdad. Mis queridos amigos, ni ustedes ni yo podemos hacer eso sin el poder del Espíritu Santo. No podemos. Es imposible. Ahora…debo interponer un pequeño calificativo, y no se lo pierdan. No vamos a parar de hablar de esto al continuar la serie. Por favor dense cuenta de que aunque la carne no se sujeta ni se somete al espíritu de la ley, la carne puede hacer una obra extraordinaria en someter la conducta a la letra de la ley. ¿Escucharon ese calificativo? ¿No es significativo? Por supuesto que es significativo. Lo voy a repetir. Ya que la carne no puede someterse a sí misma, a sus propios procesos, a nuestros pensamientos y sentimientos, a nuestros motivos y deseos al espíritu de la ley, ¿qué puede hacer la carne a un grado extraordinario si hay suficiente motivación del ego? ¿Qué puede hacer la mente carnal? Puede sujetar la conducta a la letra de la ley. Y es precisamente en esto donde radica su capacidad excepcional para engañarnos y hacernos creer que somos algo que en realidad no somos. ¿Me escuchan, queridos amigos?
Y saben… precisamente esto es hipocresía. Es ajustarse a la letra de la ley aparentando ser lo que no es. Conducirse bien, engañando a otros, y quizás aún a uno mismo, haciendo creer que somos… ¿qué? Cristianos. Después de todo, nos conducimos mucho mejor que la mayoría de la gente. ¿Qué dice la Biblia sobre este corazón natural? Dice que es engañoso por sobre todas las cosas y desesperadamente perverso. {Jer 17:9} Pero lo aterrador es que puede esconder su perversidad con un exterior muy sofisticado. Jesús lo llamó “sepulcro blanqueado”. {Mt 23:27} ¿Están conmigo? Una tumba blanqueada. Y luego agregó que un sepulcro blanqueado es hermoso… ¿dónde? Por fuera. ¡Se ve muy bien! Pero por dentro está lleno de ¿qué? de huesos de muertos y de toda inmundicia, Hay un vil hombre muerto, egoísta, detrás de toda esa blancura, haciendo las cosas correctas por las razones incorrectas. Dios nos tenga misericordia, ¿será posible que algo de eso todavía esté ocurriendo hoy? ¿En el pueblo de Dios? ¿Acaso los escribas y fariseos tenían una experiencia exclusiva de hipocresía? ¿O acaso no es así la naturaleza humana, hipócrita? Yo he venido aquí para decirles que esa es la naturaleza humana. Y por favor… tengan un poco de paciencia, ¿sí? Lo que ahora voy a decir no los va a hacer sentir muy cómodos o contentos conmigo, pero tengo que amarlos lo suficiente para decirlo de todas formas. ¿Está bien? Durante el transcurso de este seminario voy a tener que regresar una y otra vez a este asunto de la hipocresía. ¿Por qué? Porque según el juicio del Testigo Fiel, es un problema que predomina en la iglesia de los últimos días.
Vamos, ¡analicen esto conmigo! ¿Cómo se llama la iglesia de los últimos días de Apocalipsis? La última… Laodicense. ¿Acaso no estamos en los últimos días? {Sí.} Eso quiere decir que nosotros somos… ¿qué? La iglesia Laodicense. Ahora, es un hecho que hay aspectos de las siete iglesias en todos los períodos de tiempo. Pero hay características que predominan en determinado período de tiempo. Y la característica que predomina en la iglesia de los últimos días según el Testigo Fiel es… ¿qué? Es que somos ¿qué? ¡Tibios! Somos ¿qué? Tibios. Ahora, ¿qué significa exactamente ser tibios? Bueno…el Testigo Fiel dice que no eres frío ni caliente. Vayamos a ese texto. Se encuentra en Apocalipsis capítulo 13, ¿no es así? Apocalipsis capítulo 13… No… Corrección… Es Apocalipsis capítulo 3. Versículo 16. Bueno… empecemos a leer un poco antes. Versículo 14. “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!” Pausemos. ¿No es esa una declaración extraordinaria? El Testigo Fiel preferiría que fuésemos fríos en lugar de… ¿qué? Tibios. Increíble… Después hablaremos de eso. Versículo 16 “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente”, ¿qué? “te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un” ¿qué? “desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”.
