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Se dice que el desarrollo del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos. Durante la siguiente hora exploraremos tanto nuestro privilegio como nuestra responsabilidad de asemejarnos al carácter de Cristo. Acompáñenos en esta poderosa hora de renovación personal mientras el Pastor Stephen Wallace nos lleva “De Gloria en Gloria”.
Gracias por venir, y concederme el privilegio de continuar con nuestro estudio de lo que dijo el Señor sobre la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos, la construcción del carácter, la construcción del carácter. ¿Cómo va yendo la memorización de esa primera declaración? Quiero inculcarla en sus mentes, Dios así lo permita. Educación, página 225 (del inglés), díganlo conmigo: “La construcción del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos; y nunca antes ha sido su estudio diligente tan importante como ahora”.
Por favor, nos estamos acercando al final de este seminario, pero espero, ruego, por que no sea el final de su estudio sobre este tópico. Ruego por que sea sólo el comienzo en realidad, por que este seminario sirva como catalizador para ayudarlos a realizar mucho más estudio adicional sobre este tópico extremadamente importante que es la construcción del carácter. Verán, no podemos ser ni testigos efectivos para el rey ni ciudadanos idóneos para el reino a menos que tengamos un carácter semejante al de Cristo. Mi hermano, mi hermana, ya que el Rey vendrá pronto, es imperativo, es absolutamente esencial que aprendamos cómo cooperar con el poder transformador del Espíritu Santo en el desarrollo de un carácter semejante al de Cristo.
En nuestro último par de estudios, hemos estado enfocando nuestra atención sobre el papel de la voluntad. Hemos llegado a reconocer que su papel es absolutamente crucial y central, y es de esperar, después de todo, porque la voluntad es el poder que gobierna en la naturaleza del hombre, el poder de decisión, el poder de elección. {SC 47.1} Todo lo que queramos hacer, lo haremos, y si la voluntad no está bajo el gobierno de Dios, nosotros no estamos bajo el gobierno de Dios. Si la voluntad está bajo el gobierno de Dios, podemos, en la fuerza de Cristo {Flp 4:13}, sobreponernos al factor de oposición con el que todos debemos luchar: la carne con todos sus deseos y su aliado, que es Satanás y el reino de las tinieblas, y por supuesto el mundo, y todo lo que está en el mundo, está especialmente diseñado por Satanás para incitar y alentar a los deseos carnales, ¿no es cierto? Entonces, tenemos un factor de oposición bastante importante contra el cual luchar, como aquéllos que son carnales por naturaleza y viven en este mundo que es tan adecuado para promover los deseos carnales: la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida. {1 Juan 2:16}
Ahora, lo que quiero hacer esta noche es enfocarme realmente en forma específica en el papel de la voluntad en lo que respecta a vencer la tentación. ¿Es importante saber cómo vencer la tentación, mis queridos amigos? Absolutamente sí… si alguna vez se ven tentados a pensar que no es importante aprender cómo ser un vencedor, al punto de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, {2 Cor 10:5} y rehusando, por el amor de Cristo y en la fuerza del Espíritu Santo, complacer a la tentación incluso a nivel de nuestros pensamientos… Si alguna vez se ven tentados a llegar a la conclusión de que no es importante saber cómo hacerlo, yo les pido que reconozcan que todas esas maravillosas promesas que están en el Apocalipsis le son hechas ¿a quién? “A aquél que vence.” “Aquél que”, ¿qué? “…que vence”. {Apoc 2 y 3} Mis queridos amigos, ésas son maravillosas promesas, pero sólo somos presuntuosos si pensamos que vamos a disfrutar de cualquiera de esas promesas sin haber aprendido a ser vencedores. ¿Escucho un “amén”? Esto no es opcional, Dios sea misericordioso, es absolutamente crucial y esencial. Debemos ser vencedores, debemos. El papel de la voluntad es tan central, tan esencial, en lo que se refiere a vencer la tentación, y realmente quiero enfocarme en ello meticulosamente. Estamos tocando un tema muy espiritual esta noche, y como las cosas espirituales sólo son discernidas espiritualmente, {1 Cor 2:13-14} debemos comenzar nuestro estudio con una plegaria. ¿Correcto? …como es nuestra costumbre. Por favor recuerden a su hermano al rezar por sí mismos.
Dios Padre, en el nombre de Jesucristo, el Señor nuestra Justicia, Te agradezco que tengamos acceso a Tu oído y a Tu corazón. Te agradezco porque nos ves, nos aceptas, en el Amado, y ciertamente nos amas tanto como amas a Tu Hijo. Gracia asombrosa, qué preciosa provisión… …y entonces Padre te venimos a pedir no porque pensemos que Tú necesitas ser persuadido o convencido para bendecirnos, sabemos que ansías hacerlo; es más bien que venimos a pedir porque necesitamos que se nos recuerde y recordar nosotros mismos, nuestra desesperada necesidad. Debemos preguntar porque la economía del cielo opera sobre el simple principio: “Pedid y se os dará”. Porque sólo de esa forma Tú puedes darnos lo que ansías darnos sin violar nuestra elección, nuestro libre albedrío. Tú golpeas a la puerta; Tú no fuerzas la entrada. Pero al escuchar ese llamado, nosotros elegimos abrir la puerta y decir: “Entra, por favor”. En la persona de Tu Espíritu, agiliza y energiza nuestras facultades mentales y espirituales. Permítenos, no sólo comprender la verdad, sino también amarla -y lo más importante, elegir permanecer bajo la verdad, para rendirnos a ella. Padre, una cosa es comprenderla; otra cosa es permanecer bajo ella. Necesitamos aprender a someter nuestra voluntad a la verdad, y a las demandas de Aquél que es la Verdad. Enséñanos cómo hacerlo esta noche, y mientras guío este estudio, por favor unge mis labios, guía mis pensamientos, formula cada una de mis palabras. Ésta es mi plegaria en el nombre de Jesús. Amén.
