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Se dice que el desarrollo del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos. Durante la siguiente hora exploraremos tanto nuestro privilegio como nuestra responsabilidad de asemejarnos al carácter de Cristo. Acompáñenos en esta poderosa hora de renovación personal mientras el Pastor Stephen Wallace nos lleva “De Gloria en Gloria.”
Buenos días, buenos días. Es muy bueno verlos esta mañana. Gracias por venir. Agradezco su presencia. Han sido muy atentos, haciendo que me sintiera como en casa. Creo que han logrado un record, haciendo que me sintiera como en casa. Estaba fresco esta mañana. Se sentía igual que en Montana. ¡Qué día delicioso! Fresco, vigoroso. Saben que me encanta comenzar el día con una ducha fría, luego de una caliente, y esta mañana la fría estaba bastante fresca. Se sintió muy bien, una experiencia energizante. Bien, estamos en los últimos pasos, como mencionó el pastor. Pareciera que pasó rápido, pero lo he disfrutado plenamente, y quiero que sepan que aprecio profundamente el privilegio que me han dado al estudiar diligentemente juntos la obra más importante encargada jamás a los seres humanos. Educación, página 225. Vamos, este es el último día, era un requisito del curso, les advertí desde el principio, que debían tenerlo memorizado, sin trampas. ¡No miren! ¿Bien? Debe ser de memoria. Aquí vamos, Educación, 225: “El desarrollo del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos; y nunca antes fue su estudio dedicado tan importante como ahora.” Ahora. ¿Por qué es importante ahora? Porque la llegada del Rey es cercana. ¿Amén? {Amén} Pero debemos trabajar, ¿no es así? Tenemos un Evangelio que llevar a cada nación, hermandad, lengua y pueblo, y tenemos nuestras propias vidas que preparar. {Apoc 14:6, 7} Pero, igual que me han escuchado decir antes, debo decirlo de nuevo: El logro exitoso de ambas tareas depende de lo mismo, y ¿qué es, amigos? El desarrollo de un carácter semejante a Cristo. ¿Por qué? Porque no podemos ser ni testigos eficaces del Rey, ni ciudadanos aptos para el Reino a menos que tengamos un carácter semejante a Cristo; y como el Rey vendrá pronto, insisto en la verdad de esta afirmación. “El desarrollo del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos; y nunca antes fue su estudio dedicado tan importante como ahora.” Hemos llegado a nuestros últimos dos estudios, no porque hayamos llegado al fin de la serie, sino porque hemos llegado al fin de nuestro tiempo juntos; y, ¿quién sabe si podremos reunirnos alguna vez en el futuro para el resto de esta historia? Pero concluyamos al menos nuestro estudio de la ley de, ¿qué? De influencia recíproca, la ley de influencia recíproca. Un principio muy, muy importante en el desarrollo del carácter cristiano, y uno que a menudo se ignora; muchos lo ignoran por completo. Hemos llegado a reconocer que no solo lo que ingresa a la mente directamente moldea y da forma e influencia nuestro carácter, también lo hace lo producido por la mente. No solo lo que contemplamos, en otras palabras, sino también como nos comportamos. Lo que ingresa a la mente, eso es lo que contemplamos. Lo producido por la mente, eso es como nos comportamos. Nuestras palabras y nuestras acciones: “De la abundancia del corazón habla la boca.” {Mt 12:34} “Guarda tu corazón; porque de él mana,” ¿qué? “…la vida.” {Prov 4:23} El producido mental es nuestro comportamiento, nuestras palabras y acciones. Queridos amigos, por la ley de influencia recíproca, nuestro comportamiento, nuestras palabras y nuestras acciones tienen un efecto directo y drástico sobre nuestro carácter. Porque, y aquí está la ley de influencia recíproca, igual que nuestros pensamientos y sentimientos influencian nuestras palabras y acciones, así nuestras palabras y acciones, a su vez, influencian nuestros pensamientos y sentimientos. Esa es la influencia recíproca. Nos estamos estado concentrando en este principio cuando se aplica en particular al comportamiento de la lengua, más conocido como nuestras palabras. Amigos, sus palabras tienen una poderosa influencia sobre vuestro carácter, una poderosa influencia sobre vuestro carácter, y por eso es tan imperativo que oremos: “Pon guarda a mi boca, oh Jehová.” {Sal 141:3} Y por esto precisamente es tan importante orar con David: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía y redentor mío.” {Sal 19:14} Ya ven, en virtud de la ley de influencia recíproca, uno no puede ser aceptable a menos que el otro sea aceptable. Las palabras no pueden ser aceptables a menos que la meditación de vuestro corazón sea aceptable, y la meditación de vuestro corazón no puede ser aceptable a menos que vuestras palabras sean aceptables debido a esa avenida denominada la avenida de influencia que va desde el cerebro a la lengua y del pensamiento a las palabras. Esa avenida, ¿recuerdan? es una avenida de dos vías. ¿Decimos “amén”? {Amén} Esta es una revisión, nos prepara para seguir adelante. Es un camino de dos vías, y el tráfico de influencias que fluye del cerebro a la