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Se dice que el desarrollo del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos. Durante la siguiente hora exploraremos tanto nuestro privilegio como nuestra responsabilidad de asemejarnos al carácter de Cristo. Acompáñenos en esta poderosa hora de renovación personal mientras el Pastor Stephen Wallace nos lleva “De Gloria en Gloria.”
Buen día, hermanos y hermanas. {Buen día} Feliz sábado para ustedes. {Feliz sábado} Es muy bueno tenerlos aquí. Es un privilegio estudiar la Palabra de Dios en la casa de Dios en el día de Dios. ¿Amén? {Amén} Pero si esto va a ser una bendición, debemos tener, primero y principalmente, el Espíritu de Dios. Las cosas espirituales solo se disciernen espiritualmente. {1 Cor 2:13-14} Lo he dicho varias veces, pero debo decirlo nuevamente. Dios perdone todas nuestras tendencias humanas a ser auto-suficientes cuando se trata del estudio de la Palabra. Estamos estudiando Su palabra hoy, pero no estamos estudiando cualquier tema, estamos estudiando la obra más importante jamás encargada a los seres humanos; y ¿cuál es? La construcción del carácter {Ed 225.3}, la construcción del carácter, como somos cambiados de gloria en gloria {2 Cor 3:18}; y como el término bíblico para carácter es gloria {Éx 33:18-34:7}, esto nos dice en realidad como crecer de un estadio de desarrollo del carácter a otro y es el tema de este seminario.
Es un tema muy espiritual porque el carácter tiene que ver con la mente. En verdad, los pensamientos y sentimientos combinados forman el carácter moral. {5T 310.1} “Cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.” {Prov 23:7} Nos dicen “transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.” {Rom 12:2} Cuando hablamos de lo que sucede en la mente, hablamos de cosas espirituales, y no es fácil para nosotros entender estas cosas. En verdad, es imposible para nosotros entender estas cosas sin la ayuda del Espíritu Santo. Imposible.
Queridos amigos, deseo con todo mi corazón que nosotros, como resultado de nuestro estudio de hoy, entendamos claramente la verdad, más claramente quizás de lo que la hemos entendido antes. Pero quiero que hagamos más que entender claramente la verdad. Deseo que nosotros experimentemos plenamente el poder santificador, liberador de la verdad, en nuestras vidas personales. ¿Están de acuerdo conmigo en esto? ¿Es este vuestro deseo? {Amén} Oro porque sea así… Oro por eso. Cristo dijo: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” {Juan 8:32} Cristo también oró: “Santifícalos en Tu verdad; Tu palabra es verdad.” {Juan 17:17} Existe un poder liberador, santificador, en la verdad. Pero no podemos experimentar esto excepto por el Espíritu de la Verdad. Así, como ha sido nuestra práctica, necesitamos comenzar nuestro estudio, antes de abrir la Biblia, necesitamos abrir nuestros corazones e invitar al Espíritu de Dios para que venga. ¿Están preparados para hacer esto conmigo esta mañana? Los invito a arrodillarse conmigo para unos minutos de oración silenciosa. Quiero darles tiempo para invitar personalmente al Espíritu de Dios a sus corazones y luego oraré en nuestro nombre corporativamente.
Padre nuestro que estás en los cielos, en el nombre de Cristo vengo a Tu presencia esta mañana, primero para agradecerte por el privilegio de venir aquí en este Tu día, en Tu lugar, para adorarte en espíritu y en verdad. Pero Padre, si vamos a ser capaces de hacer esto, debemos tener aquí al Espíritu de la Verdad, no solo en medio de nosotros como congregación, sino en cada uno de nuestros corazones. Con este fin, Padre, abrimos la puerta de nuestros corazones y decimos: “Ven.” Llena este templo del cuerpo con Tu presencia. Agiliza y energiza nuestras facultades mentales y espirituales. Permítenos, te ruego, no solo entender la verdad con el intelecto, sino, más importante, abrazarla con nuestros afectos y someternos a ella con la voluntad, para que podamos no solo entender la verdad, sino que podamos también colocarnos bajo la verdad, someternos a ella, y permitirle que ejerza su poder santificador, liberador en nuestras vidas. Por favor, Señor, queremos que sea más que un ejercicio intelectual. Queremos que sea una experiencia que cambie nuestras vidas. Entonces, por el Espíritu de la Verdad, haz que suceda, te ruego. Obra un milagro y utiliza esta pobre vasija de barro. A través de ella, en el nombre de Cristo, y para la edificación de Su novia, danos la bendición de la verdad. Por favor Señor, remueve aquello que obstruye el fluir y limpia todo lo que pueda mancharla o profanarla. Haz de mí una vasija vacía y limpia que Tú puedas llenar con el agua pura y refrescante de la vida, y permite que fluya. Por favor, Padre, concede esta plegaria, ya que la pido en nombre de Cristo. Amén.
Me gustaría que miraran la página 71 de vuestra guía de estudios, el impreso. Veo que hay varios de ustedes que recién se han unido que no tienen el impreso, y lo siento. Claro que lo tendrían si hubieran estado con nosotros. Si regresan esta tarde quizás podamos dárselo. Estamos viendo la importancia de la dieta de la mente, y su efecto directo y drástico en el carácter que desarrollamos. Existe una verdad que han escuchado: “Somos lo que comemos.” Esto generalmente se utiliza en referencia a la dieta física y es, por cierto, verdadero allí. Pero es especialmente cierto cuando se aplica a la dieta, que ofrecemos a nuestras mentes. “Somos lo que comemos,” mis amigos. Lo que ofrecemos a la mente a través de los sentidos moldea y da forma, directamente, al modo en que pensamos.