¿Dónde estamos? En la página 61, Lección 28. Título: “Cuando la Concupiscencia ha Concebido” {St 1:15} La versión más conocida de este versículo de la Biblia Rey Jacobo dice: “Cuando la concupiscencia ha concebido…” Mis amigos, tenemos un tópico muy, muy importante esta noche. Por favor préstenle su atención más concentrada {3MR 321.1} al estudio de la palabra de Dios. Todo estudio sobre la tentación y cómo vencerla nos guiará al libro de Santiago, ¿no es así? Santiago probablemente más que cualquier otro autor bíblico que conozca, se centra en la tentación, la anatomía de la tentación. El proceso por el cual la tentación se convierte en pecado y cómo podemos evitar que la tentación se convierta en pecado, y por cierto, por favor comprendan que es absolutamente necesario que sepan precisamente cómo, y cuándo, la tentación se convierte en pecado si vamos a saber cómo podemos evitar que la tentación se convierta en pecado. ¿Tiene sentido? ¿Es importante saber cómo evitar que la tentación se convierta en pecado? Sí, lo es. Por lo tanto, es muy importante entender precisamente qué es lo que causa que la tentación se convierta en pecado.
¿Es un pecado ser tentados? No, no lo es. Bien, ¿en qué punto la tentación se convierte en pecado? La mayoría de las personas piensan que la tentación no se convierte en pecado hasta que… cometemos el acto. ¿Es ése el caso? Total y enfáticamente, no, no lo es. Esto es muy importante que lo comprendan, mis queridos amigos. Entonces, dejemos que Santiago nos ayude a llegar a un entendimiento preciso, exacto, correcto de cómo es que la tentación se convierte en pecado. Comencemos nuestro estudio viendo Santiago 1:12, Santiago 1:12: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que Le aman”. Muy interesante; notable verdad encerrada en esos simples versos.
En primer lugar, adviertan que somos bendecidos cuando, ¿qué? …soportamos la tentación. En otras palabras, la tentación tiene el potencial de ser una bendición, ¿verdad? ¿Pero qué es lo que la hace una bendición o no? Es si la soportamos o no, si la vencemos o no. Por favor noten que soportar la tentación, no es sólo una bendición, sino que también es esencial para probarnos. Eso es lo que quiere decir cuando expresa: “Porque cuando haya resistido la prueba”. Ya ven, nuestra fe y nuestro amor por Cristo deben ser ratificados como genuinos si se nos va a confiar la corona de la vida. ¿Qué clase de vida es la que Dios nos va a confiar? -vida eterna; y mis queridos amigos, por favor sepan que Dios no puede confiarle a cualquiera la vida eterna. ¿A quiénes solamente puede Él confiarle la vida eterna? -sólo a aquéllos que han terminado completamente con el pecado. ¿Escucho un “amén”? {Amén} Vean, si no hemos llegado al punto en el que preferiríamos, ¿qué? …morir antes que pecar, no se nos puede confiar la vida eterna. Porque Dios, cuando nos lleva al cielo, no nos hace incapaces de pecar. Todavía tenemos, técnicamente, la capacidad de pecar, pero nunca lo haremos. ¿Por qué? Porque hemos sido examinados y probados en el planeta tierra y hemos dado evidencia irrefutable de que amamos tanto a Cristo, y por lo tanto odiamos tanto el pecado, que gustosamente ofreceríamos nuestras vidas antes que pecar a sabiendas; y eso nos hace seguros para que se nos confíe la eternidad. ¿Estamos todos de acuerdo? “porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que”, ¿qué? “…Le aman”. …Le aman ¿cuánto? …Le aman tanto que preferirían morir antes que desobedecerlo y decepcionarlo y desvirtuarlo.
Review and Herald, 6 de Diciembre, 1881: “Nuestra fe”, y también deberíamos agregar, como lo hace más adelante en esta declaración –nuestro amor- “Nuestra fe debe ser probada en este mundo. Cristo venció en nuestro nombre, y de esta manera hizo posible que nosotros también venciéramos. Debemos soportar las pruebas y las tentaciones aquí, y luego, si somos fieles, recibiremos la corona. ‘Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida’. Seremos expuestos a múltiples tentaciones, pero éstas, si son correctamente soportadas, nos refinarán y nos purificarán, incluso como el oro es purificado en el fuego”. Pausemos. ¿Ven aquí la bendición potencial que hay en la tentación? ¿Qué es lo que hace? Nos purifica. Refina nuestra fe y amor probándolos en el fuego. Sigo leyendo: “Sin embargo, cuando es expuesto a las atracciones del mundo, aquello que habíamos pensado que era oro, no prueba ser más que chatarra. Nuestro Redentor ve la situación, y nos aconseja a todos comprar de Él oro probado en el fuego; {Apoc 3:18} que son la verdadera fe y”, ¿qué? “…el amor genuino, la gracia que no será destruida por las feroces tentaciones”.
Por favor vean qué es lo que está sucediendo aquí, mis queridos amigos. A menudo estamos convencidos de que somos más fuerte de lo que realmente somos, y entonces, para alertarnos sobre nuestra vulnerabilidad y nuestra debilidad, ¿qué es lo que Dios permite? …que seamos tentados, probados, examinados para traer a nuestra atención nuestra debilidad. ¿Por qué es tan importante eso? Porque Él está tratando de alistarnos, en primer lugar, para atravesar un tiempo de intensas experiencias y pruebas, llamado “el tiempo de la angustia”. {GC, cap. 39} Pero Él también está buscando refinar y purificar nuestra fe y nuestro amor, desarrollar nuestro carácter, en otras palabras, para que se nos pueda confiar la vida eterna. Entonces, con todas estas cosas en mente, podemos ver, confío, cómo es que el soportar la tentación es realmente una bendición, ¿no es así? Es una bendición.