lengua, de los pensamientos a las palabras, es correspondido con el tráfico de influencias que regresa de las palabras a los pensamientos, de la lengua al cerebro. Todo lo que decimos, todo lo que decimos, tiene una influencia poderosa sobre nosotros. Por eso el siervo del Señor dice: el gobierno de la lengua está ligado a la religión personal. {ST, Mar 1, 1905 par. 1} Queridos amigos, no es posible que tengamos una floreciente, creciente, experiencia cristiana si nuestras lenguas no están bajo el control del Espíritu Santo. {Amén} Con ese principio en mente, en el último estudio que tuvimos vimos algunas de las cosas que no debemos pronunciar, bien, que no debemos pronunciar. Oímos varias cosas, no podemos revisarlo ahora. Nuestro último punto fue la importancia de no pronunciar palabras airadas, y llegamos a reconocer el secreto para controlar el temperamento, ¿no fue así? Muy importante. Quien sea “tardo para airarse” debe ser, ¿qué? “tardo para hablar,” {St 1:19} y si no vamos a ser iracundos, debemos aprender a no pronunciar palabras airadas. Allí es donde ganamos o perdemos el control de nuestro temperamento. ¿Recuerdan el maravilloso auto-control de Cristo bajo las circunstancias más increíblemente irritantes y agraviantes? Se nos revela en Isaías 53, “No abrió su boca.” Dos veces se repite y luego en medio dice que Él, ¿qué? “Enmudeció”. Tres veces está Dios reiterando este secreto clave para ser capaces de mantener la calma y la compostura incluso bajo las circunstancias más increíblemente irritantes y agraviantes; y, queridos amigos, si alguien, si alguna persona tenía un derecho legítimo a enojarse, era Cristo en esas circunstancias. ¿Decimos “amén”? {Amén} Quiero decir que no lo merecía en absoluto. Nos enojamos cuando recibimos lo que merecemos. Él no lo merecía y aun así no se enojó. Debemos amar a un Dios así. Debemos admirar a un Dios así; y debemos ser semejantes a un Dios así. ¿Amén? {Amén} Alabado sea Dios, al contemplar somos cambiados, {2 Cor 3:18} y aprendemos a gobernar a la lengua como Cristo lo hizo. Solo así podemos gobernar a los pensamientos y sentimientos como lo hizo Cristo. Bien, pequeña revisión, y estamos listos para seguir adelante; pero antes de que vayamos a la pluma inspirada, para considerar qué debemos pronunciar, debemos hacer una pausa para, ¿qué? Personalmente invitar al Espíritu de Dios a nuestros corazones y mentes. Al orar por vosotros, por favor oren por vuestro hermano. Dios Padre, venimos gozosos por el privilegio de llamarte Padre. Es tan bueno pertenecerte. Por creación y luego nuevamente por redención. Somos hijos comprados con sangre. Padre, estamos tan agradecidos por la forma en que cuidas de nosotros; tan consistente, abundantemente atiendes a cada necesidad nuestra. En confianza nos acercamos ahora para pedir lo que más necesitamos y esto es Tu Espíritu Santo. Por favor, Señor, estamos a punto de abrir Tu Palabra con el propósito de llegar a experimentar más plenamente el poder liberador, santificador de Su verdad. Pero si vamos a hacer esto, necesitamos ayuda. Necesitamos tener la ayuda de Tu Espíritu Santo. Por favor, Padre, otórganos tu gracia y viértelo sobre nosotros. Señor, sabes cuán desesperadamente necesitamos Tu Espíritu. Tengo el privilegio inmerecido de liderar este estudio de la verdad. Pero a menos que el Espíritu de la Verdad tome plena posesión de mi, en cuerpo, mente y espíritu, y me utilice a pesar de mí mismo, no es posible que presente correctamente la verdad. Por favor obra un milagro, y permite que sea un canal para la bendición de la verdad. Padre, gracias por habernos bendecido en el pasado. Bendícenos nuevamente para que podamos a su vez, ser una bendición para otros. Te rogamos en nombre de Cristo. Amén. ¿En qué página estamos? Página 79. Tienen su impreso, ¿verdad? para el estudio de hoy? Lección 36, “Sean gratos los dichos… ” Título tomado de Salmos 19:14. “Sean gratos los dichos y la meditación de mi corazón delante de Ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” En virtud de la ley de influencia recíproca, uno no puede ser aceptable sin el otro; recuerden siempre esto. Esta es una oración muy apropiada para decir, amigos. Quiero reiterar la ley de influencia recíproca como es expresada más clara y sucintamente por el Espíritu de Profesía. El Ministerio de Curación, página 251: “Es una ley…” Es, ¿qué? “Una ley,” igual que la ley de gravedad. Opera ya sea que nos guste o no, ya sea que lo creamos o no, sin importar quién sea uno. Es inexorable. “Es una ley de la naturaleza que nuestros pensamientos y sentimientos…” ¿De qué estamos hablando? Del carácter. {5T 310.1} “…son alentados y fortalecidos al pronunciarlos.” Ahora, a la luz de esto, hemos estado viendo lo que no debemos pronunciar. Quiero ahora mirar lo que sí debemos pronunciar. “Mientras que las palabras expresan pensamientos, también es cierto que los pensamientos siguen a las palabras.” Allí lo tenemos, la influencia recíproca, el camino de dos vías, esa avenida. “Si,” aquí está la condición: “Si diéramos más expresión a nuestra