Aquí hay un terrible engaño de uno mismo. ¿No es así? ¿Por qué es que la iglesia Laodicense está tan engañada? ¿Por qué se creen ricos, enriquecidos de bienes y sin necesidad de nada y no saben que en realidad son desventurados, pobres, ciegos miserables y desnudos? ¡¿Por qué?! Porque, mis queridos amigos, tienen una APARIENCIA de piedad. {2 Tim 3:5} ¿Escucharon lo que dije? Tienen… ¿qué? Una apariencia de piedad. Tienen un corazón carnal que se conforma con ajustar su conducta a ¿Escucharon lo que acabo de decir? ¿Se han convertido de verdad? ¡No! ¿Creen ellos que de verdad se han convertido? ¡Sí! Creen que son ricos, que se han enriquecido, y que de ninguna cosa tienen necesidad. ¿Por qué están tan engañados? Porque han hecho una obra extraordinaria para blanquear sus tumbas. ¿Amén? {¡Amén!} Están muy callados esta noche. Son tan hermosos por fuera que se han engañado a sí mismos y a otros creyéndose que son ¿qué? Cristianos.
Mis queridos amigos, por favor, por favor entiendan que es muy posible que algunos de nosotros hayamos caído en esta trampa. Y si ustedes se molestan conmigo por siquiera sugerir eso lo siento mucho, pero debo sugerirlo porque esto es lo que dice el Testigo Fiel. No los estoy juzgando, simplemente estoy compartiendo con ustedes Su juicio. ¿Y acaso no nos juzga Él con justicia? ¡Sí! ¿Por qué? Porque Él no nos ve de la misma manera que el hombre ve. El hombre ve la apariencia externa pero Él ve… ¿qué? Vamos, Él ve ¿qué? ¡Él ve el corazón! {1 Sam 16:7} Y Él observa no sólo lo que hacemos y lo que no hacemos sino también, y más importante aún, por qué lo hacemos y por qué no lo hacemos. Él ve el espíritu detrás de la conducta. Comúnmente nosotros sólo analizamos la conducta pero Él ve nuestras intenciones. Y, mis queridos amigos, esto es precisamente lo que significa ser tibios. Analicen esto conmigo. Ser fríos, eso es hacer lo incorrecto por razones incorrectas. ¿Tiene sentido? Son impíos por fuera porque son impíos por dentro. ¿Qué es ser caliente? Hacer lo correcto por razones correctas. Vivir externamente conforme al régimen de la ley porque el corazón está en armonía con el espíritu de la ley. Hacer lo correcto por razones correctas. ¿Me explico? ¿Qué suponen que es ser tibio? Es hacer lo correcto por razones incorrectas. ¿Amén? {¡Amén!} Es tener una apariencia de piedad, pero negar la eficacia de ella. {2 Tim 3:5} ¿Y cuál es el poder del evangelio? El de transformarnos al renovar nuestras mentes. {Rom 1:16 & 12:2} ¿Amén? {Amén.}
El verdadero Cristianismo implica mucho más que simplemente una modificación de la conducta. El verdadero Cristianismo implica la transformación del corazón. Pero hay una terrible hipocresía en el lugar donde “jugamos a la iglesia”. Pretendemos ser Cristianos manteniendo nuestra conducta conforme a la letra de la ley. Y lo aterrador de esto es que nos hemos vuelto tan buenos que no sólo tenemos a otros engañados sino también a nosotros mismos. ¿Pero a quién no podremos engañar jamás? Vamos… ¿A quién? Nunca podremos engañar a Dios. Hermano, hermana por favor examinémonos dentro de estas próximas semanas. ¿Está su corazón en paz? Ésa es la pregunta. Está en paz su… ¿qué? Su corazón. ¿Es usted genuinamente Cristiano? ¿O simplemente pretende serlo? Y si esa pregunta le ofende le pido que… Saben… algunos de ustedes han estado en la iglesia por muchos años y quizá se ofendan porque yo me atreva a hacerles esa pregunta. Pero, Dios tenga misericordia, podemos haber estado en la iglesia toda nuestra vida y no estar convertidos. Ustedes lo saben… espero. ¡Ni siquiera estar convertidos! Y podemos estar actuando muy bien, haciendo un buen papel. Y ser honrados y respetados por nuestros hermanos de iglesia. Podemos tener un cargo en la iglesia y ni siquiera ser convertidos.