Ahora bien, por favor noten que Santiago, a medida que se adentra en el análisis del real proceso de la tentación, la primera cosa que está ansioso por hacer, es asegurarse de que sepamos que Dios no es directamente responsable de que nosotros seamos tentados. Dios no es, ¿qué? “…directamente” responsable. Por favor vean aquí la palabra calificativa. Noten cómo Santiago lo expresa en el versículo 13, Santiago 1:13: “Cuando alguno es tentado, no diga: ‘Soy tentado de parte de Dios’; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni Él tienta a nadie”. Muy claramente Dios no nos tienta, directamente, por el mal, en el mal. Pero por favor adviertan, así también claramente, las Escrituras indican que Dios permite que seamos tentados. Dios no nos tienta, pero Él, ¿qué? Él permite que seamos tentados, ¿y por qué permite que seamos tentados? Precisamente por la bendición potencial que viene cuando, en Su fuerza, la soportamos. ¿De acuerdo?
Ahora, vean en 1 Corintios 10:13: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios…” ¡alabado sea Su nombre! “Pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. ¡Me encanta esa promesa! ¿No es una promesa invalorable? Alabado sea Dios por esa promesa. ¿Ven, mis queridos amigos, por qué Dios permite que seamos tentados? Bien, porque Él quiere que nosotros, al vencer la tentación, seamos más fuertes por haberlo hecho.
Pregúntenle a cualquier fisiculturista. ¿Cómo es que desarrolla cada músculo y tendón de su cuerpo? Él vence la resistencia de esas pesas. ¿Correcto? …y cada vez que lo hace ¿qué le sucede a sus músculos? … ¡se fortalecen! Lo mismo sucede con la tentación, y el desarrollo de nuestros músculos y tendones espirituales. Cada vez que vencemos la tentación, somos, ¿qué? …más fuertes espiritualmente por haberlo hecho. Es un ejercicio maravilloso. Pero gracias a Dios, en este fisiculturismo espiritual, si se quiere, tenemos un entrenador que sabe en qué punto estamos, y sabe lo que podemos manejar en nuestra madurez y desarrollo espiritual, y Él no permitirá que seamos tentados más de lo que podamos resistir en ese punto. ¿No es bueno saber eso? {Amén}
Verán, me gusta pensar en esto muy literalmente. Si estamos en Cristo, nada puede alcanzarnos excepto lo que sea permitido por Cristo. Entonces aquí viene el diablo con una tentación. ¿Pero dónde estoy yo? Yo estoy en Cristo. Entonces, antes que el diablo pueda siquiera tentarme ¿qué es lo que tiene que hacer? Tiene que conseguir que Cristo le permita hacerlo. ¿Correcto? Porque nada puede alcanzarme, estando en Cristo, excepto que Cristo, ¿qué? …lo permita; yo estoy en Él ¿No ven una imagen muy literal aquí? Entonces cuando el enemigo viene con una tentación, Cristo dice: “Espera un minuto, ¿qué tienes en mente? Quiero saber si Steve, en este punto de su desarrollo espiritual, está preparado para eso”. Si es una tentación que puedo manejar en ese punto de mi desarrollo y madurez, ¿qué es lo que dice Cristo? “Muy bien, adelante”. ¿Por qué? Por la bendición que recibiré al vencer esa tentación en Su fuerza. Él nunca dejará que se me tiente más de lo que pueda resistir. ¿Cómo les puede ir mal teniendo a su lado un entrenador como ése? No les puede ir mal.
Escuchen. Signs of the Times, 18 de Diciembre, 1893: “La tentación no es pecado, y no es indicio de que Dios no está complacido con nosotros. El Señor condesciende que nosotros…” Ése es un sinónimo anticuado de ¿qué? …permitir. “El Señor condesciende que seamos tentados, pero Él mide cada tentación, y la asigna de acuerdo a nuestro poder de resistir y vencer el mal. Es en tiempos de prueba y tentación que somos capaces de medir el grado de nuestra fe y nuestra confianza en Dios, y de evaluar la estabilidad de nuestro carácter cristiano. Si somos fácilmente empujados y vencidos, deberíamos alarmarnos; porque nuestra fuerza es poca”. Pausemos aquí, mis queridos amigos. ¿Ven lo que se nos dice aquí? Cristo permite que seamos tentados, no sólo por la bendición que es potencialmente nuestra al vencerla, sino que también permite que seamos tentados para ayudarnos a darnos cuenta de cuán débiles somos, y cuán desesperadamente necesitamos ejercitar esos músculos espirituales y fortalecernos. Vean, por favor entiendan que si no pueden soportar una tentación de cinco libras, están en grandes problemas cuando en el camino sean 200 libras de tentación las que tengan que soportar. ¿Me siguen? Jesús quiere que comiences a ejercitarte, para que cuando el camino realmente se torne difícil, tú estés capacitado para soportarlo en Su fuerza, y deberíamos alarmarnos si colapsamos bajo cinco libras de tentaciones. ¡Alarmarnos!
Volvamos a nuestra declaración: “Consideremos las palabras de consuelo que han quedado registradas para nuestra instrucción: ‘No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir; sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar'”. {1 Cor 10:13} Ahora, me encanta esta frase: “Dios ha asignado la tentación en proporción a la fuerza que Él puede proveer, y nunca permite que seamos tentados más allá de nuestra capacidad de resistir o soportar. ‘Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos'”. {2 Pe 2:9} ¿Pueden decir: “Dios sea loado”, hermanos, hermanas?