Vean, la mente, otra vez, es una maravillosa computadora y se programa a través de nuestros sentidos, especialmente los ojos y los oídos, pero todos los sentidos están involucrados. Todos los sentidos están involucrados. Ahora, debido al efecto directo y drástico de la dieta de la mente sobre el carácter que desarrollamos, es imperativo que seamos muy selectivos con respecto a lo que ofrecemos a la mente. ¿Amén? Muy selectivos. Debemos asegurarnos de no ofrecer a la mente alimento carnal. Existe mucha comida basura, carnal, disponible. Amigos, debemos decidir, por el amor de Cristo, que el hombre viejo sufra hambruna y no ofrecerle nada. Esto es imperativo. pero al mismo tiempo, necesitamos decidir alimentar al hombre nuevo consciente, consistente, deliberada y fielmente. No alimentar a uno, alimentar al otro. Es la única forma en que seremos capaces de evitar que la naturaleza carnal retome la supremacía y de mantener a la naturaleza espiritual reinante y a Cristo, a través de ella, en el control de nuestras vidas. Muy importante.
Nuestro último estudio esta mañana se titulaba: “Puestos los Ojos en Jesús.” {Heb 12:2} Este es nuestro lema, en verdad nuestro mandado, y por amor a Cristo, debe convertirse en nuestra magnifica obsesión. Quiero escuchar “amén” aquí: Debe convertirse en nuestra magnífica obsesión. {Amén} Si vamos a obtener una victoria consistente sobre la tentación y experimentar un crecimiento continuo en la semejanza a Cristo en carácter. Observamos esta mañana cómo esto es imperativo si vamos a obtener una victoria consistente sobre la tentación. ¿Por qué? “Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” {1 Juan 5:4} y a todo lo que es del mundo; y, ¿qué es del mundo? Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, {1 Juan 2:16} y estas son las tres categorías de la tentación. Cada tentación que ustedes y yo experimentamos está bajo uno de esos tres encabezados. Entonces, si vamos a superar estas tentaciones, es solo por la fe.
¿Cómo tenemos fe? “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.” {Heb 12:2} Al contemplarlo, Él inicia esa fe, y al seguir contemplándolo, Él la fortalece, hace madurar y perfecciona. Podemos, por la fe, caminar según el Espíritu y no según la carne. {Gál 5:16} Podemos caminar sobre el agua. ¿Amén? {Amén} Pedro, ¡qué profunda e inspiradora es esa historia! {Mt 14:25-31} ¿Cómo pudo él caminar sobre la superficie del mar de Galilea? Solo poniendo los ojos en Jesús. En el momento en que apartó los ojos de Jesús, ¿qué sucedió? ¿Qué sucedió? La gravedad prevaleció y él se hundió. ¿Cuál es el equivalente de la gravedad en nuestra propia experiencia cristiana? Es nuestra tendencia natural a la maldad. {Ed 29.1} La única forma, queridos amigos, en que ustedes y yo vamos a ser capaces de caminar sobre el foso inmundo de los pensamientos y sentimientos carnales, es manteniendo al ojo de la mente fijo en Cristo. ¿Decimos “amén”? {Amén} Si apartan el ojo de la mente de Cristo, les seguro que la “gravedad” prevalecerá y se hundirán. Y es atemorizante cuán rápido y cuán profundo uno puede hundirse. Pregúntenle a David… Cuando apartó el ojo de la mente de Jesús y lo colocó sobre Bath-sheba. {2 Sam 11:2} Es atemorizante lo rápido que podemos hundirnos. Este era el tema del estudio de esta mañana.
Lamento que se lo hayan perdido si no estuvieron aquí. Era un estudio importante, y tenemos otro estudio importante ahora. Debemos reconocer cómo es absolutamente imperativo mantener el ojo de la mente fijo en Cristo si es que vamos a experimentar un crecimiento continuo en la semejanza a Cristo en carácter. Si vamos a experimentar, ¿qué? Crecimiento continuo en la semejanza a Cristo en carácter. No solo es esencial poner los ojos en Cristo para experimentar una victoria consistente, sino que es esencial mantener los ojos en Cristo para experimentar un crecimiento continuo. ¿Entendemos esto? {Amén}
Ahora, esta frase “puestos los ojos” nuevamente, para aquellos que no estuvieron aquí. El griego es muy interesante; está formado por dos palabras. “Apo” que es un prefijo, que significa “desde,” y “horao” que significa “mirar fijamente.” Unimos estos dos y tenemos apartar la mente de todo lo demás y mantenerla fija en Cristo. Esto es, literalmente, lo que significa el verbo en griego. Por favor observen que si van a fijar el ojo de la mente en Cristo, deben apartarlo de todo lo demás. Por supuesto que el demonio sabe esto y entonces está muy, muy interesado en desviar el ojo de la mente de Cristo. Porque sabe que si puede evitar que enfoquemos, que fijemos la mente en Cristo, inevitablemente nos hundiremos, y nos ahogaremos en el foso de nuestros propios pensamientos y sentimientos carnales.
Queridos amigos, se necesita un esfuerzo diligente, perseverante, permitido por la gracia divina, para disciplinar al ojo de la mente y mantenerlo enfocado en Cristo. No hemos de cambiarnos a nosotros mismos, no podemos cambiarnos. Solo el Espíritu Santo puede cambiarnos. Pero nosotros debemos cooperar con el Espíritu Santo y contemplar a Cristo. ¿Amén? {Amén} Es solo al contemplarlo que podemos ser cambiados “de gloria en gloria como por el Espíritu del Señor.” {2 Cor 3:18} No los estoy exhortando a que se cambien a ustedes mismos, sino que los estoy exhortando a mantener el ojo de la mente en Cristo para que Su Espíritu pueda cambiarlos a semejanza de aquello que están contemplando. ¿Tiene sentido esto? ¿Lo entendemos? Es absolutamente crucial no solo, una vez más, para obtener una victoria consistente, sino para experimentar un crecimiento continuo.