fe, nos regocijáramos más en las bendiciones que sabemos que tenemos, la gran misericordia y amor de Dios, tendríamos más fe y más gozo.” ¿Amén? {Amén} Si quieren más fe, si quieren más gozo, en vuestra experiencia cristiana, entonces, qué deben hacer? Deben utilizar bien, y no mal, la ley de influencia recíproca. Deben controlar su lengua y hablar y alabar a Dios, De Sus bendiciones que saben que tienen. Saben que las tienen, queridos amigos, y cada vez que expresan esas bendiciones, y expresan esa fe, vuestro gozo y vuestra fe se volverán más fuerte por haberlo hecho. ¡Esa es la ley! Utilícenla por favor. Es una enorme bendición en la experiencia cristiana. A la luz de esta ley, por favor observen lo que las Escrituras, por exhortación, y más a menudo por ejemplo, nos alientan a expresar. Aquí hay un ejemplo, Isaías 63:7, “De las misericordias de Jehová haré memoria,” Oh, me gusta esto. “De las misericordias de Jehová,” ¿qué? “haré memoria” Qué hermosa palabra, y no puedo pensar en una palabra mejor para describir las abundantes bendiciones de Dios. Ya saben, Dios es amor {1 Juan 4:16}, Él nos ama, pero el amor se expresa continuamente en obras de bondad. Por eso Jeremías, o Isaías, se refieren a las misericordias de Dios. Éstas son las manifestaciones tangibles de Su amor por nosotros, Sus bendiciones que Él continuamente vierte sobre nosotros. “De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y la gran bondad hacia la casa de Israel, que Él ha concedido a ellos de acuerdo con Su misericordia, de acuerdo con la multitud de Sus misericordias.” Aquí lo tienen, amigos. Eso es lo que necesitan, eso es lo que necesitan, para educar sus lenguas para hablar y alabar a Dios, Sus misericordias. Existe una gran bendición a recibir al hacerlo. Pero, por favor, por favor noten: mencionaremos estas misericordias solo si hemos llegado a reconocerlas y apreciarlas, y ellas han capturado vuestros pensamientos y vuestros afectos. Ya saben: “de la abundancia del corazón habla,” ¿qué? “…la boca.” {Lc 6:45} Deben llevar en su corazón, cuidar en su corazón, las evidencias de las misericordias de Dios hacia ustedes si vuestra boca va a hablar sobre ellas. Aquí está el problema. Ya ven, la mayoría de nosotros no hemos permitido que Dios nos atraiga a una relación amorosa con Él, al revelarnos esas misericordias. Él las ha revelado, pero nosotros no le hemos permitido que Su Espíritu, los vea y aprecie. Ya ven, escuchen, Jeremías 31:3, “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: ‘Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué,” ¿qué? “…mi misericordia.'” ¿A cuántos de nosotros ha Él amado? ¿A cuántos de nosotros ha Él atraído a su misericordia? A todos nosotros, amigos, pero ¿cómo sucede que no todos respondemos? Porque no todos entre nosotros elegimos apreciar, o aun reconocer, estas misericordias de Dios; y debemos llegar a reconocerlas si van a atraernos a Él, y ganar nuestro corazón y capturar nuestra mente. ¿Hemos permitido que las misericordias de Dios atraigan nuestros corazones y mentes a Él? ¿Lo hemos permitido? Si es así, nuestras bocas darán, definitivamente, evidencia de ese hecho. Ya ven, amigos, aquí está la razón por la que somos tan remisos de hablar de las misericordias de Dios y de alabarlo por ellas, porque nuestros corazones no las aprecian como deberían hacerlo. ¡No lo hacen! “De la abundancia del corazón, habla la boca.” {Lc 6:45} Hablamos de aquello que es realmente valioso e importante para nosotros, y desgraciadamente, a menudo es algo diferente de Dios y de Su misericordia, ¿no es verdad? El Camino a Cristo, página 102: “Si solo pensáramos en Dios tan a menudo como tenemos evidencia de Su cuidado por nosotros, lo mantendríamos siempre en nuestros pensamientos y nos deleitaríamos hablando de Él y alabándolo.” Ya ven, si se deleitan hablando de Él y alabándolo, van a ¿qué? Mantenerlo en sus pensamientos; y si van a mantenerlo en sus pensamientos, tendrán que apreciar la evidencia de Su amor y bondad hacia nosotros. Todo está muy relacionado. Sigo leyendo: “hablamos de cosas temporales porque nos interesan. Hablamos de nuestros amigos porque los amamos; nuestras alegrías y tristezas están vinculadas a ellos. Sin embargo tenemos razones infinitamente mayores para amar a Dios que para amar a nuestros amigos en el mundo; debería ser lo más natural que Él fuera lo primero de todo en nuestros pensamientos, y hablar de Sus bondades y contar acerca de Su poder.” ¡Debería ser! La pregunta es: ¿lo es? ¿Lo es? Alabado sea Dios, ya saben… Vamos a tener una reunión testimonial aquí al cierre de nuestros estudios de hoy, y desgraciadamente, para muchas personas, no es cómodo. No es natural, es muy poco natural para ellos ponerse de pie y alabar a Dios por Sus bondades. Debería ser lo más natural. ¿Amén? {Amén} Deberían estar buscando ansiosamente oportunidades para hacerlo. ¿Amén? Sí, y vamos a darles una oportunidad para hacerlo. Ya ven, Dios está continuamente derramando sus misericordias sobre nosotros, queridos amigos, continuamente. El problema es que la mayoría de