¿Saben?, no puedo pensar en algo que hable más convincentemente, en relación a la soberanía de Dios, que el hecho de que Él puede tomar los mejores esfuerzos de nuestros peores enemigos para destruirnos y convertirlos en las más grandes bendiciones. ¡Piensen en eso! ¿Pueden imaginarse cómo puede eso frustrar y enfurecer a Satanás? ¿Cuando viene con una tentación con el terrible deseo de hacernos trastabillar y caer y sin embargo nosotros, en la dependencia de Cristo, la usamos y no trastabillamos, la usamos como un medio para progresar? Eso nos eleva más cerca de Cristo, nos asemeja más a Él, y nos fortalece. ¿Pueden imaginarse cómo puede eso frustrarlo y enfurecerlo, a Satanás? Les pregunto mis queridos amigos, si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? {Rom 8:31} Si Él puede tomar los mejores esfuerzos de nuestros peores enemigos para destruirnos y convertirlos en algunas de nuestras más grandes bendiciones, ¿cómo nos puede ir mal? ¿Escucho un “amén”? {Amén} ¡No nos puede ir mal con tal Dios a nuestro lado! Sin embargo asegúrense de estar en Él. Asegúrense de estar en Él. ¿Sí?
Volvamos al pasaje de Santiago: Entonces, si la tentación no viene directamente de Dios, ¿de dónde viene? {Satanás} Algunos de ustedes cayeron directamente en mi trampa, y todos ustedes lo pensaron, aunque no hayan tenido el coraje de decirlo. Instintivamente, cuando preguntamos de dónde viene la tentación, la gente piensa, ¿qué? – de Satanás, el diablo, por supuesto. Todos sabemos que la tentación viene del diablo; ¿están seguros? Por favor adviertan algo muy importante aquí. Noten en este exhaustivo análisis de la tentación, que hay un nombre que ni siquiera se menciona. Lo segundo que quiero que noten son los cinco, y quiero que los escriban claramente en el mismo versículo -de hecho, lo podrían hacer en sus Biblias y tenerlo en forma permanente- los cinco pasos o etapas que están involucrados en el proceso de la tentación. ¿Sí? Aquí vamos. Estamos buscando dos cosas. ¿Cuál es la primera? ¿El nombre de quién no se menciona? ¿Cuál es la segunda? Las cinco etapas en el proceso de la tentación.
Santiago 1:14: “Sino que cada uno es tentado cuando…” etapa uno: “…de su propia concupiscencia es atraído y seducido”. Versículo 15: “Entonces…” etapa dos: “la concupiscencia, después que ha”, ¿qué? “concebido”, etapa tres: “da a luz al pecado; y el pecado”, etapa cuatro: “siendo consumado”, etapa cinco: “da a luz la muerte”. ¿Comprendieron las cinco etapas? ¿Las anotaron? Es muy importante que las anoten. Esta es una versión amplificada de la simple verdad que Pablo nos da: La paga del pecado es muerte. {Rom 6:23} Santiago nos lleva a lo que sucede antes del pecado y suministra los detalles que nos llevan a la muerte final. ¿Sí? ¿Cuáles son las cinco etapas?
Etapa uno: “De su propia concupiscencia es atraído y seducido”. Llamaremos a esto “seducción”. ¿Retuvieron eso? ¿Cómo lo llamaremos? “Seducción”.
Etapa dos: “La concupiscencia, después que ha concebido”; llamaremos a eso “concepción”. Nombre lógico.
Etapa tres: “Da a luz al pecado”; llamaremos a eso “nacimiento”. ¿Sí?
Etapa cuatro: “Siendo consumado”; llamaremos a eso “consumación”.
Etapa cinco: “Da a luz”, ¿qué? “La muerte”; eso es “muerte”. ¿Sí?
¿Comprendieron las cinco etapas? Seducción, concepción, nacimiento, consumación, muerte. ¿Sí? Ésas son las cinco etapas. Ahora, ¿el nombre de quién ni siquiera se menciona? Díganme, ¿el nombre de quién ni siquiera está allí? Satanás, el diablo, ni siquiera es mencionado. Interesante. ¿Es porque Satanás no está involucrado en absoluto en la tentación? No. No, jamás sugeriría eso. ¿Por qué, entonces, Santiago ni siquiera menciona a Satanás en este exhaustivo análisis del proceso de la tentación? ¿Por qué? Bien, ¿podría quizás ser que Santiago esté tratando de protegernos de nuestra tendencia demasiado humana cuando cedemos a la tentación, a decir, “El diablo me obligó a hacerlo”? “El diablo me obligó a hacerlo”. Vean, él [Santiago] está totalmente consciente de la tendencia de la naturaleza humana. Él mismo la tiene, y desde el mismo comienzo, cuando el Señor Dios se vuelve a la mujer, y dice: “¿Qué es lo que has hecho?” ¿Qué es lo que ella dice? “La serpiente me engañó y yo comí”. {Gn 3:13} “El diablo me obligó a hacerlo”; y hemos estado haciendo eso desde entonces.
Por cierto, recordarán… Algunos de ustedes que son de mi misma cosecha, ¿recuerdan que solía haber remeras y pegatinas, realmente populares, que decían: “El diablo me obligó a hacerlo”? Un actor la propuso como su frase favorita. Pero no fue al actor al que se le ocurrió. Fue el diablo quien la inventó. Mis queridos amigos, ¿piensan que el diablo se molesta cuando lo culpamos de nuestros pecados? ¿Lo piensan? No, está absolutamente emocionado. ¿Por qué? Porque si lo culpamos, no sabemos dónde radica realmente el problema. ¡Vamos! No sabemos dónde radica realmente el problema, y si no sabemos dónde radica realmente el problema, no se nos puede ayudar con él, ¿verdad? …y no vamos a ir por la solución, y pienso que ésa es la razón por la que Santiago ni siquiera menciona el nombre del diablo. ¿Sí?
Tentación: por favor sepan, no podemos decir cuando cedemos a ella que “el diablo nos obligó a hacerlo”. ¿Por qué? Porque al diablo no se le permite, en virtud de la influencia inhibidora del Señor Dios sobre él, forzar a nadie a ceder a la tentación. A menos, por supuesto, que esa persona rechace en forma absolutamente resuelta la inhibidora y graciosa influencia del Señor Dios y cometa el pecado imperdonable, y venda su alma a Satanás. Entonces Satanás tiene control y puede forzar al poseído por el demonio a hacer cosas que ni siquiera podría querer hacer.