Mis amigos, lo bello en esto es que aquello que al principio puede bien ser un deber… Bien, lo admito, al principio puede ser un deber que debemos luchar diligentemente para cumplir y así mantener al ojo de la mente apartado de las cosas del mundo y sobre Cristo. Les aseguro, sin embargo, que cuanto más contemplamos a Cristo, cuanto más vemos Su hermosura, Su amor, menos y menos lo vemos como un deber y se convierte más y más en un deleite. Por favor sepan esto y ¡anímense! Esta disciplina mental, espiritual, puede, al principio, resultar dura, pero si la mantienen verán que Cristo atraerá a la mente como un imán. {2MCP 595.2} Recuerden esa frase que leímos esta mañana. Él atraerá la mente como un, ¿qué? Como un imán. Existe un tremendo poder de atracción en el amor de Cristo. Su misericordia nos atrae, ¿recuerdan esto? Jeremías 31:3, “Con amor eterno te he amado, por tanto, te prolongué mi misericordia.” Su amor nos atrae; es increíblemente atractivo el amor de Cristo. ¿Decimos “amén”? {Amén}
Y ese amor se revela completamente si miramos “a Jesucristo, y a Éste crucificado.” {1 Cor 2:2} Por eso Cristo dice: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos,” ¿qué? “…atraeré a Mí mismo.” {Juan 12:32} Y es por esto que Pablo el Apóstol dice, el maestro predicador del Evangelio, ¿qué dice? “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a Éste crucificado.” {1 Cor 2:2} Porque allí está el poder del amor atractivo de Dios, revelado, en Cristo y en Él crucificado. No debe sorprendernos que Juan el Bautista, el más poderoso de los profetas, ¿cuál era la esencia de su mensaje? “He aquí el Cordero de Dios.” {Juan 1:29} Contemplemos al Cordero, al Cordero sacrificado {Apoc 13:8}; eso es lo que atrae a nuestras mentes. Queridos amigos, cuanto más Lo contemplamos, más atractivo se vuelve, hasta que se convierte en nuestra magnífica obsesión. Y contemplar a Cristo ya no es un deber, es nuestro mayor deleite. Es entonces que la experiencia cristiana se vuelve positiva, y se vuelve ¡realmente poderosa! Es cuando apartamos nuestros ojos de todo lo demás y los mantenemos constante y exclusivamente en Cristo.
Debo compartir con ustedes esta cita porque… La he compartido antes, pero es muy relevante aquí, al pie de la página 71. Review and Herald, 30 de mayo, 1882: “Para ser cristianos vivientes…” Para ser, ¿qué? “…cristianos vivientes.” Lo que implicaría que hay cristianos muertos. ¿Lo siguen? en verdad, hay muchos de ellos. Pero yo quiero ser un cristiano viviente. ¿Están conmigo en esto? {Amén} Bien, aquí está el secreto: “Para ser cristianos vivientes, debemos tener una conexión vital con Cristo. El verdadero creyente puede decir, ‘Sé que mi Redentor vive.’ {Job 19:25} Esta íntima comunión con nuestro Salvador quitará el deseo de gratificaciones mundanas y sensuales. {Amén} Todos nuestros poderes de cuerpo, alma y espíritu deben estar dedicados al Señor. Cuando nuestros afectos están santificados, nuestras obligaciones con Dios se vuelven primarias, todo lo demás secundario.” Cristo verdaderamente se convierte, amigos, en nuestra magnífica obsesión.
Cuanto más contemplamos Su amor, más nos enamoramos de Él, y decimos, como la esposa en los Cantares de Salomón 5:10 y 16, “Mi Amado es… Señalado entre diez mil. Sí, es completamente adorable. Tal es mi amado, tal es mi amigo.” El mejor amigo que tengo, es El que amo con todo mi corazón. Queridos amigos, cuando tienen este tipo de experiencia notan que Jesús atrae sus pensamientos y sentimientos como un imán, y tendrán poder sobrenatural en todo momento para llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.” {2 Cor 10:5} Aunque el hombre viejo aún tirará de ustedes, el tirón no será tan notable porque vuestra mente estará obsesionada con Cristo. Ese es el secreto. Ese es el secreto.
Entonces, ¿cómo desarrollamos esta relación con Cristo? No podemos tener este tipo de obsesión con lo amoroso de Cristo hasta que hayamos conocido lo amoroso de Cristo. ¿Amén? Debemos entender cuán amoroso Él verdaderamente es si ese amor va a ser la principal influencia para atraer nuestra mente y nuestro corazón. Por eso dice Pablo, otra vez, Filipenses 4:8, el versículo del que tomamos el título del estudio de hoy. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Lo ven, a esto debemos volver nuestra mente. Debemos dirigir nuestra mente a las virtudes que constituyen el carácter de Cristo, y esto es lo que son estas cosas. Se ven todas plenamente reveladas en Cristo. Es en tanto contemplamos esto, y solo en tanto lo contemplamos, que el Espíritu Santo puede cambiarnos a semejanza de aquello que contemplamos, y volvernos verdaderos y nobles y justos y puros y amorosos, y de buen nombre y virtuosos y dignos de alabanza. al contemplar somos, ¿qué? Cambiados, cambiados en semejanza a aquello que contemplamos.
Great Controversy, página 555; observen esto. Lo hemos establecido antes, pero quiero volver a establecerlo en este contexto. Great Controversy, página 555: “Es una ley.” Es una, ¿qué? {ley} “Es una ley tanto de naturaleza intelectual como espiritual que al contemplar somos cambiados.” Pero observen cómo se produce el cambio, próxima frase: “La mente gradualmente,” la mente, ¿cómo? “…gradualmente se adapta a sí misma a los temas sobre los cuales se le permite discurrir.”
Ahora, trabajemos juntos sobre esta frase. Primero: “Es una ley.” ¿Qué significa esto? {El pastor deja caer la lapicera.} ¿Qué ley es esta? La llamada ley de gravedad. Díganme, ¿está la ley sujeta a las personas? Realmente pienso que esta lapicera no debería caer si la suelto, después de todo, soy un ministro del Evangelio. No hace ninguna diferencia, ¿no es verdad? ¿Qué pasa con las creencias personales? Me niego a creer que esta lapicera va a caer. Sé que no lo hará porque no creo que caerá. No hace ninguna diferencia, ¿no es verdad? ¿Qué sucede con las preferencias personales? Ya saben, Realmente me gustaría que la lapicera no cayera esta vez cuando la suelte. No quisiera… que cayera. ¿Qué estoy ejemplificando? Estoy ejemplificando la verdad simple, pero profunda, de que la ley es inexorable. Escuchen: opera ya sea que nos guste o no, ya sea que lo creamos o no, sin importar quien somos. Es como es. ¿Entendemos todos esto? Estamos hablando aquí de una ley ¿Cuál es esta ley? Es igual de segura, igual de inexorable que la ley de gravedad. ¿Cuál es? “Al contemplar somos,” ¿qué? “…cambiados. Cambiados en semejanza a aquello que contemplamos.” Queridos amigos, no hay escapatoria de esto. Nos volvemos como aquello que contemplamos. ¿Seguimos esto?