nosotros o no lo notamos o lo damos por sentado. No lo notamos, o lo damos por sentado. Que Dios nos ayude a verlo y a apreciarlo. ¿Amén? Salmos 26:3, “Porque tu misericordia está delante de mis ojos…” Sí, allí está, queridos amigos, allí está… ante nuestros ojos y algunos de nosotros no lo vemos. Las cosas espirituales se disciernen espiritualmente. {1 Cor 2:13-14} Signs of the Times, 17 de octubre, 1892. ¿Por qué somos a menudo ciegos ante estas misericordias que Dios derrama constantemente sobre nosotros? ¿Por que? Escuchen: “Satanás está buscando cubrir a Cristo de nuestra vista, para eclipsar Su luz, porque cuando tenemos siquiera un vistazo de Su gloria, somos atraídos a Él.” ¿Ven por qué Satanás está tan desesperadamente tratando de evitar que veamos el amor y las misericordias de Dios? Porque ellas, ¿qué? Ellas nos atraen poderosamente hacia Él. Entonces él está constantemente, desesperadamente, tratando de cubrir nuestros ojos para que no las veamos. Sigo leyendo: “El pecado esconde de nuestra vista los encantos sin par de Cristo; el prejuicio, el egoísmo, la justicia propia y la pasión ciegan nuestros ojos…” Hemos identificado porque no vemos el amor y las misericordias de Dios. ¿Observaron eso? ¿Por qué no las vemos? “El pecado esconde de nuestra vista los encantos sin par de Cristo; el prejuicio, el egoísmo, la justicia propia y la pasión ciegan nuestros ojos, y así no distinguimos al Salvador. Oh, si por la fe fuéramos siempre atraídos a Dios, Él nos revelaría Su Gloria, que es Su carácter, y la alabanza a Dios fluiría de los corazones humanos, y sería pronunciada por voces humanas. Entonces cesaríamos para siempre de otorgar gloria a Satanás al pecar contra Dios y al hablar de dudas y descreimiento. Ya no tropezaríamos, rezongando y llorando, y cubriendo el altar de Dios con nuestras lágrimas.” Queridos amigos, ya saben cuando leímos la historia de los hijos de Israel y su partida de Egipto y su estadía en el desierto, ¿qué estaban haciendo, continuamente? {Murmurando} Murmurando y quejándose y refunfuñando y gruñendo. {Nm 14:27} Justo después de que Dios obrara milagros maravillosos para ellos, y los bendiciera en forma fantástica, aún refunfuñaban y se quejaban; lo leímos y pensamos: “A estas personas, ¿qué les pasa?” Amigos, esos somos nosotros. Somos nosotros exhibidos. {1 Cor 10:1-11} El gran éxodo es un ejemplo de liberación de la raza humana de las ataduras del pecado y de su vagar por el desierto hasta que, por gracia de Dios, increíble gracia, llegan al reino, pero todo el viaje, ¿qué estamos haciendo? {Murmurando} Estamos quejándonos y refunfuñando y gruñendo. ¡Dios nos perdone! ¿Decimos “amén”? {Amén} Somos tan parecidos a los hijos de Israel. Algunas veces, sin embargo, Satanás tiene éxito en hacer que nuestras circunstancias sean bastante oscuras, ¿no es así? Algunas veces, debido a su malvada sombra, nos resulta muy difícil atravesar esas nubes y ver al sol que brilla sobre nosotros. Cada vez que eso suceda, queridos amigos, vayan donde vieron la luz la última vez {MH 250.1}, y regocíjense en ella. Saben que viajo a menudo por mi ministerio y algunas veces son días sombríos, cubiertos, oscuros y deprimentes. Subo al avión y hay saltos y es duro, pero luego atravesamos las nubes… Y, ¿saben lo que está sucediendo allí arriba? El sol aún brilla. Aún brilla. Dios nos ayude a saberlo cuando estamos bajo las nubes. ¿Amén? {Amén} Dios nos ayude a tener una fe que penetrará esas nubes. {19MR 384.2} O, al menos, que Dios nos ayude a recordar la última vez que vimos el sol. Sin importar lo oscuro que parezca todo, aún pueden regocijarse, aún en medio de sus pruebas. ¿Decimos “amén”? {Amén} Pueden hacerlo, amigos, pueden hacerlo. “Nacerá el Sol de Justicia, y en sus alas traerá la salvación.” Malaquías 4:2. Incluso cuando está negro como la noche, si nosotros, por la fe, mantenemos los ojos en Él, ¿cuál será nuestra experiencia? Proverbios 4:18, “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.” Al mantener los ojos en el Sol de Justicia, Su amor, Su bondad, Su alegría, Su paz, se reflejarán en nuestras vidas aun en medio de pruebas y tribulaciones. Amigos, enfrentamos tareas duras y tribulaciones en el camino que se nos presenta. {5T 213.1} Dios nos ayude a prepararnos para ello aprendiendo a mantener los ojos en el Sol de Justicia. Al hacerlo, hablaremos de Su justicia. ¿Amén? Hablamos acerca de aquello que pensamos. Salmos 35:28: “Y mi lengua hablará de Tu justicia y de Tu alabanza todo el día.” Esto, amigos, es verdadera madurez cristiana. {COL 65.2} David, porque está tan obsesionado con el amor del Sol de Justicia, habla acerca de Él todo el día. Ojalá tengamos esa experiencia. Ojalá la tengamos. Christian Education, página 57, “Al meditar acerca de las perfecciones del Salvador, desearemos ser totalmente transformados y renovados a imagen de Su pureza. Habrá hambre y sed en el alma para asemejarse a Él a quien adoramos. Cuanto más nuestros pensamientos están en Cristo, más hablaremos de Él a otros, y lo representaremos en el mundo.” Ese es el secreto, amigos, como