Testimonios, Volumen 2, página 294; al final de la página 61: “Es verdad que Satanás es el gran inventor del pecado; aun así eso no excusa a ningún hombre por pecar; porque él no puede forzar a ningún hombre a hacer el mal”. No puede, ¿qué? …forzar a un hombre a hacer el mal. “Él lo tienta a pecar, y hace parecer al pecado seductor y placentero; pero tiene que dejar a su propia voluntad si van a cometerlo o no”. ¿Estamos todos de acuerdo? ¿Podemos entonces, honestamente, legítimamente decir cuando cedemos a la tentación: “El diablo me obligó a hacerlo”? No, no podemos. Satanás tiene que dejar a nuestra propia voluntad, si vamos a cometerlo o no. Entonces, vuelvo a preguntar, ¿de dónde viene la tentación? Viene de dos fuentes, dos fuentes. Mount of Blessing, página 116: “La tentación es incitación al pecado, y ésta no procede de Dios…” eso es lo primero que Santiago estableció, “sino de Satanás”, número uno, “y”, número dos, “de la”, ¿qué? “…de la maldad de nuestros propios corazones”.
Ahora trabajen conmigo en esto. ¿De dónde viene la tentación? ¿De Satanás y de qué? …De la maldad de nuestros corazones. Pero por favor comprendan que más frecuentemente la tentación viene de la maldad de nuestros corazones. Sí, quizás instigada por Satanás, pero no obstante viene de ¿dónde? De nuestra propia naturaleza carnal, caída, la naturaleza inferior corrupta llamada la carne -que no reina en el cristiano, pero todavía, ¿qué? …permanece, …no preside, pero aún reside, y no se contenta solamente con permanecer -¿qué es lo que quiere? …reinar. De allí la exhortación de Pablo: “Por lo tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”. {Rom 6:12}
Ahora bien, la primera fuente de la tentación, muy interesante, Satanás. Evidentemente, aunque no es ésta la norma, es la excepción. Evidentemente, Satanás es capaz de implantar directamente en la mente, pensamientos malvados, y hay una notable declaración aquí que quiero rápidamente compartir con ustedes porque es tan reveladora. Se encuentra en Manuscript Release, Volumen 2, páginas 343-344: “Hace algunas horas escuché las lamentaciones de un alma angustiada. Satanás se acercó a ella de una forma inesperada”. Pausemos. ¿Es ésta la norma para el modus operandi de Satanás en lo que se refiere a la tentación? No es la norma, no. “Satanás se acercó a ella”, ¿cómo? “…de una forma inesperada”. Ésa es una excepción, en otras palabras. Sigo leyendo: “Ella pensaba que había blasfemado contra el Salvador porque el tentador continuaba poniendo en su mente el pensamiento de que Cristo fue sólo un hombre, nada más que un buen hombre. Pensaba que los susurros de Satanás eran los sentimientos de su propio corazón, y esto la horrorizaba. Pensaba que estaba negando a Cristo, y su alma estaba en la agonía de la angustia. Yo le aseguré que estas insinuaciones del enemigo no eran sus propios pensamientos, que Cristo la comprendía y la aceptaba; que debía tratar estas insinuaciones como provenientes totalmente de Satanás; y que su valor debía aumentar con la fuerza de la tentación. Ella debía decir, ‘Soy una hija de Dios. Me consagro, en cuerpo y alma, a Jesús. Odio estos pensamientos vanos’. Le dije que no admitiera ni por un momento que se originaban en ella; que no permitiera a Satanás herir a Cristo hundiéndola en la incredulidad y el desaliento. A aquéllos que así sean tentados…” Pausemos. Evidentemente hay otros que son tentados de esta manera. Yo sé que he sido tentado de esta manera. “A aquéllos que así sean tentados, yo les digo: Ni siquiera por un momento reconozcáis que las tentaciones de Satanás están en armonía con vuestra propia mente. Volveos contra ellos como lo haríais contra el propio adversario”. Ésa es una de las formas en la que Satanás nos tienta, implantando directamente en nuestras mentes pensamientos malignos. Él no pasa por el viejo hombre; simplemente pone un pensamiento justo allí. ¿Sí? Sin embargo yo creo que ésa no es la forma más común de tentación.
¿Cuál es la forma más común de tentación? Satanás nos tienta con más frecuencia mediante la estimulación de nuestros propios apetitos y pasiones pervertidamente egoístas y depravados por medio de la información sensorial que viene a la mente a través de los sentidos. ¿Han seguido eso? Por lejos, es la forma más prevalente de tentación. Ahora bien, Satanás está involucrado, pero en verdad, en un sentido muy real, podría haber hecho las maletas e irse a casa, dondequiera que ésta se encuentre, y la mayoría de la gente ni siquiera notaría la diferencia. ¿Por qué? Porque el mundo está absolutamente desbordado de información sensorial, carnal, materialista, egoísta, ¿no es verdad? En todas partes, todo lo que escuchan, todo lo que ven en este mundo, está calculado para estimular la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida. {1 Juan 2:16} ¿No es así? …y es ése el caso porque Satanás es el príncipe de este mundo, {Juan 14:30; Ef 2:2} y lo estableció de esta manera, en forma deliberada.
Ahora, adviertan esta declaración; Manuscript 47, 1896: “A menudo Satanás nos conquista por nuestros apetitos e inclinaciones naturales”. -por nuestros, ¿qué? “Nuestros apetitos e inclinaciones naturales”. “Éstos fueron designados en forma divina, y cuando les fueron entregados al hombre eran puros y santos.