No se engañen con esto, y es muy fácil hacerlo. ¿Por qué? Porque el cambio no es radical, no es rápido, ¿cómo es? Es gradual. “La mente gradualmente se adapta a sí misma a los temas sobre los cuales se le permite discurrir.” Precisamente porque la adaptación, el cambio, es gradual, tantos de nosotros nos engañamos y pensamos que no nos está afectando negativamente cuando contemplamos aquello que no es semejante a Cristo, pero estoy aquí para decirles que es así. Por ley, están siendo negativamente afectados. No se engañen en esto. Por favor, ¡no se engañen! Deben preguntarse cada vez que eligen qué es lo que van a ofrecer a la mente, a través de los sentidos, deben preguntarse, “¿Quiero realmente convertirme a semejanza de lo que voy a contemplar?” Porque, por ley, eso es lo que está sucediendo. ¿Entendemos esto? Por ley, eso es lo que está sucediendo. Se están volviendo semejantes a aquello que contemplan. Por lo tanto es crucial elegir cuidadosamente lo que contemplamos. Nos vuelve las personas que en verdad somos. No la persona que aparentamos ser, esa es una historia totalmente diferente. Vamos, ustedes lo saben. Podemos presentar un bonito espectáculo y engañar a las personas y hacer que piensen que somos lo que no somos; pero lo que realmente somos sucede aquí, entre la oreja derecha y la izquierda, “Cual es su pensamiento en su corazón, tal es él;” {Prov 23:7} y lo que nos hace lo que realmente somos es lo que contemplamos. Entonces es por esto precisamente que, si vamos a ser semejantes a Cristo en carácter, si vamos a transformarnos por la renovación de nuestras mentes {Rom 12:2}, debemos mantener el ojo de la mente enfocado continuamente en Cristo. Constantemente.
Review and Herald, 30 de mayo, 1882: “Para tener un amor firme y siempre creciente por Dios.” Pausa. ¿Quieren esto? Necesito escuchar un “amén” más entusiasta. Les daré otra oportunidad. “Para tener un amor firme y siempre creciente por Dios,” ¿quieren esto? {Amén} Bien, si realmente lo quieren, aceptarán lo que sigue porque es la única forma de lograrlo. “Para tener un amor firme y siempre creciente por Dios, y una clara percepción de Su carácter y sus atributos, debemos mantener el ojo de la mente fijo constantemente en Él.” “Debemos,” ¿qué? “…mantener el ojo de la mente fijo constantemente en Él.” “Dios debe estar siempre en nuestros pensamientos.” “Constantemente,” “siempre,” ¿entienden este mensaje? Si queremos tener la experiencia de un crecimiento continuo en la semejanza a Cristo en carácter, debemos contemplar continuamente a Cristo. Es solo al contemplar que podemos ser cambiados. ¿Tiene sentido esto? Constantemente, fijos constantemente en Él, el ojo de la fe. ¿Recuerdan esa frase en Hebreos 12:2, “Puestos los Ojos en Jesús”? Esto está en tiempo presente activo; esto significa una acción permanente, continua. Contemplar continuamente, apartando los ojos de todo lo demás, y fijarlos en Cristo. De eso estamos hablando aquí. Dios debe estar siempre en nuestros pensamientos. Esa es la única forma, queridos amigos, para que podamos poner cada pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. {2 Cor 10:5} Al mantenerlo a Él como tema de nuestra vida mental. ¿Se está aclarando esto?
Algunos de ustedes estarán diciendo ahora, “Vamos, hombre, hablemos en serio. Seguramente no estará diciendo que debemos siempre tener al ojo de la mente sobre Cristo, ¿verdad?” Bueno, primero, permítanme asegurarles que simplemente comparto con ustedes lo que dice el Señor, ¿Bien? Quiero decir que no estoy inventando esto. Hablo por lo que dice la pluma inspirada. El Señor nos dice que si queremos una victoria consistente y un crecimiento continuo, debemos mantener fijo al ojo de la mente, ¿cuánto tiempo? Constantemente sobre Él. ¿Bien? Pero, ¿cómo es posible? ¿Es posible? Oh, sí, lo es. “Todos sus comandos son capacidades.” {COL 333.1} Pero algunos de ustedes pueden decir: “Vamos, no soy un monje que vive en el siglo XVII en un monasterio no haciendo nada sino rezar y estudiar la Biblia y hablar de teología con los hermanos. Ya sabes, vivo en el siglo XXI. Tengo todo tipo de cosas importantes del mundo que demandan mi atención. Vamos, ¡no puede decir en serio lo de tener a Cristo constantemente en nuestros pensamientos! ¿Verdad?” Sí, se puede, ¿Cómo? Veamos esto juntos. Alabado sea Dios. Veámoslo juntos.
Esta es una disciplina espiritual que para la mayoría de nosotros es totalmente desconocida. Quiero decir que no tenemos idea acerca de este tipo de disciplina espiritual, y es por eso precisamente que somos tan Laodicenses. Por eso precisamente somos tan tibios. Por favor, ¿qué es lo que necesitamos entender para que podamos ser capaces de mantener el ojo de la mente constantemente en Cristo? Primero, reconozcamos que Dios nos ha dado la capacidad para pensar acerca de más de una cosa por vez. ¿No es así?
Se sorprenderían de todas las cosas en que pienso mientras estoy aquí. Estoy mirando vuestros rostros, leyéndolos constantemente y pienso: “Ojala se despertara.” O: “Oh, quisiera que dejara de hablar y escuchara,” no a mí, sino a lo que el Señor pueda querer decirle a través mío. Todo tipo de pensamientos interesantes cruzan. Además miro el reloj y estoy… Estoy bajo presión porque… Avanza. Pienso acerca de mi equipo, aquí con las cámaras, etc. Y cuando las luces se apagaron, estaba realmente preocupado por las luces. Todo tipo de cosas que atraviesan la mente, mientras, ojala, estoy pensando en lo que les estoy diciendo; al mismo tiempo, así lo espero. El Señor nos ha dado la capacidad de pensar acerca de más de una cosa a la vez, ¿no es verdad? En otras palabras, amigos, tenemos lo que se denomina visión periférica incluso con el ojo de la mente.