hizo David: hablar de Su alabanza “todo el día.” {Sal 35:28} “Cuanto más nuestros pensamientos están en Cristo, más hablaremos de Él a otros, y lo representaremos en el mundo.” A propósito, por favor sepan que este alabarlo todo el día, este hablar acerca de Él continuamente a otros, no solo significa que estemos siempre hablando acerca de Cristo, significa que somos epístolas vivientes. {2 Cor 3:3} Significa que nuestras vidas estás siempre revelando lo digno de alabanzas que es Cristo. Al reflejar Su amor, hablamos mucho más con nuestras vidas que lo que hacemos con nuestros labios; saben esto. {MH 470.1} En verdad, si nuestras vidas no están ratificando lo que dicen los labios, nadie puede convencerse, ¿verdad? Pero si contemplamos continuamente a Cristo, amigos, nuestros labios, siempre que sea apropiado, y el Espíritu Santo nos revelará cuando es apropiado pronunciar una palabra oportuna {Prov 15:23}, nuestros labios tomarán ansiosamente la oportunidad de alabar verdaderamente a Dios con nuestras palabras; pero nuestras vidas lo harán siempre, reflejando Su carácter. Lo harán siempre. Salmos 34:1, “Bendeciré a Jehová,” ¿cuánto tiempo? “…en todo tiempo.” ¿Ven las consistencia aquí? ¿Un tema recurrente? Esto no es algo que hacemos ocasionalmente, esto es algo que hacemos, ¿cómo? Continuamente, siempre. “Bendeciré a Jehová todo el tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.” “Su alabanza estará,” ¿cómo? “…de continuo en mi boca.” ¿Qué significa esto? ¿Significa que andamos todo el día diciendo: “Alabado sea Dios, alabado sea Dios, alabado sea Dios “? Bien, podríamos hacerlo, sería apropiado, si lo creyéramos. Permítanme introducir algo aquí. ¿Saben qué? He escuchado decir: “Alabado sea Dios,” en una forma que creo que es blasfema. Tengan cuidado con esto. Estén seguros de significarlo si lo dicen. ¿De que habla David cuando dice: “Su alabanza estará de continuo en mi boca.” Insisto, amigos, eso significa que todo lo que sale de la boca de David: su conversación, su vocabulario, revelan consistentemente que Dios es digno de alabanza. {Amén} Porque, ya saben, David es un embajador del Reino, y también lo son ustedes, y yo. Lo representamos a Él, amigos, que Dios nos ayude a representarlo correctamente. ¿Decimos “amén”? {Amén} Lo hacemos con todo lo que sale de nuestros labios; todo lo que sale de nuestros labios. Hay aquí un pensamiento notable. Por favor entiéndanlo. Se presenta en Salmos 50:23, con estas simples palabras: “El que sacrifica alabanza Me honrará.” “El que sacrifica alabanza,” ¿qué hace? “…Me honrará.” Recuerden siempre utilizar su clave de interpretación que les dimos al comienzo de este seminario. Siempre que encontramos la palabra “gloria” en cualquiera de sus formas, ¿en qué pensamos? “Carácter.” Entonces, ¿qué está diciendo? ¿Qué está diciendo David? O, ¿qué nos está diciendo Dios a través de David? “El que sacrifica alabanza Me honrará.” O “glorificará” {Sal 50:23} ¿Cómo es que ofrecer alabanza glorifica a Dios? ¿Lo caracteriza? Bien, de dos maneras: Cuando alabamos a Dios, típicamente hablamos de las virtudes que constituyen su carácter. ¿Verdad? Estamos exponiendo Sus virtudes. {Amén} Y segundo, quien ofrece alabanzas está ejemplificando Sus virtudes. {Amén} No solo las expone, sino, ¿qué? Las ejemplifica. ¿Cómo? Por dos leyes. ¿Por qué? Por dos leyes, los dos principios claves en el desarrollo de un carácter cristiano en los que estuvimos enfocándonos en estos últimos estudios. ¿Cuál es el primero? Al contemplar somos, ¿qué? Cambiados. {2 Cor 3:18} Si estamos alabando las virtudes de Dios, ¿qué estamos contemplando? Vamos, ¿qué estamos contemplando? Esas virtudes y al contemplar somos cambiados. Y luego, por la ley de influencia recíproca {MH 251.4}, si expresamos nuestra admiración y aprecio por esas virtudes, por esa ley las estamos fortaleciendo y reforzando y desarrollándolas en nosotros mismos. Entonces, cuando alabamos a Dios con los labios, amigos, por estas dos leyes, estamos desarrollando las mismas virtudes que expresamos, en nosotros mismos, y las estamos ejemplificando. ¿Ven cómo funciona? Por la ley de influencia recíproca, existe una enorme bendición en alabar a Dios. Es precisamente por esto, por favor entiendan esto; es precisamente por esto que en las Escrituras se nos exhorta tan frecuentemente a hacer, ¿qué? A alabar a Dios, una y otra vez, una y otra vez: alaben a Dios. ¿Saben? Tenía una amigo al que eso le costó mucho. Él decía: “Si Dios es tan humilde, ¿por qué siempre está exhortándonos a alabarlo?” Quizás nunca se les presentó esta pregunta, pero es interesante. Si Dios es tan humilde… ¿Es Dios humilde? Sí. Ya ven, Cristo era infinitamente humilde, infinitamente humilde. El Supremo Creador lavando los pies del hombre que iba a traicionarlo con un beso. {DA 645.2} ¡Eso es humildad! Él dice: “Si me han visto a Mí, han,” ¿qué? “… visto al Padre.” {Juan 14:9} Entonces Dios es humilde. Y, si Dios es humilde, ¿por qué entonces está siempre alentándonos, exhortándonos, e incluso ordenándonos, que Lo alabemos? ¿Es por Su