Recuerden -pausamos aquí- eso lo hemos visto. En el Jardín del Edén, ¿a qué apeló Satanás en nuestros primeros padres? Eva vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría. {Gen 3:6} Ésas eran capacidades otorgadas por Dios para disfrutar los placeres sensoriales de manera legal, de manera legítima, para disfrutar de la adquisición de las cosas bellas, deleite para los ojos, y disfrutar del mejoramiento de sí mismo para la gloria de Dios, deseables para alcanzar la sabiduría. Ésos eran deseos otorgados por Dios sin pecado, sin duda santos. ¿Pero qué sucedió cuando nuestros primeros padres los complacieron de una manera pecaminosa? ¿En qué se convirtieron? Pervertidos y depravados, se convirtieron en profanos, y ahora son llamados “deseos carnales que batallan contra el alma”. {1 Pe 2:11} Ahora son llamados la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida. {1 Juan 2:16} ¿Recuerdan ese estudio? {Lección 21, p. 4} Sólo quiero refrescarles un poco la memoria acerca de eso.
Ahora, volvamos a nuestra declaración: “A menudo Satanás nos conquista por nuestros apetitos e inclinaciones naturales. Éstos fueron designados en forma divina, y cuando les fueron entregados al hombre eran puros y santos, pero los apetitos naturales del hombre han sido pervertidos por la complacencia. A través de la gratificación profana se han convertido en ‘deseos carnales que batallan contra el alma’. {1 Pe 2:11} A menos que el cristiano vigile en oración, da rienda suelta a los hábitos que deberían superarse. A menos que sienta la necesidad de constante vigilancia, incesante vigilancia, sus inclinaciones, maltratadas y mal orientadas, serán los instrumentos de su alejamiento de Dios”. Mis queridos amigos, estén advertidos y alertas. Ésta es la razón por la que Pablo está tan preocupado, incluso siendo un cristiano pleno, incluso en las horas finales de su piadosa vida, está tan preocupado; y golpea su cuerpo y lo pone en servidumbre, para no ser, ¿qué? Eliminado. {1 Cor 9:27} Él está totalmente consciente de esa posibilidad, y así debemos estarlo nosotros.
Ahora bien, la razón –por favor entiendan bien esto- la razón por la cual Satanás obtiene tanto millaje de… este tipo de tentación, es por el real placer que proporciona la complacencia. ¿Se dan cuenta de eso? Particularmente en el área de los deseos de la carne, que es, ¿qué? …apetito y pasión. ¿Proporciona placer sensorial el complacer los apetitos y las pasiones? ¿Lo hace? Obviamente, obviamente. ¿Quién hizo de ello una experiencia placentera? ¿De quién fue la idea? -De Dios, y lo que hace Satanás, es encaramarse en un don de Dios, y llevarnos, a través de los excesos ilegítimos y egoístas, ¡a la autodestrucción! Sólo exprimiendo todo el placer sensorial que podemos sacar de ello. ¿Están escuchando lo que les estoy diciendo? Mis queridos amigos, particularmente en el área del apetito y la pasión, Satanás obtuvo un millaje increíble, ¿no es cierto? …y la gran mayoría en este mundo, están muy ocupados en autodestruirse a través de la auto-indulgencia en estas áreas, pero la concupiscencia de los ojos, el orgullo de la vida, también brindan placer.
Nos gusta tener montones de cosas lindas, y así seguimos en esta búsqueda loca por adquirir las cosas, las cosas lindas de este mundo, y esto está completamente fuera de control. ¿Saben cuál es una de las más grandes industrias de los Estados Unidos? Las instalaciones de almacenamiento. ¡Sí! Las instalaciones de almacenamiento. ¿Por qué? Debido a esta loca obsesión por adquirir cosas… que tenemos los americanos. Nos gusta ir de compras, ya saben, “Compra hasta caer rendido”. Hay placer en eso. ¡Vamos! admítanlo, y entonces ustedes consiguen todas estas cosas, y muy pronto sus clósets están explotando, y luego sus cocheras están explotando, y luego tienen que salir y tienen que construir un depósito en algún lado, y si no construyen un depósito, tendrán que alquilar el de algún otro. ¿Están de acuerdo? Ustedes saben que les estoy diciendo la verdad. ¿No tenía Jesús una parábola acerca de esto? Sí, la tenía {Lc 12:15-35}; ¿y por qué es ésta una obsesión de tal magnitud? Porque proporciona placer. Nos gusta tener cosas lindas. Proporciona placer, y la tercera, la motivación del ego, ya saben, ser admirados por sus logros, que también brinda placer. Entonces, seguimos en esta búsqueda loca para complacer la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida {1 Juan 2:16} por el real placer que nos proporciona. Ésa es la razón por la que el diablo obtiene tanto millaje de estas cosas que nos lleva a hacer.
Ahora bien, habiendo planteado de dónde viene la tentación, nuestra siguiente cuestión es de vital importancia. Por favor, concéntrense conmigo en esto. Tenemos que asegurarnos de que entendemos hasta qué punto, y precisamente por qué medios, la tentación se convierte en pecado. ¿Estamos de acuerdo? ¿Es importante que sepamos eso? ¡Sí, es importante que lo sepamos! ¿Por qué? Porque es sólo cuando saben precisamente hasta qué punto y por qué medios, la tentación se convierte en pecado que pueden evitar que la tentación se convierta en pecado. ¿Es importante saber eso? ¡Sí! Sí, claro que lo es. ¿De acuerdo? ¿Por qué medios y en qué punto la tentación se convierte en pecado? Usemos nuestro versículo, nuestro proceso de cinco etapas que Santiago delineó para nosotros. ¿Sí? Permítanme preguntarlo de este modo: ¿Cuándo es que la tentación se convierte en pecado? ¿En la etapa uno, dos, tres, cuatro o cinco? Aquí vamos, versículo 14: “Sino que cada uno es tentado cuando”, Etapa uno: “de su propia concupiscencia es atraído y seducido”. Etapa dos: “Entonces, cuando la concupiscencia ha concebido”, Etapa tres: “da a luz al pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz a la muerte”. {St 1:14-15} ¿Sí? ¿Cuántos dicen etapa uno? ¿Cuántos dicen etapa dos? ¿Cuántos dicen etapa tres? … Interesante, hemos conseguido un grupo bastante dividido aquí. ¿Cuántos dicen etapa cuatro? ¿Sí? Bien. La etapa cinco es un poco tarde también. ¿De acuerdo? Entonces tenemos algunos votos para la etapa uno, dos y tres. Ustedes vieron las manos, uno, dos y tres. Esto señala un hecho muy real y es que realmente no sabemos precisamente en qué punto, y por qué medios, la tentación se convierte en pecado; la mayoría de nosotros, muchos de nosotros de todos modos. Entonces, ¿cuál de ellas es? …y el resto de ustedes que no votaron, son conscientemente cobardes.