Veámoslo juntos. Mi ojo físico está mirando a mi hermano aquí atrás con la cámara, Jeff, se ha convertido en un buen amigo. Estoy mirando a Jeff. Pero mientras miro a Jeff, veo aquí al Pastor Hartman. Veo aquí a los jóvenes de la Academia. Veo las luces allá. Veo estoy bancos de enfrente. Veo mi notebook allá. ¿Qué es esto? Es lo que se llama visión periférica. Mis ojos están enfocados en Jeff, pero aún veo muchas otras cosas.
Es igual con el ojo de la mente. Requerimos que nuestros pensamientos se enfoquen en cosas específicas, y puede ser que no siempre sean directamente de naturaleza espiritual. ¿Seguimos esto? Pero eso no significa que debamos perder de la vista a Cristo en el proceso. {Amén} ¿Por qué? Porque si desarrollamos la capacidad de hacerlo, podemos tenerlo a Él al menos en nuestra visión periférica. ¿Tiene esto sentido para ustedes? Podemos mantenerlo al menos en nuestra visión periférica y ésta, queridos amigos, es una valiosa disciplina a desarrollar. Seguro que el ojo de la mente se dirigirá a cosas que no son directa y específicamente espirituales. Pero eso no significa que debamos perder de vista a Cristo. No significa que debamos perder de vista a Cristo.
Ahora, ¿cómo podemos desarrollar una conciencia de la presencia de Cristo, incluso en nuestra visión periférica, al menos? ¿Cómo podemos desarrollar esto? Quiero recomendarles que se entrenen para ser continuamente conscientes de que Cristo está con ustedes. Él está, ¿dónde? Con ustedes. Por favor, veámoslo juntos. David dice, Salmos 16:8, “A Jehová he puesto,” ¿dónde? “…siempre delante de mí.” ¿Qué dice Jesús? Mateo 28:20, “Yo estoy con vosotros,” ¿cómo? “…todos los días, hasta el fin del mundo.” Vean, la única forma, queridos amigos, de que podamos colocar al Señor siempre delante nuestro, es entrenándonos para ser continuamente conscientes de que Él está siempre con nosotros. ¿Tiene esto sentido para ustedes? Entonces lo que necesitamos hacer es entrenarnos para comenzar cada día pidiendo a Dios, en la persona de Su Espíritu, que venga a nuestros corazones y pase el día con nosotros. Luego, mientras se desarrolla el día, no olvidemos que Él está siempre con nosotros. ¿No prometió hacerlo? Sí. Así, lo que necesitamos hacer es cultivar una conciencia de Su presencia permanente. ¿Entienden lo que estoy intentando explicar aquí? Necesito algo de respuesta. No quiero esa mirada fija de televisión. ¿Está bien? Necesito saber si entienden lo que trato de comunicar aquí.
Permítanme compartir lo que la pluma inspirada tiene para decir. Educación, página 255, el libro Educación, página 255, escuchen: “Como un escudo contra la tentación y una inspiración para la pureza y la verdad, ninguna otra influencia puede igualar la sensación de la presencia de Dios.” ¡Guau! Esta no es solo otra ayuda positiva, esta es la bendición número UNO. Lo leeré otra vez. “Como un escudo contra la tentación y una inspiración para la pureza y la verdad, ninguna otra influencia puede igualar,” ¿qué? “…la sensación de la presencia de Dios.” En verdad, en el contexto inmediato de esta declaración; búsquenlo y lean: Educación, página 255, habla de José y como enfrentó los avances seductores de la esposa de Potiphar. ¿Qué dijo? ¿Cómo puedo hacer esto y pecar contra Dios? {Gn 39:9} Vean, ¿qué era un escudo contra la tentación para él? Era la conciencia de que estaba en presencia de, ¿quién? De Dios. Dios, su mejor Amigo, estaba allí observándolo. ¿Cómo podía hacer algo así en presencia de Dios? Ya ven, amigos, no pensaríamos siquiera en hacer algo inapropiado si estuviéramos en presencia de alguien a quien realmente amamos y respetamos, ¿verdad? Hacemos cosas inapropiadas en secreto, con las cortinas corridas y las puertas cerradas, para que nadie vea. Pero, queridos amigos, ¿pueden correr las cortinas y cerrar las puestas para que Dios no vea? No, Él ve absolutamente todo. No solo todo lo que hacemos en el reino del comportamiento, sino que Él ve todo lo que hacemos en el reino de nuestros pensamientos. Él no ve como el hombre ve; el hombre ve la apariencia externa, pero Él mira, ¿dónde? En el corazón, {1 Sam 16:7} y cuando somos conscientes de que Él está allí y lo amamos y respetamos y deseamos complacerlo, esto será una enorme motivación, un gran incentivo para no desilusionarlo y no desobedecerlo incluso entre el oído derecho y el izquierdo. ¿Decimos “amén”? {Amén} Al continuar siendo conscientes de su constante presencia, no solo tenemos el poder de superar la tentación, sino que también estamos contemplando a, ¿quién? A Él, y al contemplar somos, ¿qué? Cambiados. Por eso leímos, “Como un escudo contra la tentación y una inspiración para la pureza y la verdad, ninguna influencia puede igualar la sensación de la presencia de Dios.” ¿Se dan cuenta del gran beneficio y ventaja que es para nosotros si cultivamos esta conciencia de la presencia constante de Dios? Por favor entiendan esto.
Review and Herald, 15 de marzo, 1906: “La santificación significa la comunión habitual con,” ¿quién? “…con Dios.” “La santificación significa,” ¿qué? “…la comunión habitual con Dios.” Habitual, ¿qué significa habitual? Continuo, todo el tiempo, sí. ¿Cómo sucede esto? Juan 17:17, “Santifícalos en Tu verdad. Tu palabra es,” ¿qué? “…verdad.” ¿Cómo estamos habitualmente en comunión con Dios entonces, para poder experimentar la santificación? Es por el estudio y la contemplación de la Palabra de Dios. ¿Decimos “amén”? {Amén} Finalmente ese es un estudio y una contemplación de Cristo porque Él es la Palabra hecha carne. {Juan 1:14} ¿Entendemos esto? Por favor no separen el estudio de la Biblia y la contemplación de las verdades que allí se encuentran del estudio de la persona de Cristo, quien es la Verdad. {Amén} ¿Está bien? No los separen.