bien? ¿Necesita reforzar Su ego? No. ¿Por el bien de quién es? Por nuestro bien. ¿Decimos “amén”? {Amén} Es por eso que nos exhorta continuamente a alabar a Dios, debido a la enorme bendición que recibimos al hacerlo, para no mencionar la bendición que llevamos a otros llevando su atención a la bondad y misericordia de Dios. ¿Quién obtiene la mayor bendición cuando alabamos a Dios? Nosotros. Es más bendito quien da que quien recibe. {Hch 20:35} Por eso las Escrituras nos exhortan continuamente a alabar a Dios. Queridos amigos, ¿nos estamos privando de esa bendición? Vamos ¿es así? {Sí} En gran medida, en general. Dios nos ayude a dejar de hacernos trampas. ¿Amén? {Amén} A que nuestra lengua nos ayude, no nos ponga obstáculos. Pasamos mucho tiempo llorando y gruñendo y quejándonos y protestando, y hablando de todas nuestras pruebas y tribulaciones, y de nuestras dudas y nuestros temores, y causamos estragos en nuestros carácter al hacerlo. Comencemos a utilizar la lengua para alabar a Dios todo el día. ¿Amén? {Amén} Para que, todo el día, podamos recibir la enorme bendición que viene al hacerlo. Dios nos ayude. Puede ser difícil al principio, especialmente si no están acostumbrados. Quiero compartir una declaración alentadora con ustedes. Bible Commentary, Tomo 3, página 1143, “Al confesar ante hombres y mujeres su confianza en el Señor, se les otorga fortaleza adicional. Decidan alabarlo. Con la firme decisión viene mayor poder de voluntad; y pronto encontrarán que no pueden evitar alabarlo.” ¿Decimos “amén”? {Amén} ¡Anímense! Deben tomar la decisión, sin embargo. Deben decidirlo. La voluntad es el poder gobernante en la naturaleza humana. {MH 176.1} Esto es lo que está diciendo cuando dice: “Decidan alabarlo.” “Con la firme decisión viene mayor,”¿qué? “…poder de voluntad.” Y al ir adelante y alabarlo, aunque es difícil al principio hacerlo, ¿qué encontrarán pronto? “Pronto encontrarán que no pueden evitar alabarlo.” ¡No pueden evitarlo! Porque, ya ven, al alabarlo, Él se vuelve más valioso para ustedes, y cuánto más precioso es para uno, más uno lo alaba. Y cuánto más lo alabamos, más valioso es para uno; por la ley de, ¿qué? Influencia recíproca; hasta que se convierte en vuestra magnífica obsesión, y de la abundancia del corazón la boca habla continuamente. {Lc 6:45} ¿Ven cómo funciona? Por favor úsenlo amigos. Úsenlo, es una enorme bendición, úsenlo. Ahora, respecto de esta ley de influencia recíproca, quiero que consideren conmigo cómo su buen o mal uso pueden determinar drásticamente si vamos a superar o no las tentaciones del enemigo, o cederemos a ellas. El uso de esta ley, el buen uso de esta ley de influencia recíproca es, insisto, la mejor defensa contra la tentación, así como el mejor ataque cuando estamos bajo la tentación. Veamos esto juntos. Quiero que lo entiendan. Es tan valioso entenderlo. El uso de esta ley, el uso adecuado de esta ley de influencia recíproca es, ¿qué? Es la mejor defensa contra la tentación, y es el mejor ataque cuando estamos bajo la tentación. Bien, mejor defensa. ¿Cómo es la mejor defensa? Bien, entendamos primero que Satanás no puede leer nuestras mentes. {TMK 279.4} No le es permitido. No puede leer nuestras mentes. No sabe lo que estamos pensando. Entonces, surge la pregunta: ¿cómo logra tan a menudo aparecen con tentaciones a la medida que se aprovechan de nosotros en nuestro momento de mayor debilidad? ¿Cómo logra hacerlo si no puede leer lo que está sucediendo aquí? Queridos amigos, aunque no puede leer la mente, puede, seguro, escuchar a los labios, y es muy bueno leyendo el lenguaje del cuerpo. ¿Escuchan esto? al observarnos cuidadosamente, nosotros revelamos lo que estamos pensando, y él es rápido para aprovecharlo. ¿Ven ahora cómo esta ley, usada juiciosamente sería la mejor defensa contra la tentación? Escuchen, Review and Herald, 8 de abril, 1884: “Hay muchos que están realmente preocupados porque pensamientos bajos, viles, aparecen en la mente, y no son fácilmente desterrados. Satanás tiene a sus ángeles malditos cerca nuestro; y aunque no pueden leer los pensamientos de los hombres observan cuidadosamente sus palabras y acciones. Satanás se aprovecha de las debilidades y defectos de carácter que así se revelan, y presenta sus tentaciones donde hay menos poder de resistencia. Realiza sugerencias dañinas e inspira pensamientos mundanos, sabiendo que así puede llevar al alma a la condena y la esclavitud.” ¿Qué hacemos? Nos preparamos a nosotros mismos para la caída, delatándonos con nuestros labios. Aquí hay otra: Review and Herald, 22 de marzo, 1887, “Al adversario de las almas no se le permite leer los pensamientos de los hombres; pero es un buen observador, y marca las palabras; toma nota de las acciones, y hábilmente adapta sus tentaciones para adecuarlas a aquellos que se colocan en su poder. Si,” escuche, aquí está, la mejor defensa: “Si trabajáramos para reprimir los pensamientos y sentimientos pecaminosos, no dándoles expresión en palabra o acción, Satanás estaría derrotado;” ¿Por qué? “…porque no podría preparar sus tentaciones