Mis amigos, razonemos juntos. ¿De acuerdo? Permítanme decirles, ya mismo, que creo que la tentación se convierte en pecado en la etapa dos, en la etapa dos. ¿Cómo? ¿Por qué? Bueno, yo pienso que si reconocemos la equivalencia espiritual de cada una de estas etapas, entenderemos por qué elegí la etapa dos. Ahora, para aquellos de ustedes que eligieron la etapa uno, para aquellos de ustedes que eligieron la etapa uno, también puedo preparar un buen caso para ustedes. ¿Sí? Tiene que ser interpretado cuidadosamente, pero también puedo preparar un buen caso para ustedes. Aquellos de ustedes que dijeron etapa tres, lo siento, realmente se lo perdieron. No puedo preparar un caso para ellos. Trabajemos con esto. ¿De acuerdo?
Etapa uno: ¿cuál es? Es la etapa de la seducción. Bien, ¿quién seduce a quién? Trabajen conmigo. ¿Cuál es la meta del seductor? Es dar nacimiento al pecado. ¿Correcto? Ahora, ¿quién está seduciendo? El viejo hombre. ¿Correcto? “Sino que cada uno es tentado cuando es atraído y seducido de”, ¿qué? “de su propia concupiscencia”. {St 1:14} Esos son los deseos de la carne. Esa naturaleza inferior corrupta llamada “el viejo hombre” {Col 3:9}, llamada “la carne”. {1 Cor 15:50} ¿Estamos de acuerdo? Ahora ustedes podrían decir: “Bueno, pensé que había muerto”. Sí, por la fe. …y la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. {Heb 11:1} ¿De acuerdo? Tenemos que considerarlo muerto {Rom 6:11} momento a momento porque en la realidad empírica está sano y salvo en la casa que soy yo. ¿Me siguen? Y está siempre tratando de seducir a alguien de forma de poder dar nacimiento a, ¿qué? …al pecado o hacer que el pecado nazca, pongámoslo de esa manera, para hacer que el pecado nazca, él quiere hacer que el pecado nazca. Entonces ¿a quién está tratando de seducir?
Bien, déjenme decirlo de esta manera, vamos a hablar de biología básica. Si vas a dar a luz, y eres un hombre, ¿qué tienes que tener? Tienes que tener ayuda. ¿Correcto? Tienes que tener una mujer, ¿verdad? Quiero decir, estamos hablando de biología básica. Tienes que tener una mujer. Ahora, si el viejo hombre va a triunfar en dar nacimiento al pecado, tiene que tener la ayuda de una mujer. ¿Quién es la mujer de la cual tiene que tener ayuda? Es la voluntad. ¿Quién es, mis amigos? Es la voluntad. La voluntad es la mujer en la naturaleza del hombre. Trabajen conmigo en esto. Quiero que comprendan esto. ¿Qué es la voluntad? La voluntad es la mujer en la naturaleza del hombre. Ya ven, está a cargo de la casa que soy yo; ella maneja la casa. Pero ella misma está bajo la autoridad de un esposo. ¿De acuerdo? Ahora bien, ¿quién es el esposo tiránico y dictatorial de la voluntad por naturaleza? ¿Quién es? El viejo hombre. ¿Me siguen? …y ella es la esposa indefensa, sumisa, del viejo hombre. Parte de la maldición. Notablemente ilustrado en la maldición pronunciada sobre la mujer. “Tu deseo será para tu marido y él”, ¿qué? “se enseñoreará de ti”. {Gn 3:16} Bien, sólo para ayudarnos en esta argumentación, démosle un nombre a esta mujer. Llamémosla Wilma (del inglés “will”: voluntad). ¿Sí? ¿No suena como un nombre apropiado? Wilma. ¿Sí? Ésa es mi voluntad. Estamos hablando de Wilma.
Ahora, por naturaleza, ¿con quién está casada? Con el viejo hombre. Él es un fanático del control tiránico, y tiene que salirse con la suya, y demanda la sumisión de Wilma y cada vez que quiere dar a luz al pecado, la obliga a cooperar, y se sale con la suya ¿verdad?