¿Es posible separarlos? Crean que es así. ¿Eran los escribas y fariseos estudiantes de la Biblia? Vamos, ¿lo eran? Eran estudiantes profesionales de la Biblia. Cristo les dijo, “Escudriñad las Escrituras,” ¿por qué? “…porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna.” {Juan 5:39} Ellos estudiaban la Biblia como un fin en sí mismo, pero el estudio de la Biblia no es un fin en sí mismo, es un medio por el cual llegamos a conocer a Cristo, “Esta es la vida eterna: que te conozcan a Tí.” {Juan 17:3} ¿Decimos “amén”? {Amén} Por eso Él dice: “Escudriñad las Escrituras porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí.” {Juan 5:39}
Por favor, sigan estudiando la Biblia, pero úsenlo como un medio para conocerme, Yo soy el único que puede santificarlos.
Queridos amigos, si estudian la Biblia como un fin en sí mismo, no los santificará. ¡No lo hará! Solo los hará más presumidos y justos en sí y les dará una falsa sensación de superioridad por todo lo que saben, más que ningún otro. En verdad, ese es el problema del Laodicense. Creemos que somos, ¿cómo? “…rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad,” {Apoc 3:17} porque tenemos toda esta verdad, pero nuestro problema es que no hemos permitido que la verdad nos posea porque no hemos reconocido que la Verdad es primero y principalmente una Persona, a quien debemos someter todo nuestro ser, por amor a Él. ¿Amén? {Amén} Cuando tenemos este tipo de relación con las Escrituras como la revelación de Cristo, entonces su estudio será una experiencia que cambiará nuestras vidas, y la verdad los santificará. Nos santificará. Existe en ellas el poder para hacerlo.
Las palabras de Pablo a Timoteo: “Persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido, y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” Versículo 16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” {2 Tim 3:14-17} {Amén} El estudio de la Biblia es para volvernos semejantes a Cristo. Si no estamos estudiando con ese propósito, entonces no seremos bendecidos por el estudio de la Biblia. Los escribas y los fariseos la estudiaban cada día, pero, ¿los volvió semejantes a Jesús? No. En verdad, los volvió como Satanás. ¿Es posible utilizar el estudio de la Biblia contra Cristo? Absolutamente, sí. Algunos de los más dedicados estudiantes de la Biblia en el mundo fueron los que crucificaron a Cristo. Veamos ahora, escuchemos. Obviamente, entonces, el estudio de la Biblia, en sí mismo, no es una experiencia santificadora, que transforma la vida. ¿Lo es? Es el motivo por detrás del estudio. Vean, esto es lo que me preocupa acerca de muchos de nosotros.
En primer lugar, muchos de nosotros no estudiamos para nada la Biblia. Vamos, ¡admítanlo! Pero luego existe un buen grupo que estudia la Biblia para probar que tienen razón y los demás están equivocados. Vamos, estoy diciendo la verdad, saben que digo la verdad; y la única vez que tomamos el libro sagrado y lo desempolvamos es cuando podemos discutir con alguien y acorralarlos y convencerlo de que nosotros tenemos razón y ellos están equivocados. Queridos amigos, ese tipo de estudio solo nos vuelve escribas y fariseos. ¿Decimos “amén”? {Amén} Dios nos ayude a estudiar la Biblia, pero por las razones correctas. No les estoy diciendo que no estudien la Biblia, Les digo que estudien la Biblia por las razones correctas. Si lo hacen, sus vidas cambiarán. {Amén} Sus vidas cambiarán.
Vamos a lo práctico ahora, ¿está bien? Este concepto de contemplar a Cristo, ¿qué requiere que hagamos? Bible Commentary, Tomo 6, página 1098, comienzo de la página 73: “Contemplar a Cristo significa estudiar Su vida como se nos da en Su Palabra.” Oh, me gusta esto. De repente sabemos exactamente qué significa contemplar a Cristo. ¿Qué significa? Estudiar Su vida como se nos da en Su Palabra. Esto es lo que significa, primero y fundamentalmente. Entonces, ya que contemplar a Cristo es absolutamente esencial para que seamos cambiados en Su semejanza por el poder del Espíritu Santo, ¿qué es esencial? Como contemplar a Cristo es estudiar Su vida como se nos da en Su Palabra, ¿qué es absolutamente esencial si vamos a crecer de gloria en gloria? ¿Qué es absolutamente esencial, queridos amigos? El estudio de la Palabra de Dios. El estudio de la Palabra de Dios. Amigos, les encomiendo el estudio de la Palabra de Dios. Si quieren ser como Cristo, no es opcional. ¿Escuchan esto? No es opcional. La única forma en que podemos ser cambiados es por contemplar a Cristo. Ese es nuestro rol cooperativo; y ¿qué significa contemplar a Cristo? Significa estudiar Su vida como se nos da en este libro; y saben qué hicimos recién, Recién identificamos porqué tantos de nosotros somos tan poco semejantes a Cristo en carácter, y es porque pasamos tan poco tiempo estudiando este libro. Dios nos ayude a realizar cambios. ¿Decimos “amén”? {Amén}
Queridos amigos, debemos realizar cambios si vamos alguna vez a ser cambiados de gloria en gloria a una semejanza a Cristo en carácter, y así convertirnos en eficaces testigos del Rey y ciudadanos aptos del Reino, y estoy aquí para decirles que el Rey ¡vendrá pronto! {Amén} Debemos realizar cambios… ¡Por favor! Por su bien, les ruego, aparten el ojo de la mente de toda la otra basura que llena nuestros días y manténgalo fijo sobre Cristo. ¡Por favor! No serán cambiados a menos que hagan esto. No es opcional. Nadie puede hacerlo por ustedes. Deben hacerlo ustedes mismos. Algunos de ustedes estarán diciendo en este momento, “Hombre, puedes alentarnos y encomendarnos que estudiemos la Biblia porque eres pastor y no tienes nada que hacer sino estudiar la Biblia; es realmente fácil para ti, pero yo estoy ocupado. Tengo horarios, tengo una vida, tengo que ganarme la vida. Tengo que aprobar exámenes.” Escuchen amigos, “¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su vida? {Mc 8:36} {Amén} “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” {Mt 6:33} ¿Decimos “amén”? {Amén} No es un tema de no tener suficiente tiempo, es un tema de prioridades. ¿Lo admitirán? Saben que es cierto.