para cada caso. Pero, ¡qué tan a menudo cristianos profesos, por falta de auto-control, abren la puerta al adversario de almas!” Dios nos ayude a dejar de abrir las puertas al adversario de almas. ¿Amén? Y, ¿cómo cerramos la puerta? Cierren la boca. ¡Cierren la boca! No verbalicen sus problemas, sus luchas, sus debilidades, sus tiempos difíciles. No solo es la mejor defensa, es el mejor, ¿qué? Ataque. Usen esta arma contra el enemigo, amigos. Úsenla contra el enemigo. Signs of the Times, 4 de septiembre, 1893; escuchen: “Entrenen y eduquen a la mente para que piense y hable sobre Cristo.” Observen, por favor, no podemos separar a ambos. No hablarán acerca de Cristo a menos que, ¿qué? Piensen en Cristo. ” Entrenen y eduquen a la mente para que piense y hable sobre Cristo, y Satanás perderá su poder sobre ustedes.” ¡Escuchen! “No puede soportar estar en la compañía de aquellos que meditan y conversan sobre el amor de Dios.” {Amén} ¡Amo esto! “De esta forma la mente se fortalece. El poder moral aumenta al discurrir sobre la bondad, belleza, misericordia y amor de Cristo. Al entrenar así a la mente, será natural para ustedes preguntar a cada paso: “¿Es este el camino del Señor? ¿Estará Cristo complacido de hacerme hacer esto? ¿Complacerá esto al yo, o al Señor?” Queridos amigos, con quien habla así, Satanás bien lo sabe, pierde su tiempo tratando de hacer que cedan a la tentación. Él se irá y buscará a quien está llorando y quejándose, y hablando acerca de sus debilidades y sus desalientos, porque sabe que será fácil con ese. Por favor, hermanos, hermanos, usen esta ley. Es una poderosa arma ofensiva. Hablen acerca de Cristo. {YI, Jan 1, 1856 par. 4} Hablen acerca de Él, regocíjense y él no soportará estar en vuestra presencia. Las Escrituras dicen: “Resistid al diablo, y,” ¿qué? “…huirá de vosotros,” {St 4:7} huirá de vosotros y la mejor forma de echarlo es alabar a Dios por Su poder y por la victoria que es vuestra en Cristo. No soporta a nadie que hable así; a propósito, esto es algo que me encanta hacer: recordarle que es un enemigo derrotado. {Amén} Me encanta decir: “Dios Padre, estoy tan agradecido porque Cristo ha aplastado la cabeza de la serpiente, y porque es un enemigo mortalmente herido, y debido a la victoria de Cristo sobre él, no puede herirme.” ¿Creen que Satanás se quedará para escuchar este tipo de cosas? “Resistid al diablo, y,” ¿qué? “…huirá de vosotros.” Al hablar de esa forma pueden resistirlo y echarlo. Bajo la tentación, bajo la tentación, ésta es también una gran arma ofensiva, queridos amigos. En las Escrituras, sí, en las Escrituras tenemos descrito el armamento cristiano. La mayor parte es defensiva, ¿no? Pero hay un arma ofensiva, ¿cuál es? La Espada, y ¿qué es la Espada? La Palabra de Dios. {Heb 4:12} ¿Cuál es la mejor arma cuando estamos bajo la tentación? “Está escrito…” “Está escrito…” {Mt 4:4} Pero, amigos, observen por favor que nuestro Ejemplo, Cristo, no solo citaba las Escrituras en Su memoria, en verdad las citaba en Su boca. ¿Entendemos esto? ¿Por qué? Porque Satanás no puede leer nuestros pensamientos, y porque, por la ley de influencia recíproca, ¿qué está haciendo Cristo por Sí mismo? Fortaleciendo y reforzando, en gran medida, Su fe en el Padre. “Está escrito…” {Mt 4:4} Citen las Escrituras cuando estén bajo tentación, por favor. No debe sorprendernos lo que dice David en Salmos 119:11: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra Ti” ¿Qué significa guardar las Palabras de Dios en el corazón, amigos? ¿Qué significa? Significa memorizarlas. Por favor, queridos soldados cristianos {18MR 257.3}, armen al arsenal con las Escrituras, las Escrituras memorizadas. {CT 137.2} Cuando estén bajo la tentación, tomen la Espada y úsenla contra el enemigo. Citen en voz alta: “Está escrito…” Ya ven, la ventaja de tenerlo en la memoria es que está disponible instantáneamente. ¿Necesitan ayuda urgente, muchas veces? Seguro que sí. Ya ven, Dios habría estado en problemas en el desierto si bajo la tentación, hubiera dicho: “Eh, Satanás, espera un minuto, existe un texto… No puedo recordarlo, pero tú sabes…” Por favor, amigos, guárdenlo en el corazón para que esté instantáneamente disponible para usarlo contra el enemigo, instantáneamente disponible. Review and Herald, 8 de abril, 1884, “Para cada clase de tentación existe un remedio.” Debo escuchar un “amén” para esto. {Amén} En verdad, solo hay tres clases de tentaciones. Vamos, ¿cuáles son? Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, solo tres. {1 Juan 2:16} No estamos tratando con una asombrosa variedad de tentaciones aquí. ” Para cada clase de tentación existe un remedio.” No nos dejan solos para que luchemos contra el yo y contra nuestras naturalezas pecadoras con nuestras fuerzas finitas. ¿Decimos “amén” aquí? {Amén} Cristo es una poderosa ayuda, un apoyo inquebrantable. La mente debe ser limitada y que no se le permita divagar. Debe ser entrenada para habitar en las Escrituras y sobre temas nobles, elevados. Partes de las Escrituras, incluso capítulos enteros, pueden memorizarse, para repetirlos cuando Satanás viene con sus tentaciones…” Allí lo tienen. “Cuando Satanás lleva a la mente a entretenerse con cosas mundanas y sensuales, es resistido de la forma más eficaz con,” ¿qué? “…’Está escrito.'” “Está escrito, está escrito.” {Mt 4:4} Tomen esta poderosa arma. Úsenla contra él, úsenla contra él. Aquí hay otra arma, úsenla, es la canción. ¿Qué? La Canción. ¿Es la canción un arma? Sí, deben creerlo. Salmos 105:2-3, “Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. Gloriaos en Su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová” Queridos amigos, una de las mejores formas de resistir la tentación es vivir el hecho de que “el gozo de Jehová es vuestra,” ¿qué? “…fuerza.” {Neh 8:10} ¿Cuál es uno de los mejores caminos para aumentar vuestro gozo del Señor? Cantarle alabanzas. ¿Amén? {Amén} ¡Sí! Canten alabanzas. Háganlo en voz alta y será una gran bendición. Educación, página 166, observen el ejemplo de nuestro Señor: “Con una canción, Cristo en su vida terrenal enfrentó la tentación.” ¡Amo esto! Quien sabe, en el desierto, pudo incluso haber cantado ese versículo: “Escrito está: ‘No solo de pan vivirá el hombre,'” y sugeriría que Su madre lo ayudó a aprender las Escrituras {DA 70.1} poniéndolas en música. Todos los salmos eran canciones, y eran para memorizar cantándolos. Recomiendo enfáticamente las canciones de las Escrituras, amigos. Si no conocen canciones de las Escrituras, tomen entonces estas promesas y pidan al Señor que los ayude a ponerlas en música, y será vuestra canción especial, vuestra arma especial bajo la tentación. Es un arma poderosa, les prometo. Es un arma poderosa. El Ministerio de Curación, página 254: “Permitamos que la alabanza y el agradecimiento se expresen en canciones. Cuando somos tentados, en lugar de expresar nuestros sentimientos, que, por la fe, elevemos una canción de gracias al Señor… La canción es un arma…” {Amén} Es una arma. ¡Úsenla! ¡Es un arma! El enemigo no quiere que aprendamos estas cosas. Pero, amigos, no solo aprendan, ¡úsenlas! ¿Bien? De otra forma el enemigo no tiene nada que temer. 2 Crónicas 20:22, escuchen la experiencia de Israel. Contra todos los presagios, marchan, y ¿quién es la cabeza del ejército? El coro Una de las entradas en batalla más extraordinarias que se haya visto nunca en la Tierra. El coro lidera el ejército, y ¿qué hacen? “Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.” ¿Cuándo fueron derrotados los enemigos? Cuando comenzaron a, ¿qué? ¡Cantar! Inténtenlo. ¡Funciona! ¿Amén? ¡Funciona! Algunos pueden pensar, “Bien, eso puede funcionar para ti, tú puedes cantar. Yo no puedo.” Bien, todos podemos ofrecer un sonido alegre al Señor, ¿verdad? {Sal 1Y en verdad, en comparación con los ángeles, incluso el mejor de los cantantes es mínimo. Sí, lo descubriremos cuando tengamos voces reales allá. {EW 66.1} Si no pueden cantar, pueden hablar, y aquí hay algo que pueden decir. Por favor, escuchen, escuchen y digan conmigo. Está en el libro, A Fin de Conocerle, página 16. Quiero que recuerden esto, queridos amigos. Es un arma poderosa. “Tenemos derecho a decir: ‘En la fortaleza de Cristo, seré un conquistador.'” Oh, ¡amo esto! Díganlo conmigo, ¡vamos! “Tenemos derecho a decir,” ¿qué? “‘En la fortaleza de Cristo, seré un conquistador.'” Vamos, necesito más convicción que esa, amigos. No quiero que solo pronuncien las palabras. Quiero que todo su corazón y toda su mente las digan porque realmente lo creen. Vamos. “En la fortaleza de Cristo, seré un conquistador.” Todavía no les creo. Vamos pueden hacerlo mejor. ¡Mucho mejor que eso! Vamos: “En la fortaleza de Cristo, seré un conquistador.” Vamos, recién estamos entrando en calor. Una vez más: “En la fortaleza de Cristo, seré un conquistador.” ¿Sienten lo que está haciendo por ustedes? ¿Lo sienten? Digámoslo una vez más: “En la fortaleza de Cristo, seré un conquistador.” Queridos amigos, con nosotros andando por allí y diciendo esto, ¿se molestará Satanás en incluso intentar tentarnos? ¿Lo hará? No va a perder su tiempo con personas que están diciendo: “En la fortaleza de Cristo, seré un conquistador.” Qué arma poderosa es esta. ¿Amén? {Amén} Qué arma poderosa es esta. ¿Sintieron lo que sucedió en este lugar? Les diré qué sucedió. Manuscritos Liberados, Tomo 9, página 17: “Hablen de coraje, hablen de fe, y crearán una atmósfera de esperanza y claridad.” {Amén} Eso es lo que hicimos. ¿Lo harán otra vez? Digámoslo una vez más. “En la fortaleza de Cristo, seré un conquistador.” Pongámonos de pie para orar. Padre nuestro que estás en los cielos. Te agradezco tanto por la ley de influencia recíproca, y oro al Padre para que la usemos como una poderosa arma ofensiva. Ayúdanos a guardar Tu Palabra en nuestros corazones, y ayúdanos a traerla instantáneamente, “Así habló el Señor…” y a poder citarla. Ayúdanos a ponerla en música y a cantar canciones que serán poderosas armas. Ayúdanos a recordar siempre que: En la fortaleza de Cristo, seré un conquistador. Esta es nuestra oración en nombre de Cristo. Amén.
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