Así que volvamos atrás. Cuando digo que la carne no puede dar el tercer paso, someterse a la Verdad, no quiero decir que la carne no puede hacer la obra extraordinaria de conducirse conforme a la letra de la ley. Pero sí quiero decir que la carne no puede traer los pensamientos y sentimientos, los deseos y las intenciones, en armonía con el espíritu de la ley. Eso es lo que quiero decir. ¿Quedó claro? {Sí.} Por lo tanto… si queremos llegar a conocer la Verdad al punto de experimentar su poder liberador y santificador en nuestra vida, mis queridos amigos… ¿qué debemos tener? ¿Qué debemos tener? Debemos tener la ayuda y el poder del Espíritu Santo en nuestros estudios. ¿Amén? {Amén.} Saben…de todo corazón, de todo corazón, alma y mente quiero que este seminario sea una experiencia transformadora para todos. Dios no quiera que sólo vengamos a ejercitar el intelecto. Sí, vamos a desafiar el intelecto. Vamos a tratar verdades serias y profundas. Vamos a remangar nuestras camisas y a estudiar diligentemente la Palabra de Dios. ¿Están listos? {Amén. Sí.} Les voy a preguntar otra vez. Necesito que respondan con más entusiasmo. ¿Están listos? {¡Amén!} ¿Es eso lo que quieren? {Sí.} Mis amigos, quiero decirles que no he venido para entretenerlos. No he venido a compartir con ustedes ideas sensacionalistas concebidas humanamente. Por la gracia de Dios, he venido a remangar mi camisa y a escarbar profundamente en la mina de la verdad con ustedes. He venido a traerles un conocimiento transformador de la Verdad. ¿Es eso lo que desean? {Amén.} Bien. Bien. Sigan viniendo. Por favor. Y juntos estudiemos diligentemente.
Les voy a leer una declaración que habla de la gran diferencia entre tener la verdad y dejar que la Verdad nos posea ¿Hay una diferencia? ¿Tenemos nosotros la verdad? ¿La tenemos? {Sí.} Mis amigos, no me queda duda de eso. Dios nos ha confiado la verdad. Pero hay un problema. ¿Cuál es? No hemos dejado que la Verdad nos poseyera. ¿Porqué me atrevo a decir eso? Bueno…por la gracia de Dios todavía estamos aquí. Ya ni siquiera deberíamos estar aquí . Quiero escuchar más de un “amén”. Ya ni siquiera deberíamos estar aquí. {¡Amén!} Ya deberíamos estar en el reino. {¡Amén!} Hace tiempo que deberíamos ser testigos eficaces del Rey y ciudadanos idóneos para el reino. ¿Amén? {Amén.} ¡Hace mucho tiempo! Pero todavía estamos aquí. ¿Por qué? ¿Porque no tenemos la verdad? No, sí tenemos la verdad. ¿Cuál es el problema? ¡No hemos dejado que la Verdad nos poseyera! Por eso todavía estamos aquí, y nos vamos a quedar aquí hasta que dejemos que la Verdad nos posea. Perdónenme, si sueno molesto. No lo estoy. Simplemente me tomo esto con seriedad. Lo cual es diferente. Mi querida esposa me dice de vez en cuando, -“Steve, parece que estás molesto con estas personas”. Y no lo estoy, los amo. Por la gracia de Dios, no puedo hacerlo naturalmente. Pero quiero verlos en el reino. Y sé, por experiencia propia, que simplemente teniendo la Verdad no vamos a llegar allá. Debemos dejar que la Verdad nos posea… Debemos ser transformados por la Verdad de adentro hacia afuera. Debemos ser transformados radicalmente. No podemos llegar al cielo simplemente porque sabemos conducirnos.
Cristo Jesús ha comprado la vida eterna para todos nosotros. No podemos ganarnos la vida eterna. Pero, mis queridos amigos, vine a decirles que tenemos que prepararnos si queremos disfrutar de la vida eterna. ¿Amén? {Amén.} No podemos comprar el cielo, pero debemos aprender a ser felices ahí. Y no vamos a ser felices en el cielo a menos que aprendamos a ser santos. Porque la felicidad es el resultado de la santidad. ¿Escucharon lo que dije? La felicidad es el resultado de la santidad. Y ésta es precisamente la razón por la cual muy pocos son felices de verdad en este mundo. ¿Por qué? Porque están buscando su propia felicidad. Y si buscamos nuestra propia felicidad nunca la encontraremos. ¿No es verdad? Sí, es verdad. Si estamos buscando ser felices nunca lo seremos de verdad. Claro, podemos encontrar placer en el pecado por un tiempo. Pero ténganlo por seguro que será por un tiempo muy corto y terminarán aún más desdichados después de haberlo probado. ¿Amén? ¡Les estoy hablando directamente! Si de verdad queremos ser felices, entonces aprendamos a ser santos. Aprendamos a vivir nuestra vida enteramente para Dios y para otros. Ahí yace la felicidad. Y así es como nos preparamos para ser felices en el cielo. Porque eso es lo que vamos a hacer en el cielo. No viviremos para nosotros mismos sino para los demás. Y de paso… Yo ansío vivir en un lugar en donde todos se preocupen por mi felicidad antes que por la de ellos. ¡Piénsenlo! ¡Piénsenlo!¡ Qué maravilloso será ese lugar! ¿Cómo es aquí en la tierra? Justamente lo opuesto. ¿Quién se preocupa por su felicidad? Sólo ustedes, naturalmente. Usted se preocupa por su propia felicidad. Y cada quien se preocupa por sí mismo. Y si usted se interpone en mi camino y amenaza mi felicidad, tendré que lidiar con usted. Así es como funciona este mundo. ¿Me escuchan? Por eso es que es un lugar desdichado.