Por cierto, si vuestro horario diario tiene algo de tiempo reservado para mirar TV, videos o música, o para los juegos de computadora, o navegar en internet, o leer revistas ligeras, o alguna novela, por favor sepan que su reclamo de no tener tiempo para el estudio de la Palabra de Dios no es cierto. No es cierto. No se engañen con esto. Alabado sea Dios. Si parezco enojado, no lo estoy. Es solo énfasis, les ruego, sean honestos consigo mismos. Debemos hacernos el tiempo, y nos hacemos tiempo para las cosas más importantes. Admítanlo. Para las cosas más importantes, nos hacemos tiempo. Les pregunto, ¿hay algo más importante que el estudio de la Palabra de Dios? Si es la única forma en que podemos ser cambiados de gloria en gloria y debemos serlo si vamos a ser ciudadanos aptos del Reino o testigos eficaces del Rey. Si la única forma en que podemos ser cambiados es contemplando la gloria del Señor, y contemplar la gloria del Señor significa estudiar Su vida como está dada en la Palabra, entonces les pregunto: ¿hay algo más importante que el estudio de la Biblia para un cristiano? ¿Hay algo? {No} Es la prioridad número, ¿cuál entonces? {Uno} Uno.
Tengo una pregunta para ustedes. ¿Se les presenta este hecho en su cronograma diario? Vamos, sean honestos consigo mismos. No se engañen a sí mismos en esto. ¿Se les presenta este hecho en su cronograma diario? Han dado el primer y el mejor tiempo del día al estudio de la Palabra de Dios? No se molesten conmigo por insistir y porque les pido que sean honestos. Lo hago por vuestro propio bien. Nos engañamos a nosotros mismos en estos temas. Si es la prioridad número uno, nos haremos el tiempo y le daremos al Señor no los restos que sobran, le daremos el mejor tiempo porque Él es nuestro mejor Amigo. {Amén} Y comenzaremos el día con Él, con un tiempo significativo para el estudio de Su libro.
Tengo una recomendación para ustedes, alabado sea Dios. Es mi propia práctica y la recomiendo. Llevo conmigo el libro El Deseado de todas las Gentes, ¡amo ese libro! Un comentario inspirado sobre el relato bíblico de la vida de Cristo. Esto es lo que hacen: comienzan leyendo el pasaje bíblico y el capítulo es un comentario inspirado sobre él. Importante: No permitan que la pluma inspirada suplante al estudio de la Biblia. Permitan que complemente al estudio de la Biblia. Lean los pasajes de la Biblia primero, y lean luego el comentario inspirado sobre esos pasajes. ¿Cuáles son los pasajes bíblicos? Bien, están al principio de cada capítulo, entre paréntesis al pie de la primera página. Allí están. Allí están los pasajes bíblicos que se comentan en el capítulo, lean eso primero y luego lean el comentario inspirado. Les prometo que si comienzan su día hacienda esto, dándole un tiempo significativo, sin distracciones, tendrán una experiencia que cambiará sus vidas, si están estudiando con el propósito de volverse como Cristo, y dependiendo del Espíritu Santo. Tendrán una experiencia que cambiará sus vidas. ¿Qué hacen cuando llegan al final del libro? ¿Qué hacen? Van al principio. No puedo decirles cuantas veces he recorrido El Deseado de Todas las Gentes, y cada vez que lo leo, ¡es una nueva experiencia! Descubro cosas que nunca había visto y me pregunto: “¿Cómo sucedió que nunca vi esto?” Así es como sucede cuando tratamos con cosas inspiradas. No tienen límites y siempre podemos aprender algo nuevo, y más profundo, más valioso y más iluminador, leyéndolo y estudiándolo. amigos, una experiencia transformadora será suya si convierten a esto en su práctica; se los prometo. Se los prometo.
Cuanto más estudien, escuchen ahora, cuanto más estudien; puede ser un deber al principio; pero más se enamorarán de lo amoroso de la vida de Aquel cuya vida estudian, será cada vez, menos un deber y se convertirá, más y más en, ¿qué? Un disfrute. No tendrán que obligarse a estudiar, esperarán ansiosos el momento de estudiar. En verdad, guardarán celosamente contra todo lo que invada su tiempo de estudio {GW 100.1}, y les molestará que termine. Ya saben, por el milagro de la gracia esa puede ser su experiencia, si no lo es ya. Por favor sepan que hablo por mi experiencia personal. Hubo un tiempo en el que el estudio de la Biblia era lo más difícil que haya intentado alguna vez hacer. Apretar los dientes y obligarse a uno mismo a hacerlo, ya saben, era un adventista del séptimo día, en verdad, no era solo un cristiano adventista del séptimo día, era incluso ¡un ministro adventista! Debía estudiar la Biblia… Me obligaba a hacerlo. A modo de obligación: apretar los dientes, seguir adelante. ¿Saben en qué logré convertirme con ese enfoque? Una bella tumba blanqueada. {Mt 23:27} Se denomina hipocresía. Una forma de lo divino, pero negando el poder de lo divino. {2 Tim 3:5} ¿Está sucediendo algo así? Vamos, es posible que ahora, en esta congregación, ahora mismo… Pero no fue hasta que, escúchenme, hasta que rogué al Señor que me revelara su Amor y luego cooperé con Él en ese proceso eligiendo dejar de atender a los apetitos de mi hombre viejo y ofrecer a mi hombre espiritual solo el mejor alimento. Y mientras seguí adelante, mi paladar espiritual, mi paladar mental, se reeducaron por completo y ahora, ¿saben qué puedo decir honestamente? Ya no deseo la comida basura, sí deseo la Palabra de Dios. Han habido incluso momentos en que esta persona estaba sentada estudiando la Palabra de Dios en la tarde y estaba tan enamorada y tan atrapada por lo que estaba sucediendo que cuando me levanté para ver la hora, el sol estaba saliendo la mañana siguiente. Les prometo que si Él puede hacer eso por mí, puede hacerlo por todos en este lugar. Lo prometo. Lo prometo.