Ahora, mis queridos amigos, hay una verdad muy, muy importante que tenemos que entender en este punto. La única forma en que Wilma puede ser liberada de la tiránica unión matrimonial, es, ¿cuál? …la muerte del viejo hombre. ¿Escucho un “amén”? {Amén} Ya saben, estamos casados ¿hasta cuándo? Vamos, ¿hasta cuándo? …hasta que la muerte nos separe; y Wilma es una esposa indefensa, sumisa de este miserable viejo hombre llamado la carne, ¿hasta cuándo? … ¿hasta cuándo? …hasta que él muera. ¿Escucho un “amén”? {Amén} ¿Hay alguna forma en que pueda morir? ¡Sí! Para eso es la cruz. ¿Escucho un “amén”? {Amén} Cuando venimos a la cruz, y aceptamos por la fe la muerte de Cristo al pecado como propia, ¿qué tenemos el privilegio de hacer? Considerar a nuestro viejo hombre, ¿qué? …muerto, muerto sin duda al pecado. {Rom 6:11} Lo hacemos. Estoy hablando aquí de Romanos 7:1-6, y me encantaría tomarme el tiempo de explorar esto con ustedes, pero no lo tenemos. Pero cuando Wilma viene a la cruz, cuando venimos a la cruz, y Wilma elige aceptar la muerte de Cristo, ella tiene el privilegio de considerar a su viejo hombre, ¿qué? …muerto, y mediante la aceptación por la fe de la muerte de Cristo al pecado como propia, ¿qué le podemos decir al viejo hombre? “Yo muero al viejo hombre”. Pero mis queridos amigos, ¿qué es lo que también tenemos que hacer de inmediato? Morimos al viejo hombre, de acuerdo a Pablo, para poder casarnos con otro. {Rom 7:3} ¿Quién es ése? …es nuestro esposo espiritual, Jesucristo. ¿Amén? Entonces en la cruz, no sólo decimos “yo muero” al viejo hombre, sino que decimos, ¿qué? “…sí, quiero” a Jesús. Quiero someter mi voluntad, Señor Jesús, a Ti. Toma posesión de ella. Ella es Tu esposa comprada por la sangre, ella Te pertenece; sin reservas someto a Ti mi voluntad. Mis queridos amigos, es sólo cuando hacemos eso, escúchenme… …es sólo cuando hacemos eso, que tendremos de Cristo, nuestro esposo espiritual, poder suficiente, a través de la motivación del amor y del Espíritu Santo, para repeler los avances seductores del viejo hombre, y elegir someter nuestra voluntad a los deseos del Espíritu, el Espíritu Santo, comunicado a nosotros a través de nuestra consciencia.
Ahora, sin embargo, volvamos a nuestras etapas. Si la voluntad ha sido sometida al Señorío de Jesucristo, ella puede, Wilma puede, repeler los avances seductores del viejo hombre. Pero si la voluntad no ha sido sometida al Señorío de Jesucristo, si no se ha casado con otro, y no ha entrado en el más sagrado de los matrimonios, la unión matrimonial espiritual con Cristo… Quien, por cierto, se llama a Sí mismo nuestro, ¿qué? …nuestro Esposo. {Is 54:5} -muy, muy importante. Si ella ha entrado en esa unión espiritual, en su fuerza, puede repudiar ese avance seductor, pero si no lo ha hecho, ¿qué es lo único que puede hacer? -someterse, consentir, consentir. Todo lo que puede hacer es consentir. Mis queridos amigos, en el momento en que Wilma dice “Sí” a los deseos de la carne en la intimidad del dormitorio de su mente, la tentación se ha convertido en pecado. ¿Han seguido eso? “Sino que cada uno es tentado cuando es atraído y seducido de su propia concupiscencia”. {St 1:14} Ya ven, esa es la seducción del viejo hombre. La tentación tiene que involucrar a nuestros pensamientos, ¿no es cierto? Ustedes no son tentados a menos que sus pensamientos estén comprometidos. El viejo hombre nos está seduciendo y nosotros tenemos estos malos pensamientos.
Ahora bien, lo que determina si la tentación se convierte en pecado o no, es lo que hacemos con esos malos pensamientos. ¿Me siguen? Si consentimos esos malos pensamientos y les permitimos permanecer mucho tiempo en nuestras mentes, a los ojos de Dios ¿qué hemos hecho? Hemos pecado. Hemos pecado, y en el útero de la mente, está el embrión del pecado. ¿Me siguen? Estamos usando aquí la lección de Santiago como objeto físico para ayudar a entender mejor qué sucede en el reino espiritual. Cuando Wilma dice “sí” a los deseos de la carne, se produce una concepción, y en el útero de la mente, está el embrión del pecado. ¿Y qué es lo que va a suceder tarde o temprano? ¡Vamos!… Ustedes van a dar a luz. Ésa es la siguiente etapa. ¿Cuál es? Es cuando realizas la acción. Es cuando cometes el acto. Es cuando va del útero de la mente al reino del comportamiento. ¿Ven eso? Dar a luz es cometer el pecado. Pero mis queridos amigos, antes de dar a luz, tienen que, ¿qué? …concebir, y por favor sepan que a los ojos de Dios, la tentación se ha convertido en pecado en el punto de la concepción, no en el punto del nacimiento. Espero que eso esté claro. …Espero que eso esté claro.
Ahora… Escuchen esta notable declaración: Signs of the Times, 18 de Diciembre, 1893: “No está en el poder de Satanás el forzar a nadie a pecar. El pecado es el acto individual del pecador. Antes de que el pecado exista en el corazón, el consentimiento de la voluntad debe ser…” ¿qué? “dado, y en cuanto es dado, el pecado triunfa, y el infierno se regocija”. -tan pronto como es dado, ¿qué? …el consentimiento de la voluntad. ¿Entonces, cuándo es que la tentación se convierte en pecado? Cuando Wilma dice “sí” a los avances seductores del viejo hombre. La concupiscencia ha concebido y nosotros hemos pecado. {St 1:15} Mis queridos amigos, una más: Testimonios, Volumen 4, página 623: “Los pensamientos del corazón son discernidos por Dios. Cuando se acarician pensamientos impuros, necesitan ser expresados por medio de la palabra o actuados para consumar el pecado y llevar el alma a la condenación. Su pureza ha sido contaminada, y el tentador ha triunfado”. ¿Todos tenemos claro cuándo y por qué medios, la tentación se convierte en pecado? Eso espero.
En la segunda parte, vamos a considerar meticulosamente cómo podemos evitar que eso suceda. Pongámonos de pie para la plegaria.
Padre nuestro que estás en los cielos, te agradecemos tanto por la preciosa percepción de Santiago de la anatomía y la fisiología de la tentación, y cómo se convierte en pecado. Por favor ayúdanos a aprender importantes lecciones espirituales, y ayúdanos a aprender el secreto de evitar que la tentación se convierta en pecado. Hazlo claro para nosotros; ayúdanos no sólo a entenderlo en nuestras mentes, sino principalmente ayúdanos a experimentarlo en nuestras vidas. Ésta es nuestra plegaria en el nombre de Jesús. Amén.
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