Pero nosotros, por la gracia de Dios, muy pronto viviremos en un lugar en donde todos se preocuparán por la felicidad de otros antes que por su propia felicidad. ¿Pueden imaginarse cuán maravilloso será ese lugar? Pero, mis queridos amigos, si queremos estar listos para vivir en dicho lugar necesitamos aprender a vivir así aquí y ahora. ¿Amén? {Amén.} Aquí es donde nos convertimos en ciudadanos idóneos para el reino. Aquí es donde aprendemos a ser santos. A vivir enteramente para Dios y para otros, no para nosotros mismos. Que Dios nos ayude a experimentar este tipo de transformación, la cual es tan radical, que la Biblia la llama “nacer de nuevo”, convertirse en una nueva criatura.
¡Escuchen! La revista “Review and Herald”, 25 de septiembre, 1888. “Review and Herald”, 25 de septiembre, 1888. “…a menos que los que profesan creer en la verdad sean santificados por ella, exaltados en pensamiento y carácter, estarán ante Dios en una condición menos favorable que el pecador que nunca ha sido iluminado respecto de sus demandas”. ¡Increíble! ¿De verdad? Sí. Dios prefiere que seamos fríos en lugar de tibios. Si tenemos la verdad, pensamos que somos… ¿qué? Ricos, enriquecidos de bienes y sin necesidad de ¿qué? …de nada. Y es menos probable que la verdad nos alcance si ya creemos tenerla. Sigamos leyendo: “Nos estamos acercando rápidamente al final de la historia de este mundo. Cada momento es de la mayor solemnidad e importancia para el hijo de Dios. Las preguntas que deberían estar en cada corazón son, ‘¿Soy Cristiano? ¿Soy Cristiano? ¿Es mi estudio la Palabra de Dios? ¿Mora Jesús en mi corazón por fe? ¿Es la ley de Dios la norma de mi vida? ¿Penetran las verdades en las que profeso creer, en los lugares más secretos de mi vida? ¿Llevo a cabo sus principios en los asuntos de mi vida? ¿Tiene la influencia que ejerzo un poder salvador sobre aquéllos con los que me relaciono?’ A menos que la verdad tenga una influencia marcada y decisiva sobre el carácter y vida del receptor, no está haciendo su obra en la vida como debiera; y aquéllos que no son santificados por medio de la obediencia a la verdad deben ser convertidos o…” ¿qué? “¡Se perderán!”
Hermano, hermana… tenemos la verdad. Dios permita que esa verdad nos posea, y seamos convertidos por la misma. ¿Y cómo va a suceder eso? Por el poder del Espíritu de Verdad. Por lo tanto, será nuestra práctica antes de iniciar cualquiera de nuestros estudios, el invitar personalmente y sinceramente al Espíritu de Dios a que entre a nuestro corazón. Ahora lo vamos a hacer, en este momento, al terminar este estudio introductorio. Y después de una pequeña pausa continuaremos. Pero yo quiero que ustedes, queridos amigos, se tomen un momento y salgan de las mesas que están rodeando y vayan a la puerta. ¿Qué dice el Testigo Fiel acerca de la iglesia Laodicense? He aquí, yo estoy a la puerta y… ¿qué? Llamo. {Apoc 3:20} Quiere entrar y… ¿qué? Cenar con nosotros. Estamos reunidos alrededor de la mesa para abrir el Pan de Vida y alimentarnos. Pero ¿qué debemos hacer para ser nutridos y fortalecidos por ese alimento? ¿Qué debemos hacer? Debemos invitar al Espíritu Santo para que entre y… ¿qué? Cene con nosotros. Cene con nosotros. Al terminar, ¿pueden arrodillarse conmigo por unos momentos para orar en silencio? Personalmente invitando al Espíritu de Dios a que entre y cene con ustedes.
Padre nuestro que estás en los cielos, queremos aprovechar al máximo esta preciosa oportunidad. Esta noche estamos reunidos alrededor de Tu mesa con el propósito de alimentarnos con el Pan de Vida, pero queremos que tu Santo Espíritu nos acompañe. Escuchamos tu llamado en nuestro corazón y queremos abrir la puerta para que entres, entra, entra Huésped Celestial, entra y cena con nosotros. Danos esa sed y hambre que no tenemos naturalmente. Danos ese apetito por el alimento espiritual y más importante aún, danos la capacidad sobrenatural de digerir y asimilar el Pan de Vida para ser nutridos por él. Por favor concédenos esta oración pues lo pido en el nombre de Jesús, Amén.
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Hermosa enseñanza muy muy esencial para nuestra vida espiritual