Cuanto más estudien, más Su Espíritu les revelará la verdad. Alabado sea Dios, las verdades que he tenido el privilegio de compartir con ustedes, son el resultado de mi propio estudio personal, mi propia búsqueda de un conocimiento de la verdad que transforme mi vida. Solo estoy compartiendo con ustedes lo que Él me ha ayudado a saber, para que puedan experimentar también el poder liberador, santificador de la verdad {Juan 8:32; 17:17}, si no ha ya sucedido.
A propósito, no importa qué estudien y descubran, la mejor manera de hacerlo propio es compartirlo inmediatamente con alguien más. {AA 206.2; TM 352.2} Ofrézcanlo. Ofrézcanlo. Al hacerlo, se vuelve propio, lo entendemos aún mejor. Por eso estoy en deuda con ustedes, alabado sea Dios, por este seminario. Lo estoy. Se me ha dado el enorme privilegio de llegar a entender mucho más claramente que nunca antes las verdades que he estado compartiendo con ustedes. Porque en la acción misma de compartirlas, uno llega a entenderlas mejor.
Háganse el tiempo, amigos, háganse el tiempo. No traten de, ¿qué? De encontrar el tiempo, sino, ¿qué? Háganlo; y durante la mañana. Lo recomiendo especialmente, en la mañana. Esto requiere, por cierto, que nos levantemos a un horario decente. ¿Decimos “amén”? {Amén} Eso requiere, por cierto, que no nos acostemos con un estómago lleno. ahora dejamos de predicar y comenzamos a entrometernos, ¿no? Ya saben, si nos acostamos con el estómago lleno, el estómago debe realizar su tarea y nos mantendrá medio despiertos toda la noche, entonces el sueño no será muy reparador. Pero si nos acostamos con el estómago vacío a un horario decente… A propósito, una hora de sueño antes de la medianoche vale dos horas después. {7MR 224.3} Pueden despertar en las primeras horas de la mañana, que son muy tranquilas y no hay nadie más alrededor para molestarnos, y pueden tomar la Palabra de Dios y tener una magnífica experiencia espiritual con Cristo. Pero deben ser serios. Deben realizar cambios. Deben realizar cambios. No pueden estar mirando TV hasta las 11 y esperar hacer esto. ¿Me escuchan? No pueden hacer eso.
Ahora, debo advertirles, debo advertirles, por favor escuchen. Al contemplar a Cristo, ¿serán conscientes de ser cambiados a Su semejanza? ¿Lo serán? Escuchen. Bible Commentary, Tomo 6, página 1097: “Es el Espíritu Santo, quien conforta, de quien Jesús dijo que Él enviaría al mundo, quien cambia nuestro carácter a la imagen de Cristo; y cuando esto se logra, reflejamos, como en un espejo, la Gloria del Señor. Es decir, el carácter de quien así contempla a Cristo es tan parecido al Suyo que uno mirándolo ve al propio carácter de Cristo reflejado como sobre un espejo.” Otros lo ven, pero, ¿y nosotros? Escuchen: “Imperceptiblemente para nosotros…” ¿Qué es esto? “Imperceptiblemente para nosotros, somos cambiados día a día, de nuestros modos y voluntad a los modos y voluntad de Cristo, a la amabilidad de Su carácter. Así crecemos en Cristo e inconscientemente reflejamos Su imagen.” ¿Cómo? Imperceptiblemente para nosotros. Inconscientemente reflejamos Su carácter.
En verdad, ¿de qué somos conscientes? Somos más conscientes, cada día, de nuestras faltas y defectos e imperfecciones. Ya ven, cuando más cerca vamos de Cristo, más ¿qué? Más defectuosos, en falta y pecadores nos vemos en contraste. {SC 64.2} Tengan cuidado, estén advertidos y no se desanimen. Pueden verse tentados, al contemplar a Cristo, a pensar que no están mejorando, están empeorando. Queridos amigos, no están empeorando. Les aseguro que no están empeorando. Siempre han sido así de malos. ¿Decimos “amén”? {Amén} Siempre hemos sido así de malos. Solo ahora estamos alejándonos de nuestro auto engaño. Alabado sea Dios por descubrir nuestros ojos para que podamos ver cómo es realmente en nuestra alma. ¿No creen que aquellos que son ricos y enriquecidos en bienes y de nada tienen necesidad y no saben que son desgraciados, pobres, ciegos, miserables y desnudos {Apoc 3:17} tendrán que experimentar una vuelta a la realidad bastante sorprendente? Espérenlo. No se molesten, alaben a Dios por ello. Arrodíllense, confiesen y luego contemplen al Cordero {Juan 1:29}, y al contemplar serán cambiados. {2 Cor 3:18} ¿Decimos “amén”? {Amén} Por favor, hermanos, hermanas, es la primera prioridad. ¿Nos levantamos para orar?
Dios Padre por favor ¡ayúdanos! Ayúdanos a tomar seriamente nuestra cooperación con el Espíritu Santo al fijar el ojo de la mente en Cristo. Ayúdanos a permitir que Cristo, el Sol de la Justicia, sea lo primero que aparece en el ojo de la mente cada día, y que así lo llevemos con nosotros durante el día; esa amorosa imagen superpuesta sobre la pantalla de nuestra vida mental. Y aunque nuestros pensamientos puedan dirigirse a otras cosas, ayúdanos a retener una conciencia de esa Persona amada y del carácter de Cristo para que podamos constantemente contemplarlo, y así podamos continuamente crecer de gloria en gloria en Su semejanza. Esta es mi oración; por favor concédela ya que la pedimos en nombre de Cristo. Y todos dijeron: {Amén} Amén. Dios los bendiga, amigos.
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